Los combustibles fósiles representan alrededor de 250 millones de barriles de petróleo diarios que las economías en el mundo utilizan para mantenerse en movimiento. ¿Cómo sustituir eso en el corto plazo?
El mundo debe dejar de ser romántico con el planeta y decir la realidad que enfrenta la humanidad ante una necesaria desintoxicación de los combustibles en las economías mundiales. Su eliminación deberá implementarse con base en una reducción gradual, bajo términos económicos, científicos y de calidad del aire que podría haber en el futuro.
El futuro no es firmar acuerdos, es recuperar el CO2 de la atmósfera y generar un nuevo mercado mundial energético. Este permitiría tener combustibles fósiles en la creación de energía, pero siempre y cuando existan formas de recuperar el CO2.
Este 8 de diciembre se publicó un borrador de la COP28 (conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático), y en artículo 36, en el inciso C, existen varias opciones sobre cómo podría quedar el texto para los combustibles fósiles. Todas las opciones escritas indican la palabra “eliminar”. Ochenta de 196 países presentes exigieron un acuerdo en la COP28 que ponga fin al uso de combustibles fósiles, en los que están la Unión Europea, Estados Unidos, algunas naciones insulares y países africanos. Pero, por el otro lado, China y países productores de petróleo, encabezados por Arabia Saudita, piensan que la declaración final no debería hacer mención alguna a los combustibles fósiles.
Ante el hecho actual el mundo está por entrar en un dilema: poner a las economías de los países en primer plano y en el segundo, al planeta, respecto al entorno afectado, y en el futuro poder resarcir el daño al desarrollar tecnologías que permitan recuperar el CO2 emanado de procesos o para limpiar a la atmósfera.
EL NUEVO NEGOCIO DEL MUNDO SERÁ LIMPIAR EL PLANETA DE CO2
Es decir, el mundo está pidiendo una autolicencia para continuar con lo que estamos haciendo, cuyo objeto pueda cubrir nuestras necesidades energéticas.
En los próximos años veremos que el nuevo negocio del mundo, el cual será la apología de limpiar el planeta de CO2, ante la falta del cómo y un compromiso real del ser humano de usar combustibles fósiles.
Recientemente se publicó un estudio realizado por el medio Science. El análisis es el resultado de siete años de trabajo de un grupo de 80 investigadores de 16 países. Sus conclusiones son consideradas un consenso científico a tomar en cuenta. Este indica principalmente que, antes de la era industrial, la concentración de CO2 en la atmósfera rondaba un 0.028 por ciento (228 partes por millón). A pesar de su concentración relativamente pequeña, el CO2 es un potente gas de efecto invernadero cuya función vital es regular la temperatura de superficie de la Tierra mediante su forzamiento radiactivo y el efecto invernadero.
En 2022 representaba 0.042 por ciento (420 partes por millón), lo que corresponde a un aumento en la temperatura superficial media global (GMST) de 1.1 °C durante el mismo periodo. Si las emisiones globales de CO2 continúan aumentando, el CO2atmosférico podría superar los 0.080 por ciento (800 ppm), y en el año 2100 podría haber un incremento total de más de 3 grados centígrados en el planeta.
El estudio muestra que hace 56 millones de años la atmósfera terrestre experimentó un rápido aumento de la concentración de CO2 similar al que conocemos hoy y que provocó cambios masivos en los ecosistemas que tardaron unos 150,000 años en disiparse. “En eso estaremos por mucho tiempo, a menos de que capturemos el dióxido de carbono de la atmósfera y detengamos nuestras emisiones lo antes posible”, resumió Baerbel Hoenisch.
LOS PAÍSES DEPENDEN EN GRAN PARTE DE LOS COMBUSTIBLES FÓSILES
El planeta hoy dependerá de las decisiones, no de la COP28; dependerá del compromiso financiero, capaz de poder minimizar el daño a la atmósfera, y al mismo tiempo, recuperar a lo que afecta. Simplemente, todo es un negocio, y todas las naciones deberán adaptarse.
Con anterioridad, el ser humano tenía la necesidad de desplazar; y creó los motores de combustión. En su momento contaminar no era una preocupación. Después las máquinas que transportaban a la gente tuvieron que ser adaptadas para mover cargas, y esto generó una industria manufacturera que necesita energía para generar productos.
Y todo este sistema de economía de cubrir una necesidad se convirtió en una demanda. Eso aumentó ante el incremento de la población, y al mismo tiempo género el poder evolucionar a mejores tecnologías, las cuales requirieron un mayor consumo de energía para su aplicación y uso.
Esto ocasionó que los países dependieran de la extracción, explotación y comercialización de energías primarias (recursos naturales), lo que alteró el entorno y originó países soeces que dependen en gran parte de los combustibles fósiles.
Ahora dejemos la hipocresía. ¿Dejar de utilizar combustibles fósiles en el corto plazo? ¿Qué país en vías de desarrollo lo podría hacer si no cuenta con el dinero, infraestructura y políticas públicas adaptables? Solo queda esperar, como siempre ha sido, y depender de otros países que puedan compartir los avances. Pero a un costo que al final el consumidor de un mercado interno deberá pagar al ser países carentes de innovaciones tecnológicas. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.