La Franja de Gaza cumple 100 días de la guerra entre Hamás e Israel que deja hasta el momento más de 23,000 muertos y millones de personas sobrevivientes exhaustas y aterrorizadas, mientras las morgues se desbordan y los barrios han sido reducidos a escombros. En tanto, el sistema de salud colapsa.
El ministerio de Salud de Hamás reportó este viernes 12 de enero un nuevo balance de al menos 23,708 muertos en la Franja de Gaza desde el inicio de la guerra entre el movimiento islamista palestino e Israel, el 7 de octubre. Hamás informó también de 60,005 heridos.
En tanto, este viernes, la red telefónica y de internet de la Franja de Gaza volvió a quedar fuera de servicio por los bombardeos israelíes en el asediado territorio palestino, informó el operador de telecomunicaciones local Paltel.
“Lamentamos informar que todos los servicios de telecomunicaciones en la Franja de Gaza están cortados por la agresión en curso. Gaza vuelve a estar desconectada”, indicó la compañía palestina en la red social X.
100 DÍAS DE GUERRA EN GAZA PARECEN 100 AÑOS
“Solo son cien días, pero tenemos la impresión de que han pasado cien años”, dice Abdul Aziz Saadat, que al igual que la inmensa mayoría de los gazatíes tuvo que huir de su casa y vive en un campo de refugiados en Rafah, en el sur de la Franja.
Y es que la faz de este enclave costero superpoblado ha cambiado mucho. Lo que antes eran barrios con calles repletas de gente y de atascos ahora son montones de ruinas.
“Algunos viven en colegios, otros en las calles, por el suelo, y otros en bancos. La guerra ha afectado a todo el mundo”, describe Saadat. Alrededor de 1.9 millones de personas, es decir el 80 por ciento de la población de la Franja, tuvo que abandonar su hogar, según la ONU.
La Franja de Gaza se ha vuelto “inhabitable” y “un lugar de muerte y desesperación”, tal como resume el coordinador de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths.
PELIGRO, SUFRIMIENTO Y TERROR
Los 2.4 millones de gazatíes sobreviven como pueden, y son muy pocos, apenas unos cientos, los que pudieron salir del territorio, sometido a un férreo asedio desde poco después del inicio de los bombardeos israelíes. Los campos de refugiados, las carreteras y los pasos fronterizos están sembrados de cráteres. Escuelas, universidades y lugares de culto tampoco escaparon a los ataques.
Según Unicef, los casos de diarrea entre niños pasaron el mes pasado de 48,000 a 71,000 en una semana. Antes de la guerra se contaban 2,000 casos al mes.
Más allá del peligro, el sufrimiento, el terror y los paisajes de destrucción, Hadeel Shehata, de 23 años, resume la desesperanza de la juventud de Gaza, donde la mitad de la población es menor de edad. “Algunos niños iban al colegio, otros a la guardería… Todo eso no ha servido de nada, se ha perdido todo”, lamenta. “Hemos perdido nuestros sueños”. N