Cuando la Dra. Jennifer comenzó a sangrar y a sentir calambres tenía dos prioridades: llegar al hospital y completar sus notas clínicas. Pero no necesariamente en ese orden. Jennifer, quien solicitó ser identificada solo por su nombre, tenía cinco meses de embarazo. Como doctora de medicina familiar reconocía los síntomas del trabajo de parto prematuro y, si alguno de sus pacientes hubiera estado en su lugar, le habría ordenado que llamara a una ambulancia de inmediato. Ello es parte de los casos de agotamiento que padece el personal médico que posiblemente la IA pueda solucionar.
Apenas era mediodía y Jennifer todavía tenía pacientes que atender. Continuó con sus visitas programadas y luego se paró frente al mostrador, procurando superar el dolor y el pánico, para terminar las notas adjuntas. “Tuve que terminar mi trabajo antes de ir al hospital”, dice. “Es una locura, pero es lo que uno hace”.
Cuando Jennifer finalmente condujo ella misma (y su computadora portátil) hasta el hospital, su médico le dio un ultimátum: sigue trabajando o te quedas con el bebé. Jennifer optó por seis semanas de reposo en cama y, por primera vez desde antes de su residencia, probó la quietud.
Durante sus semanas laborales de 60 horas por lo general atendía a 25 pacientes al día, pero en un momento dado tenía otros tres esperando en las salas de examen, y pasaba de 10 a 15 minutos con cada uno. No se detenía para almorzar y rara vez iba al baño. “Yo era realmente eficiente. Normalmente no me atrasaba en nada”, explica Jennifer. “Excepto que no podía terminar las notas de mis pacientes porque no podía trabajar en las notas mientras tenía otros dos pacientes esperándome”.
En un día laboral normal, Jennifer llegaba a casa alrededor de las 18:30 horas y luego dedicaba una o dos horas a ponerse al día con sus notas.
VÍCTIMAS DE UN SÍNDROME PSICOLÓGICO
El trabajo a menudo llegaba hasta el fin de semana y por lo general ocupaba de cuatro a ocho horas del sábado. “Con el tiempo piensas: no es así como quiero practicar la medicina. Quiero sentarme y tener una conversación y realmente cuidar de la gente”, reflexiona Jennifer. “Me di cuenta de que hay más en la vida que trabajar así”.
Después de dar a luz a un hijo sano y regresar de una licencia de maternidad de seis semanas, la Dra. se preguntó cómo podría dejar de trabajar para un grupo médico “grande” en donde cabía el tipo de atención que ella quería brindar. Aproximadamente un año después renunció a su empleo.
Hay muchos otros médicos que han llegado a esa conclusión. Más de 71,300 doctores en Estados Unidos abandonaron sus trabajos entre 2021 y 2022, según la firma de análisis de datos Definitive Healthcare, el equivalente a 6 por ciento de la fuerza laboral médica total y casi el doble de la tasa antes de la pandemia. En comparación, ese mismo año las facultades de medicina graduaron a 21,051 nuevos médicos, según la Asociación de Facultades de Medicina Estadounidenses, (AAMC, por sus siglas en inglés).
Una encuesta realizada por la Medical Group Management Association encontró que, en 2021, 33 por ciento de todos los consultorios reveló que al menos uno de sus médicos se jubiló anticipadamente o se fue debido al “agotamiento”, definido en la revista médica World Psychiatry como un “síndrome psicológico” resultante de “estresores interpersonales crónicos en el trabajo”. El año pasado, según la Asociación Médica Estadounidense, casi la mitad de los médicos informó al menos un síntoma de agotamiento: fatiga, cinismo, desapego o sensación de ineficacia.
EL PERSONAL MÉDICO VIVE ESTRÉS CONSTANTE Y LA IA PUEDE AYUDAR
Aunque la afección no es nueva, alcanzó su punto máximo junto con las tensiones impuestas al sistema de atención médica por el covid-19. Hay indicios de que la atención al paciente se está viendo afectada. Varios estudios relacionan el agotamiento de los doctores con errores médicos importantes. Y los médicos que abandonan la profesión dejan un vacío del tamaño de una crisis, creando aún más estrés para los que permanecen.
Pero durante los últimos dos años una posible solución ha generado revuelo. Es posible que la inteligencia artificial (IA) generativa, la tecnología detrás de ChatGPT, no reemplace a tu médico en el corto plazo, pero hay muchas esperanzas de que pueda facilitar su trabajo al reducir el tiempo dedicado al tipo de tablas en las que Jennifer trabajaba mientras afrontaba un parto prematuro.
Las tareas de documentación, como responder a los mensajes de los pacientes, presentar informes clínicos y ocuparse de asuntos de seguros, ocupan actualmente casi la mitad de las jornadas laborales de los doctores. Si la IA hiciera este trabajo, en teoría, podría devolverles a los médicos el tiempo que tanto necesitan.
“Ese es un potencial enorme que todo el mundo reconoce”, afirma Parminder Bhatia, director de inteligencia artificial de GE HealthCare. McKinsey & Company estima que la IA generativa podría potenciar mejoras por valor de un billón de dólares en la industria del cuidado médico, en parte “automatizando el trabajo operativo tedioso y propenso a errores”.
NO HAY CITAS DISPONIBLES, LA IA PODRÍA SUSTITUIR AL PERSONAL MÉDICO
Evitar que los médicos se agoten y abandonen el campo es especialmente crítico ahora que el sistema de atención médica enfrenta presiones demográficas desalentadoras. En 2023, la Oficina del Censo informó que, para 2030, los estadounidenses de 65 años o más superarán en número a los niños. Actualmente, en promedio uno de cada seis estadounidenses tiene 65 años o más; en 2060 será casi uno de cada cuatro. Más personas mayores necesitarán más médicos, pero la AAMC estima que en 2033 a Estados Unidos le faltarán hasta 139,000 médicos. “No se puede administrar un sistema de salud sin médicos”, señala el Dr. David Rhew, director médico y vicepresidente de atención médica de Microsoft.
Mientras tanto, los tiempos de espera se alargarán y los pacientes perderán la paciencia cada vez más. La atención sanitaria es esencialmente una industria de servicios. Innovaciones como la telemedicina no cambian los fundamentos: un médico aún debe realizar la visita. “La inteligencia artificial no va a resolver la escasez de médicos en todo el país”, afirma Garrett Adams, vicepresidente de investigación y desarrollo del proveedor de software médico Epic. “Podemos ayudarlos a hacer más con menos, pero no podemos resolver el hecho de que haya menos”.
Cuando Jennifer se imagina a sí misma haciendo tablas mientras enfrenta un posible parto prematuro, la primera palabra que le viene a la mente es “orgullosa”, revela. “Pero también me siento un poco decepcionada porque sé que hay una mejor forma de hacer las cosas”.
DESCIFRAR LOS DATOS
Los sistemas de salud son conscientes desde hace mucho tiempo de las crecientes cargas administrativas que pesan sobre los médicos. El principal culpable es la historia clínica electrónica (HCE), una innovación que comenzó principalmente como un método para que los hospitales realizaran seguimiento de la facturación de los pacientes y la programación de citas. Pero, en la década de 1990, a medida que la tecnología informática mejoró y fue ampliamente adoptada por los consultorios médicos, la HCE comenzó a convertirse en un tomo enorme que abarcaba todo el historial médico de una persona.
No es casualidad que Epic, uno de los más grandes vendedores de HCE (EHR, por sus siglas en inglés), lleve el nombre de “épicas” literarias, poemas heroicos definidos por su extrema extensión. Un estudio de la Universidad de Wisconsin encontró que uno de cada cinco pacientes tiene una HCE del tamaño de la novela Moby Dick, de Herman Melville, es decir, más de 206,000 palabras. “[La IA generativa] es una oportunidad para agregar una capa de simplicidad a la cantidad de información del tamaño de Moby Dick en el historial de un paciente”, señala Adams.
Epic ha agregado docenas de funciones de inteligencia artificial a su software, apunta Seth Hain, vicepresidente sénior de investigación y desarrollo de la compañía. “El enfoque [de Epic] con la IA generativa es ayudar a las personas a ser más eficientes”, añade.
Una nueva herramienta resume esas extensas historias clínicas electrónicas. Otra función redacta respuestas a mensajes en MyChart, el portal de Epic que permite a los pacientes comunicarse con sus médicos. Más de 250 sistemas de salud están utilizando las herramientas actuales y se están desarrollando más de 100 nuevas funciones.
UN MODELO DE IA PARA CLASIFICAR MENSAJES DEL PERSONAL MÉDICO
El Dr. Michael Hasselberg, director de salud digital de Medicina en la Universidad de Rochester (UR), Nueva York, comenta que hubo un aumento de 300 por ciento en los mensajes a través de su portal para pacientes en los últimos cinco años. Cada mensaje —incluidos la programación de citas y el reabastecimiento de recetas— se dirige a un médico. No es el uso más eficiente del tiempo para las personas con títulos en medicina.
Después de unos días trabajando con tecnología de inteligencia artificial generativa, el equipo de Hasselberg logró afinar un modelo que pudo clasificar los mensajes de manera confiable y precisa. Ahora, expone, “la máquina en realidad funciona mejor que el humano”.
OTROS INSTRUMENTOS DE IA PARA AYUDAR AL PERSONAL MÉDICO
Otro tipo de herramienta impulsada por IA que se está volviendo popular entre el personal médico se llama ambient scribe (“escriba ambiental”), que registra visitas completas de pacientes, crea una transcripción y redacta notas clínicas. En los pilotos de Medicina de UR, Hasselberg dijo que los médicos ahorraron “varias horas al día” utilizando varias versiones de estas herramientas.
Otras herramientas también se muestran prometedoras. Según una encuesta realizada por Microsoft, su transcriptor ambiental DAX Copilot ahorra a los médicos un promedio de cinco minutos por visita, y 70 por ciento dice que la herramienta reduce el agotamiento y la fatiga. Y la gran mayoría de los pacientes, quienes deben dar su consentimiento para que sus médicos registren su visita, dijeron que esto hizo que su médico fuera más agradable, conversador y concentrado.
Los escribas ambientales pueden “liberar a los proveedores de sus teclados”, expresa el Dr. Daniel Yang, vicepresidente de inteligencia artificial y tecnologías emergentes de Kaiser Permanente. “Les permite volver a centrar su atención desde la pantalla de la computadora hacia la cara del paciente nuevamente. Hace que el cuidado vuelva a ser más humano”.
Pero todavía se muestra cauteloso a la hora de hacer promesas sobre cuánto podrá ofrecer la IA. Yang comenta que recibe múltiples propuestas diariamente de parte de desarrolladores de inteligencia artificial y, como médico de medicina interna que ejerce, le preocupa que algunos no estén dando en el blanco. “Veo un gran desfase entre las necesidades y deseos de los proveedores y las tecnologías que están en desarrollo para nosotros”, afirma.
Manav Sevak, fundador y director ejecutivo de la empresa de inteligencia artificial Memora Health, está trabajando para adaptar sus herramientas a los flujos de trabajo de diferentes especialistas.
UN ADMINISTRADOR, PERO DIFERENTE
Un oncólogo que necesita gestionar la quimioterapia de un paciente requerirá un sistema diferente al de un gastroenterólogo que prepara a alguien para una colonoscopia.
“No es tan fácil como activarlo y que cada proveedor obtenga exactamente el mismo flujo de trabajo”, explica Sevak. Memora utiliza herramientas de procesamiento del lenguaje natural para detectar patrones en el trabajo de los médicos individuales y comprender dónde se puede automatizar. El proceso requiere la opinión de los médicos sobre la redacción y el flujo de trabajo y, por lo general, el médico tarda aproximadamente una hora y media en completarlo.
Un tema común para muchas de las herramientas de inteligencia artificial generativa actuales es que cambian la naturaleza de la producción de notas, desde la escritura hasta la edición. Si bien muchos médicos informan que esto hace que el proceso sea menos engorroso —desde el punto de vista cognitivo— que empezar desde cero, no siempre ahorra tiempo; especialmente si la calidad del texto de la IA es deficiente.
Un estudio reciente de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego y la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford encontró que cuando los médicos usaron IA generativa para redactar respuestas a los mensajes de pacientes, sus contestaciones fueron más largas y más compasivas. Pero los médicos no dedicaban menos tiempo a escribir. A menudo mantenían las sutilezas añadidas de la IA como “¡que tengas unas buenas vacaciones!” y “¡cuídate!”, pero luego hicieron cambios sustanciales en el contenido clínico. Su sorprendente hallazgo fue que el personal médico pasó casi 22 por ciento más de tiempo leyendo mensajes cuando usaban IA. Al final de cualquiera de estos procesos, un médico aún debe aprobar la nota clínica, lo que significa que también le corresponde verificar si la IA lo hizo bien.
EL DAÑO MORAL DE LOS MÉDICOS
Estos problemas podrían hacer que los médicos se sientan inclinados a esperar hasta que la IA generativa sea una tecnología con más madurez. Pero eso también es arriesgado. “Si los médicos no prestan atención ahora la tecnología les llegará”, dice Nigam Shah, científico jefe de datos de Stanford Health Care. La última vez que los médicos “no prestaron atención a la tecnología”, añade, obtuvieron la HCE que les quita el tiempo. “No es necesario que todos los médicos participen, pero cada sistema de salud, cada grupo de médicos, necesita tener algunas personas que presten atención a la forma en que se desarrolla, evalúa y utiliza esta tecnología”.
Cuando Newsweek preguntó a los médicos agotados qué les preocupaba más acerca de la inteligencia artificial, la duda más común no era sobre la tecnología en sí, sino sobre cómo la usarían sus empleadores.
En teoría, los dos objetivos de la IA (mejorar la eficiencia y reducir el agotamiento de los médicos) parecen complementarse entre sí: si los médicos terminan sus tareas administrativas más rápidamente, pueden pasar más tiempo con los pacientes y luego irse a casa y relajarse después de su turno. Practicar medicina resultará menos agotador y más conectivo.
Pero algunos médicos ven una paradoja. Los sistemas de salud están bajo presión no solo por la escasez de personal proveedor, sino también por las bajas tasas de reembolso y el aumento de los costos. Los márgenes de beneficio son reducidos. Si la inteligencia artificial libera tiempo para los médicos, ¿ese tiempo realmente lo tendrán? ¿Pueden duplicar la duración de las visitas de los pacientes y dedicar sus horas libres a algo más que las notas de los pacientes? ¿O los sistemas de salud verán ese tiempo ahorrado como una señal de que los médicos están dispuestos a asumir aún más trabajo?
LA IA REDUCE EL TIEMPO A LA HORA DE LA ATENCIÓN A LOS PACIENTES
Supongamos que los médicos pueden atender a más pacientes porque la IA reduce el tiempo dedicado a algunas tareas. Más pacientes inevitablemente generarán más resultados de laboratorio, más derivaciones a especialistas, más resurtidos de recetas, más casos que revisar y más decisiones clínicas informadas que tomar.
Ninguno de los sistemas de salud con los que hablamos pudo decir todavía cómo se distribuiría el ahorro de tiempo de los médicos. La tecnología de IA generativa es todavía tan nueva que Kaiser no está seguro de cuánto tiempo se está ahorrando, según Yang. Hasselberg dice que, si bien Medicina UR no se lo pidió, algunos médicos han aceptado más pacientes por su propia voluntad. “Nuestra intención con muchas de estas herramientas de documentación ambiental era centrarnos en el bienestar y el agotamiento de nuestra fuerza laboral”, comenta Hasselberg. “Dicho esto, los médicos entraron en este campo porque quieren atender a las personas”.
Variantes de esta frase son comunes en las propuestas de nuevas herramientas de inteligencia artificial: “La IA se encargará del trabajo sucio para que los médicos puedan centrarse en la atención al paciente”. Sin embargo, los médicos aseguran a Newsweek que la atención al paciente puede ser la parte más devastadora de ser médico. No es raro que se compare la vida de un médico con la vida de un soldado. Servicio y sacrificio. Estoicismo y orgullo obstinado. Una desconexión entre la misión a la que te sentiste llamado (afectuoso, conectivo) y el sistema en el que caíste (industrial, impersonal).
EL ENEMIGO “DR. SUICIDIO”
“Con frecuencia se caracteriza erróneamente el daño moral. En los veteranos de guerra se diagnostica estrés postraumático; entre los médicos, se describe como agotamiento”, escribió el Dr. Simon Talbot, profesor asociado de cirugía en la Facultad de Medicina de Harvard, y la Dra. Wendy Dean, directora médica de la Fundación Henry M. Jackson para el Avance de la Medicina Militar, en un influyente ensayo de 2018. “El daño moral de la atención médica… es no poder brindar atención y sanación de alta calidad”.
Como hija de un patólogo y una psiquiatra, la Dra. Pamela Wible, médica residente en Oregón, pasó su infancia entre la morgue y el hospital psiquiátrico estatal. Vio a sus padres cuidar a personas que tenían esquizofrenia, que eran homicidas, que estaban muertas. Desarrolló una “alta tolerancia a la tragedia y el trauma” y decidió ir ella misma a la escuela de medicina.
Pero a medida que avanzaba su carrera, Wible empezó a notar algo: los médicos a su alrededor seguían muriendo por suicidio. Tres doctores de su pequeña ciudad se quitaron la vida en el plazo de un año. Los dos hombres con los que salió en la facultad de medicina se suicidaron más tarde en el mejor momento de sus carreras, casados y con hijos. Cuando Wible tenía poco más de 40 años ya había perdido a diez colegas por suicidio. En aquel entonces, en 2012, se podía buscar en Google “Dr. Suicidio” y obtener una página de resultados, señala.
“Pensé que era extraño. Y lo que me pareció aún más raro fue que nadie quería investigar por qué”. Wible dejó de trabajar en medicina familiar y ahora brinda apoyo a médicos con ideación suicida. Ha hablado con miles de doctores y las conversaciones rara vez se centran en el papeleo que tienen que hacer.
400 MÉDICOS MUEREN POR SUICIDIO CADA AÑO
A menudo, hablan de un desajuste entre sus esperanzas y sueños y la realidad de una carrera en la industria del cuidado de la salud.
Cada año, entre 300 y 400 médicos mueren por suicidio, según una revisión de la literatura que abarca una década. Proporcionalmente, eso es más del doble de la incidencia en la población general. “A diferencia de los cigarrillos que tienen un recuadro negro de advertencia sobre el cáncer de pulmón, al ingresar a la facultad de medicina no hay ningún recuadro negro de advertencia que diga: ‘Podrías correr riesgo de suicidio'”, señala Wible.
La medicina no se practica en un vacío. Con frecuencia, los pacientes a los que los médicos intentan curar sufren tales problemas sociales —personas que no pueden pagar copagos de 50 dólares, niños en hogares inestables que no pueden mantener los medicamentos refrigerados— que se sienten impotentes para resolver su situación. “También somos la red de seguridad social del país, adonde acuden las personas cuando se quedan sin hogar, están heridas o sufren ataques cardiacos”, señala Wible. “No tenemos el apoyo emocional que necesitamos para recuperarnos de lo que hemos visto”.
Wible escucha todo el tiempo declaraciones de “anhelo” de los médicos: “Quisiera poder tomarme un descanso para almorzar. Quisiera poder usar el baño. Quisiera poder volver a casa con mi familia”. Quizás esos cinco minutos adicionales ahorrados por visita puedan sumar, pero Wible asegura que la lista de deseos de los médicos continúa. “Quisiera tener seguridad laboral. Desearía poder recibir atención de salud mental sin miedo a perder mi licencia. Quisiera que me trataran como a un ser humano”.
LAS HERIDAS QUE EL TIEMPO NO PUEDE CURAR
Hay algunas heridas que el tiempo, por sí solo, no puede curar.
Newsweek preguntó a médicos, líderes de sistemas de salud, doctores y ejecutivos de tecnología de la salud: “¿Es la IA la cura para el agotamiento del personal médico?” Nadie respondió sí o no. En cambio, sus respuestas llegaron en tonos de gris, bordeados de plata. “Soy optimista”. “Es la mejor herramienta que tenemos en este momento”. “Nos ayudará a llegar allí”. Es el tipo de esperanza cautelosa que ya conocen los médicos de todo el mundo. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)