En México, antes de 2013, la inversión extranjera directa (IED) estaba ligada en gran parte con permisos o concesiones para invertir en instalar una planta de electricidad (productores independientes de energía), y en la exploración, explotación y desarrollo de la minería, además de la instalación de plantas para productos químicos básicos para el mercado nacional.
Hemos de dejar claro que algunas de las contrataciones realizadas por parte de las empresas del Estado, Pemex y CFE, antes de 2013 no son consideradas con IED en el sector energético puro directo derivado de que son contrataciones que dependen de un volumen a ejecutar en un tiempo dado y sin influir en forma directa en el mercado al no crear una estructura autónoma de un negocio.
La mayoría de las empresas contratadas por las empresas estatales invierten para crear una estructura organizacional de personas para su administración, operación y, en la infraestructura, para cumplir con el contrato. Y estas dependen del monto del contrato asignado por el erario, las cuales son de índole finito.
Una inversión extranjera directa en energía debe ser aquella que tiene autonomía propia de inversión, donde el riesgo financiero sea asumido por el ente operativo. No depende de un dinero pagado de un contrato definido a una obra o servicio cuyo peculio proviene de un presupuesto asignado a la empresa del Estado como una inversión pública.
Hoy, las IED en el sector energético, el riesgo financiero, operativo y mantenimiento, deben ser asumidos por una empresa privada y no por el Estado.
¿INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA EN ENERGÍA ANTES DE 2013?
Antes de 2013 la inversión extranjera directa en energía solo se aplicaba bajo los rubros en el sector eléctrico, minero y químico. Todos estos representaban no más del 5 por ciento del total de inversión extranjera directa que entraba en el país en los diferentes sectores económicos y mercados.
De 2012 a 2015 (tres años) fue el periodo de evaluación y aprobación de la reestructuración del mercado energético. Por medio de la reforma energética creada se pudo reconocer a PEMEX y CFE ciertos costos que afectaban los ingresos de las empresas y que mermaban su rentabilidad desde un punto financiero operativo, y cuyo objetivo planteado era que la sociedad pudiera tener acceso a los energéticos a precios justos y con diversidad de proveedores en el mercado.
En este periodo, el porcentaje de la IED energética respecto al total se incrementó a 15 por ciento, derivado de la apertura del mercado en ciertos sectores y que la inversión pública no podía cubrir, ante los cambios geopolíticos que estaban sucediendo en ese momento.
El total invertido fluctuó en este tiempo entre los 20,000 millones de dólares distribuidos en su mayoría de la siguiente forma:
- La extracción de petróleo y gas bajo los contratos asignados a empresas privadas en ciertos campos fue de unos 2,000 millones de dólares.
- En el sector eléctrico hay más de 5,500 millones de dólares.
- En infraestructura energética para la operación de los diferentes sectores, 3,300 millones de dólares.
- En el sector del gas natural, 5,600 millones de dólares
- En la industria de la química, 2,700 millones de dólares.
- Comercialización y distribución de petrolíferos, de 300 millones de dólares.
- El sector minero es de 600 millones de dólares.
LA ERA DE LA NUEVA REFORMA ENERGÉTICA
A partir de 2016, que fueron consolidadas las políticas públicas, bajo la nueva reforma energética se empieza a experimentar una desconfianza en las inversiones frente a las elecciones por venir en Estados Unidos y México. En 2018 se iniciaron las negociaciones del nuevo tratado comercial, bajo las nuevas políticas energéticas de México y la nueva reforma energética de Estados Unidos, que se promulgaría en 2020.
De 2016 a 2018 (tres años), el total de la inversión fue de 21,000 millones de dólares, los cuales fueron introducidos al país de la siguiente forma:
- La extracción de petróleo y gas bajo los contratos asignados a empresas privadas en ciertos campos fue de alrededor de 2,200 millones de dólares.
- En el sector eléctrico hay más de 8,300 millones de dólares.
- En infraestructura energética para la operación de los diferentes sectores, 3,500 millones de dólares.
- En el sector del gas natural, 4,500 millones de dólares.
- En la industria de la química, 1,500 millones de dólares.
- Comercialización y distribución de petrolíferos de 200 millones de dólares.
- El sector minero es de 800 millones de dólares.
En 2018, con los nuevos gobiernos en Estados Unidos y México surgieron cambios estructurales en la forma del cómo dejar invertir a los privados en ambos países. Pero en el país del sol y el águila las cosas en la industria de la energía cambiaron en cuanto a la inversión extranjera directa, pues se limitaron y otras se cancelaron.
De 2019 a 2024, el total de IED en el sector energético sucumbió en el mercado mexicano, derivado por las cuestiones geopolíticas, por los intentos de cambios constitucionales, lo cual los mercados tomaron como una incertidumbre y afectó al dinero al no sentirse cómodo para ser utilizado en proyectos, lo que creó una pausa infinita.
LA ÚLTIMA ETAPA
De 2019 a 2024 (seis años), el total de la inversión fue de 21,500 millones de dólares, y esto significó una contracción. En 2018, el sector energético representaba 24 por ciento de la IED respecto al total, y pasó a 5 por ciento en 2024; eso significó el regresar a los valores que había hasta antes de 2012.
- La extracción de petróleo y gas bajo los contratos asignados a empresas privadas en ciertos campos fue de alrededor de 4,800 millones de dólares.
- En el sector eléctrico de más de 4,500 millones de dólares.
- En infraestructura energética para la operación de los diferentes sectores, 200 millones de dólares.
- En el sector del gas natural, 7,100 millones de dólares.
- En la industria de la química, 800 millones de dólares.
- Comercialización y distribución de petrolíferos de 600 millones de dólares.
- El sector minero es de 3,500 millones de dólares.
Las inversiones extranjeras directas en energía (IEDE) son aquellas empresas que invierten un recurso financiero propio. Crean un negocio con infraestructura, bajo un esquema operativo propio, y de una continuidad a largo plazo para recuperar a lo invertido. El objetivo es mimetizarse en el mercado interno de un país, bajo sus normas, leyes y políticas públicas.
Las leyes secundarias recién aprobadas en México deben dar la certeza jurídica, política, financiera y, sobre todo, tener un mercado de piso parejo para todas las empresas públicas o privadas. Esperemos que los cambios constitucionales sean los suficientemente hegemónicos y de una madurez financiera para que los dineros tengan la certidumbre de estar en un largo periodo en México. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.