Saleh al Aruri, el segundo líder más importante del movimiento islamista Hamás, murió este martes 2 de enero durante un bombardeo perpetrado en Beirut, Líbano, e imputado a Israel. Tras el deceso, el jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, afirmó que su movimiento “nunca será vencido”.
“Un movimiento cuyos líderes y fundadores caen como mártires por la dignidad de nuestro pueblo y nuestra nación nunca será vencido”, declaró Haniyeh en una alocución por televisión. “Es la historia de la resistencia y del movimiento que, tras el asesinato de sus líderes, se vuelve aún más fuerte y determinado”, añadió.
ADEMÁS DE SALEH AL ARURI, DOS LÍDERES MÁS MURIERON
Durante su discurso, Haniyeh culpó a la “ocupación sionista” del bombardeo y lo calificó de “acto terrorista”. También dijo que se trataba de “una violación de la soberanía de Líbano y una expansión” de la agresión “contra nuestro pueblo y nuestra nación”.
Solicitado por AFP, el ejército israelí declaró que no comentaba “informaciones de medios extranjeros”. Su portavoz, Daniel Hagari, subrayó que el cuerpo armado estaba preparado ante “cualquier escenario”.
El jefe de Hamás, movimiento que está en el poder en la Franja de Gaza desde 2007, afirmó que dos jefes de su brazo militar, las brigadas Ezzedine al Qassam, murieron en el bombardeo. Se trata de Samir Fendi y Azzam al Aqraa, según él.
QUIÉN FUE SALEH AL ARURI
Saleh al Aruri, además de ser líder de alto rango de Hamás, también se desempeñó como un comandante fundador del ala militar del movimiento, las Brigadas Izz ad Din al Qassam. También se hacía nombrar vicepresidente de la oficina política de Hamás y comandante militar de Hamás de Cisjordania; sin embargo, vivía en el Líbano.
El gobierno de Estados Unidos acusó a Al Aruri de haber sido “un líder militar de alto rango de Hamás que se remonta a su papel como líder de células estudiantiles de Hamás en la Universidad de Hebrón a principios de la década de 1990”. También se desempeñó como reclutador y participó activamente en la recaudación y transferencia de fondos en nombre de Hamás.
En 2015, Estados Unidos lo designó como terrorista e incluso impuso una recompensa de 5 millones de dólares por su cabeza. En 2014, Al Aruri anunció la autoría de Hamás en el atentado terrorista del 12 de junio de 2014, donde fueron secuestrados y asesinados tres adolescentes israelíes en Cisjordania, entre ellos el ciudadano israelí y estadounidense Naftali Fraenkel. Al Aruri elogió públicamente los asesinatos, a los que denominó como una “operación heroica”.
Saleh al Aruri era identificado como un jugador clave en el movimiento, que desarrolló sus operaciones en Cisjordania desde el exilio en Siria, Turquía, Catar y, finalmente, Líbano después de largos periodos en las prisiones israelíes. Al Aruri pasó casi veinte años en prisión —acusado de diversos ataques terroristas—, y fue liberado en 2010 con la condición de exiliarse.
HEZBOLÁ LANZA AMENAZA A ISRAEL
De acuerdo con una de las fuentes de seguridad libanesas, Al Aruri murió junto a sus guardaespaldas en un ataque con aviones no tripulados contra la oficina de Hamás al sur de Beirut. Esta región es bastión del movimiento Hezbolá, respaldado por Irán.
En tanto, el primer ministro interino de Líbano, Najib Mikati, condenó el “nuevo crimen israelí”. A su vez, advirtió que Israel “pretende arrastrar a Líbano a una nueva fase de confrontaciones”.
En una conferencia de prensa en noviembre pasado, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo que “instruyó al Mossad para que actuara contra los jefes de Hamas dondequiera que estén” a raíz del asalto de Hamas del 7 de octubre al sur de Israel, informó The Times of Israel. En la misma conferencia de prensa, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que todos los líderes de Hamas “están viviendo de tiempo prestado. La lucha es mundial”.
En tanto, inmediatamente después de conocerse la muerte de Saleh al Aruri, el movimiento libanés Hezbolá, aliado de Hamás, advirtió que el “asesinato no quedará impune”.
En un comunicado el grupo advirtió: “Nosotros, Hezbolá, afirmamos que este crimen no quedará sin respuesta ni impune. Consideramos que el crimen de asesinar al jeque Saleh al Aruri en el corazón de Beirut es un grave ataque contra Líbano. Así como un acontecimiento peligroso en el curso de la guerra”. N
(Con información de AFP)