Si bien levantar el teléfono cuando suena puede parecer una reacción natural, para muchos jóvenes de la generación Z (personas nacidas entre 1997 y 2010), responder una llamada se ha convertido en una experiencia que genera ansiedad, un fenómeno conocido como telefobia. ¿Qué lo caracteriza?
En lugar de llamar, esta generación suele recurrir a mensajes de texto, notas de voz y redes sociales para comunicarse; evitan la espontaneidad de una conversación en tiempo real, lo que provoca que cada vez más personas tengan miedo a hablar por teléfono.
Stephanie Wijkstrom, directora ejecutiva y fundadora del Counseling and Wellness Center de Pittsburgh, comentó a Newsweek: “La telefobia es un miedo intenso o malestar ante las llamadas telefónicas. Quienes la padecen suelen mostrar ansiedad, conductas de evitación y, a veces, síntomas físicos como un aumento de la frecuencia cardiaca o transpiración cuando esperan una llamada”.
En una encuesta de Uswitch, realizada en 2024 a 2,000 adultos del Reino Unido, casi 70 por ciento de las personas de entre 18 y 34 años preferían enviar mensajes de texto a hablar, y 23 por ciento admitió que nunca respondía a las llamadas. La renuencia a descolgar el teléfono suele estar relacionada con evitar las llamadas fraudulentas, pero también influyen los factores sociales.
“En nuestra era digital, los mensajes de texto y en línea son nuestros principales modos de comunicación y, a menudo, nos sentimos menos vulnerables y más cómodos que en una conversación en vivo o una llamada telefónica. Además, las redes sociales contribuyen al entorno de interacciones seleccionadas y, a su vez, hacen que las llamadas telefónicas resulten abrumadoras por su espontaneidad”, explicó Wijkstrom.
¿SE PUEDE CONTROLAR LA TELEFOBIA?
En algunos lugares ya se están tomando medidas para abordar el problema de la telefobia entre los jóvenes. El Nottingham College, en Reino Unido, ha comenzado a organizar sesiones para ayudar a los estudiantes a desarrollar su confianza al usar el teléfono. Su sesión “Cinco pasos para la confianza telefónica” se desarrolló después de que los asesores profesionales notaran que los estudiantes tenían dificultades con las entrevistas por teléfono.
Liz Baxter, asesora profesional del colegio, apuntó que los jóvenes tienen buenas habilidades de comunicación, en particular cuando juegan en línea con amigos, pero tienen dificultades con la formalidad y la inmediatez de las llamadas.
“Los mensajes de texto les permiten pensar (y pensar demasiado) sus respuestas, de ahí su preferencia por esto. Con una llamada en vivo hay un miedo palpable al fracaso. Se hacen preguntas como: ‘¿Qué pasa si digo algo incorrecto?’ y ‘¿Qué pasa si no sé la respuesta? ‘”, dijo.
Si bien los mensajes de texto y las redes sociales están profundamente arraigados en la comunicación moderna, agregó, las conversaciones telefónicas o videollamadas siguen siendo una habilidad crucial para las entrevistas de trabajo, la creación de redes profesionales y el intercambio de noticias importantes. Afortunadamente es posible vencer la telefobia.
“La respiración profunda antes de una llamada es un método para practicar la atención plena, que puede ayudar a regular los nervios y reducir el estrés”, recomendó. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)