Aunque frecuentemente nos guste creer lo contrario, a los cubanos no nos sobran hoy razones para estar orgullosos de la buena salud de nuestro quehacer literario, muy en particular en lo que se refiere al género narrativo. Ello convierte en triste paradoja el hecho de que los libros de uno de los mayores escritores vivos de la Isla no circulen bajo el rótulo de ninguna de las grandes editoriales comerciales. Félix Luis Viera, narrador y poeta de primera línea en el panorama literario internacional, acaba de publicar otra de sus joyas, la novela Un mariachi viejo, con Neo Club Ediciones, de Miami. Y tal como ha venido sucediendo en los últimos años, el acontecimiento no parece suficiente para atraer la atención de la crítica ni de los más influyentes medios de promoción cultural.
Justo a propósito de esta nueva obra y de otras particularidades relacionadas con el autor, Newsweek en Español entrevista a Félix Luis Viera:
JHF: México como escenario, y muy en particular la mujer mexicana como leitmotiv, ocupan parte sustancial de la obra narrativa y la poesía que has escrito durante el último cuarto de siglo. ¿Podría decirse que ambos factores combinados, o sea tus experiencias de vida en territorio mexicano, marcan la etapa de tu madurez como escritor tan decisivamente como la marcó en tus inicios la presencia en Cuba?
FLV: No, porque antes de residir en México, escribí tres de mis novelitas que, afirman quienes saben de la materia, se hallan entre lo mejorcito que he dado a conocer en el género: Con tu vestido blanco, Serás comunista, pero te quiero y El corazón del rey —en este último caso el borrador—, independientemente de que alguna se publicara por primera vez en México.
En México escribí Un ciervo herido y Un loco si puede —creo que mi mejor novela si nos atenemos al aspecto formal—. Pero fíjate que todas se desarrollan en Cuba.
Sobre México, son solamente dos novelas: La sangre del tequila y Un mariachi viejo. Ahora bien, en mi libro de poemas La patria es un naranja sí hay una buena cantidad de versos —de diversa temática— que tienen como asunto la Ciudad de México.
“EL ESTILO ES EL HOMBRE”
JHF: En Un mariachi viejo, tu más reciente obra, vuelves a imponer ese singular tratamiento a lo erótico que sobresale en tu novelística, un aspecto básico de lo que debe ser reconocido como el estilo Viera en la literatura cubana. Pero ¿hasta qué punto ese ingrediente no responde también en gran medida a tus vivencias y a tu quehacer profesional en México? ¿Conoces si ha tenido buena aceptación entre los lectores mexicanos el audaz, aunque muy especial acento erótico de tu narrativa?
FLV: Se le atribuye al francés George–Louis Leclerc la sentencia “el estilo es el hombre”, con la cual este humilde servidor está totalmente de acuerdo. Así, si vamos a ver, desde mis primeros poemas y narraciones ese elemento de lo erótico está presente.
En mis poemas de La patria es una naranja —que tienen como escenario en buena medida la Ciudad de México— y en mis novelas La sangre del tequila y Un mariachi viejo —ambas “mexicanas”— está presente ese recurso, más en la primera.
Digo “recurso” para estar a tono, porque en realidad es cuestión de ADN. Todo escritor debe serle fiel a su voz y su mundo. Considera cuántos excelentes escritores no se ven por ahí que patinan de modo soberbio al meterse en historias, mundos que no tienen nada que ver con él, con su yo. Así, se nota que han caído al precipicio. Unos por dinero, otros por el afán de “participar”, de estar, como se dice, en el insaid.
El erotismo en la creación literaria se trata de, si viene al caso, describir los detalles íntimos —sobre todo de la mujer, hasta cuando los describa una mujer—, aun los desnudos o el accionar del coito, pero siempre desde el punto de vista del estremecimiento humano, no de la lascivia. Fíjate que digo “sobre todo de la mujer”, porque el hombre tiene pocos efectos en este sentido; igual que tiene muchos menos puntos erógenos que la mujer, razón por la que ellas tienen el poder.
No, no he tenido noticias de la posible aceptación de Un mariachi viejo entre los lectores mexicanos. Sí de La sangre del tequila, que se publicó hace algún tiempo: de las mujeres más bien reproches.
JHF: Eres, sin la menor duda, uno de los más importantes escritores cubanos de la actualidad. En el año 2019 fuiste reconocido, en Miami, con el Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba. No obstante, tengo la impresión de que en esta ciudad tu obra no ha recibido aún toda la atención y la distinción que merece por parte de la crítica y de los medios de promoción cultural. En la Isla, por razones políticas, los libros de Viera no son accesibles para lo que podríamos llamar sus lectores naturales, mucho menos para los medios de información. Pero ¿crees que tan injusta y torpe censura está siendo debidamente resarcida en el exilio?
FLV: Gracias. Bueno, en Cuba sería muy raro que se publicara o promoviera la obra de un escritor que se ha exiliado y mucho menos si ha cuestionado al régimen existente en el país. Si bien, a veces, ocurre lo contrario con ciertos autores ya fallecidos. Recuerda que allá todos los órganos de información autorizados, así como las instituciones culturales están en la nómina del gobierno.
Lo dicho en el párrafo anterior ocurre con la anuencia de los colegas que viven en la Isla. Unos, guardan un silencio cómplice, aunque decoroso en ciertos casos; otros, queman su decoro sin pensarlo dos veces al prosternarse de la manera más visible ante el poder, con tal de recibir reconocimientos de algún tipo —en este caso, como queda claro, me refiero a quienes fingen; porque los hay que sí, en realidad, de modo desinteresado, continúan creyendo en ese sistema, y eso debe respetarse.
En cuanto a la segunda parte de tu pregunta, pues… más o menos.
SOY UN TIPO QUE SE HA EQUIVOCADO
JHF: Hace algunos años anunciaste que no ibas a continuar escribiendo poesía y que en lo sucesivo te concentrarías en la escritura de narrativa. Por suerte, el anuncio no fue irrevocable. Sigues escribiendo poemas, aunque también tus narraciones están impregnadas de poesía hasta la médula. Justo a propósito de ese tipo de narrativa como la tuya, con alta distinción y vuelo poético, ¿cuál es tu criterio sobre el actual estado de salud de nuestra literatura, bien sea elaborada dentro o fuera de la Isla?
FLV: Sí, eso dije. Me equivoqué, como tantas veces en la vida. No me apena proclamar que soy un tipo que se ha equivocado creo que en demasía. Igual hago honor a ese dicho popular de que “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Yo he chocado más de dos veces.
Bueno, claro que no he podido leer —y valorar— toda la literatura cubana que se publica en la actualidad. De la que se publica en la Isla, si ponemos a un lado algo de la poesía, no tengo noticias. Sobre la que se da a conocer en el exterior, me llega cierta confusión. Pues con eso de que hoy resulta relativamente fácil publicar un libro, se nota mucho desnivel en las calidades; se advierten libros que no han pasado una criba.
JHF: ¿Cómo son tus relaciones con otros escritores cubanos de tu época, o de tiempos posteriores, en especial con viejos amigos y conocidos del gremio, tanto los que residen en Cuba como en el exterior?
FLV: No pocos de los que viven en Cuba me han olvidado a sangre fría. Ya sabemos por qué en la mayoría de los casos. Mis relaciones son excelentes con un buen grupo de los que viven en el extranjero; seres honestos, amén de talentosos.
Sin embargo, recientemente ciertos colegas y compatriotas residentes en España han hecho circular una leyenda, con la clara finalidad de denigrarme, que ya se ha corrido hasta Estados a Unidos y otros sitios. Me duele que intelectuales, hombres y mujeres, a quienes admiro y —todavía— quiero se hayan hecho eco de esta patraña y tomaran distancia de mi persona. Estos me duelen. Los demás, como diría mi hermanito de la infancia el negro Papo: “Se pueden ir pal carajo”. N