Los recientes cambios geopolíticos han destacado la fortaleza económica de México. Durante los últimos dos años la economía mexicana ha experimentado un acelerado crecimiento, y en 2023 México superó a China como la principal fuente de bienes importados a Estados Unidos, además de recibir un histórico flujo de inversión extranjera directa. Su proximidad geográfica a Estados Unidos, su apertura económica y su fuerza laboral escalable hacen de México una elección obvia para reubicar cadenas de suministro y asegurar un flujo consistente de bienes a los países de Norte América. Sin embargo, existe el riesgo de que esta prosperidad económica sea temporal y que otros países en el sudeste asiático puedan emerger como ganadores permanentes en la batalla por el acceso al mercado estadounidense.
El talento y el mercado laboral mexicano representan una dualidad: una fortaleza y un desafío en el crecimiento sostenido del país. México cuenta con una población total tres veces mayor que la de Canadá y supera a la mayoría de los otros socios comerciales clave de Estados Unidos (excepto China y Brasil) en términos de potencial laboral. No obstante, el crecimiento industrial reciente ha provocado un déficit de mano de obra calificada, a la par que los niveles de educación superior en el país siguen rezagados en comparación con otros socios comerciales estadounidenses. Este déficit ha sido identificado por varios analistas como un desafío significativo para atraer empresas en proceso de relocalización de cadenas de suministro.
Añadiendo a los desafíos, la baja participación laboral de las mujeres en México limita el potencial de la fuerza laboral, a pesar de las altas tasas de educación superior entre ellas. Para asegurar la continuidad del crecimiento económico, México debe capitalizar el vasto potencial de su fuerza laboral femenina, actualmente subutilizada.
LA ESCASA REPRESENTACIÓN FEMENINA EN EL MERCADO LABORAL EN MÉXICO
Con solo el 44.3 por ciento de las mujeres mexicanas formando parte de la población económicamente activa, México exhibe la menor participación laboral femenina entre los países latinoamericanos dentro del grupo G20. Esta participación laboral también se encuentra rezagada en comparación con la de las mujeres en el sudeste asiático. Por ejemplo, México está casi 24 puntos porcentuales por debajo de Vietnam y 17 puntos por debajo de China en términos de la presencia de mujeres en su mercado laboral.
Como se observa en la primera figura, la notable diferencia en la participación laboral entre mujeres y hombres refleja un marcado contraste en el mercado laboral mexicano. El 76.7 por ciento de los hombres en México forman parte del mercado laboral, superando a la mayoría de los países latinoamericanos dentro del G20 y a la mayoría de los socios comerciales asiáticos de Estados Unidos.
Es importante destacar que, incluso estados fronterizos, con altos índices de desarrollo industrial y un gran flujo de inversiones debido al fenómeno del nearshoring, como es el caso de Nuevo León, aún no han logrado integrar a las mujeres de manera significativa en el mercado laboral.
Figura 2. Participación Laboral Femenina por Entidad Federativa (Enfoque en Estados Fronetrizos con EUA)
¿DÓNDE ESTÁN LAS MUJERES?
Las causas detrás de la baja participación laboral femenina en México varían. En 2022, la informalidad laboral afectó a más mujeres (54.8%) que hombres (48%). Además, la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) resalta que tres de cada cuatro personas encargadas del cuidado son mujeres, con la tasa de participación en el cuidado de dependientes superando la tasa de participación laboral femenina (45.1% vs. 44.3%, respectivamente). Esta situación ejemplifica las implicaciones para la fuerza laboral: aproximadamente una cuarta parte, la mitad de las mujeres, de la población en México tienen altos limitantes para empleo formal debido a sus responsabilidades en el cuidado de personas dependientes.
Figura 3. Tasa de Participación y Tiempo Promedio Semanal de Cuidado de Dependientes, Según Sexo
La baja participación laboral de las mujeres en México podría ser menos preocupante si se tratara simplemente de una elección en hogares con suficientes ingresos generados por hombres. Sin embargo, considerando que aproximadamente el 37% de la población mexicana se encuentra en situación de pobreza laboral, donde los ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de todos los miembros del hogar, esa explicación parece poco plausible para la mayoría de los hogares en el país. Es importante señalar que la pobreza laboral afecta de manera desproporcionada a las mujeres: por cada 100 hombres en esta situación, hay 112 mujeres.. Debido a la complejidad de los factores que influyen en el empleo femenino, lograr la integración exitosa de las mujeres en la fuerza laboral requerirá estrategias integrales.
GIRL POWER
A pesar de los desafíos que limitan la participación laboral femenina, hay un gran potencial para un cambio positivo. Por ejemplo, en Japón, el aumento significativo en la tasa de participación laboral de mujeres fue un factor clave para su notable crecimiento económico entre 2012 y 2019. El respaldo gubernamental para el cuidado infantil y las políticas de permisos por maternidad, facilitaron la integración de mujeres a la fuerza laboral. Estas nuevas trabajadoras contribuyeron a mitigar la escasez de mano de obra, elevar los ingresos familiares, y potenciar el crecimiento económico. Asimismo, el éxito de la retención de mujeres cualificadas en la fuerza laboral de Vietnam se atribuye en parte a leyes que favorecen a las familias en términos de cuidado infantil y maternidad. Además, el país ha fortalecido su marco legal para asegurar la igualdad y evitar la discriminación de género.
Los altos niveles educativos entre las mujeres en México, donde hay 98 mujeres por cada 100 hombres con educación superior y 102 mujeres por cada 100 hombres con educación media superior según datos del INEGI, contrastan notablemente con la situación laboral. La proporción entre mujeres y hombres en el número de empleos formales revela una marcada disparidad, con tan solo 66 empleos formales femeninos por cada 100 masculinos. Estos datos resaltan la brecha significativa entre el nivel educativo alcanzado por las mujeres y su representación en el ámbito laboral formal, evidenciando una desigualdad importante en el mercado laboral en términos de género. Los ejemplos internacionales evidencian que la eficaz integración del talento femenino subutilizado en México podría convertirse en el motor de su crecimiento.
Figura 4. Número de Mujeres Por Cada 100 Hombres
Este potencial sería un beneficio para todo México, y especialmente para los estados fronterizos, cuyo desarrollo industrial depende de la generación de mano de obra especializada. Durante la última década, los estados del norte han experimentado un notable crecimiento económico. Baja California, Chihuahua y Nuevo León han registrado un aumento en su Producto Interno Bruto (PIB) superior al 20% (27%, 26% y 21% respectivamente), en comparación con el crecimiento nacional del 12%. En 2022, Nuevo León lideró las contribuciones al Valor Agregado Bruto (VAB) nacional en el sector secundario (sin considerar la minería petrolera) con un 10.1%. En conjunto, los estados del norte aportaron un 25.8% al VAB en este mismo sector, superando la media nacional de las entidades federativas. El aumento en la participación laboral femenina, especialmente entre mujeres con educación superior, podría ayudar a satisfacer la creciente demanda de mano de obra calificada en estos estados.
Existe un gran potencial en el talento no utilizado de las mujeres. Este talento podría aprovecharse mediante políticas de respaldo gubernamental y empresarial como las que han sido utilizadas en países como Japón o Vietnam, los cuales han logrado evitar escasez de mano de obra integrando a las mujeres a la fuerza laboral. Abrazar la inclusividad y valorar los roles diversos, especialmente en el cuidado, no solo empodera a las mujeres, sino que también fortalecen la fuerza laboral y alimentan el crecimiento económico del país. N
*Maggie Switek, PhD, es directora senior del departamento de investigación en el Milken Institute
*Ana Céspedes Cantú es directora asociada de América Latina en el Milken Institute.
Para más información sobre el departamento de investigación del Milken Institute, consulta este enlace: https://milkeninstitute.org/research-department
Consulta los reportes de Milken Institute sobre fortalecimiento de cadenas de suministro en Norte América aquí:
https://milkeninstitute.org/report/mexico-competitividad-comercial-estrategico
https://milkeninstitute.org/report/fortalecimiento-cadenas-produccion-semiconductores-mexico
Newsweek en Español te recomienda también estas notas:
La tecnología de genotipado es una forma rápida y barata de detectar las variantes del covid-19
Casi la mitad de los hombres en España cree que la igualdad de género los discrimina
Innovadora terapia génica permite que un niño sordo escuche por primera vez