Los países del TMEC, México, Estados Unidos y Canadá, en 2019, según la Agencia Internacional de Energía, consumían alrededor de 16 millones de barriles diarios entre gasolinas y diésel. La proyección esperada para 2028 disminuirá a 1.2 millones, y el 90 por ciento de la reducción provendría de Estados Unidos. Los países del TMEC dejarían de demandar en su totalidad gasolina y diésel en 2090. Estados Unidos espera poder hacerlo en 2075, y Canadá, en 2070. México continuaría 15 años más que los vecinos del norte. Y en eso tienen mucho que ver sus refinerías.
El sistema de refinación (seis refinerías) mexicano debería dejar de operar en 2067; Deer Park, en 2077, y Olmeca (Dos Bocas), en 2090. Siempre y cuando tengan la operación por arriba de 80 por ciento de la capacidad instalada, se invierta en adecuarla para el tipo de crudo disponible y se tenga un manteamiento correctivo y preventivo en el tiempo necesario.
En México actualmente estamos esperando tener una producción de 2 millones de barriles diarios (MBD). Pero esto no será suficiente para lograr la autosuficiencia energética en los próximos años. Ello debido a que, dentro de los presupuestos, en las proyecciones realizadas por la Secretaría de Hacienda en sus prospectivas, se considera la exportación de entre 800,000 y 900,000 barriles diarios, de los cuales, entre 200,000 y 300,000 barriles son enviados a Deer Park.
El tipo de crudo utilizado en las seis refinerías en 2023 tiene una relación 50 por ciento de crudo pesado, 45 por ciento de ligero y 5 por ciento de superligero. La refinería de Dos Bocas tendrá un crudo pesado, y Deer Park de igual forma requiere de este tipo de crudo.
¿CUÁNTO SE PRODUCE EN LAS REFINERÍAS DE MÉXICO?
Actualmente, en México producimos, del total del crudo, el 50 por ciento pesado, 28 por ciento ligero, 7 por ciento superligero y 15 por ciento condensados. La relación reservas-producción a 2023 indica que tenemos 9.1 años para la 1P; 17.1 para la 2P; y 26 para 3P. De acuerdo con datos de la CNH, al realizar las inversiones correctas podemos alcanzar un pico máximo de producción de 2.5 MBD en 2029, y caer a 1.1 en 2040. Esto con el escenario actual.
En el escenario ideal, en el caso de alcanzar la autosuficiencia en 2025 operando las seis refinerías (arriba del 80 por ciento), Olmeca, y Deer Park (no están contabilizadas las reconversiones de algunas refinerías), se requerirán alrededor de 1.2 millones de barriles diarios de crudo pesado, 600,000 de ligero y 100,000 de superligero para poder cubrir la demanda requerida por las refinerías.
La producción de 2.5 MBD requerida deberá estar a finales de 2024 y tendría de haber, de crudo pesado, 1.5 millones; 800,000 de ligero, y 100,000 de superligero, sin considerar los condensados.
La producción podría mantenerse entre 2025 y 2035 conforme a las políticas públicas energéticas vigentes. A partir de 2036 se empieza una contracción de la demanda de combustibles. México entonces tendría que producir petróleo crudo en estas cantidades:
- 2036 a 2045: 2.0 a 2.1 MBD
- 2046 a 2055: 1.6 a 1.8 MBD
- 2055 a 2065: 1.0 a 1.2 MBD
AUTOSUFICIENCIA, EN 2034
¿Y el escenario real? La autosuficiencia de los combustibles principales, gasolina y diésel, será lograda en 2034. El argumento está sustentado de acuerdo con la tendencia del Sistema Nacional de Refinación (SNR, las seis refinerías), las cuales han tenido un incremento en forma anualizada de entre el 2 y 3 por ciento en la utilización del total de la capacidad instalada.
De acuerdo con este escenario, se indica que deberá haber una producción en 2025 de 2 millones de barriles diarios; en 2030, de 2.3 MBD; y en 2034, de 2.5 MBD.
Las decisiones deben empezar a tomarse desde ahora. A partir de 2036 la demanda empieza a decrecer, y la producción debe de empezar a descender de crudo, a la tendencia necesaria observada en el escenario anterior. Así, surgen los siguientes planteamientos:
1. Conviene incrementar a 80 por ciento el Sistema Nacional de Refinación en la utilización referenciada de la capacidad instalada. El 80 por ciento de estas tienen más de 50 años operando, y requieren inversiones altas de peculio.
2. Operativamente, incrementar el crudo de entrada a las refinerías podría estresarlas al tener un mayor número de paros, y esto dependerá del monto de dinero asignado para dar los mantenimientos programados, correctivos y preventivos a cada refinería. La reconversión de algunas de ellas podría ayudar, y la de complejos petroquímicos, hasta un tiempo finito, y después bajaría la demanda.
Convendría hacer la inversión, o mejor, alternar la importación, y en línea con la capacidad máxima posible, tener el control de un menor número de fallas en las refinerías.
¿Y EL PODER ADQUISITIVO DE LA POBLACIÓN?
3. A partir de 2035 bajará la demanda del mercado mexicano, y podría ser más rápido si las políticas actuales fueran actualizadas para tener una transición rápida de carros de combustión a eléctricos. Pero esto no sucederá si el poder adquisitivo de las personas no se incrementa y no se invierte la parte pública y privada en infraestructuras para cargas de autos. Y al no tener actualmente una confiabilidad del sector eléctrico en la distribución, es complicado mutar.
4. La refinería de Deer Park deberá adaptar el tipo de combustibles en el dado caso de que continúe la forma de comercializar los productos, una parte en el mercado de Estados Unidos y, otra, en México. Esta deberá asumir los cambios de cero emisiones, huella de carbón e impuestos que puedan ocasionarse adicionalmente en la parte ambiental, y evaluar cuándo dejar de operar la planta, si en 2050 o hasta 2070, depende de la rentabilidad el negocio.
5. Sobre la refinería Olmeca, hoy ya no es de interés cuándo iniciará operaciones o en qué fecha: es claro que su máximo operativo comercial estaría entre el 2025 y 2026. Esta refinería podrá trabajar con crudo pesado, pero al pasar el tiempo deberá modificarse y reconfigurarse.
REFINERÍAS EN MÉXICO Y EL PROBLEMA DEL CO2
Las políticas actuales de reducción de emisiones de CO2 afectarán la rentabilidad de esta refinería. El crudo pesado requiere más energía para poder romper las moléculas y necesita más procesos, y para eso en Estados Unidos utilizan un crudo ligero para crear sus productos.
6. El problema más radical será disminuir la cantidad de CO2 por cada 1,000 barriles procesados. Actualmente, es de 62.49 toneladas de CO2 equivalente (tCO2e), según el último informe de 2022 de Pemex (el parámetro mundial debe estar por debajo de 35 tCO2e y, en 2050, debajo de 20 tCO2e). Esto indica que, si queremos incrementar la producción del sistema nacional de refinerías, debe haber una mayor inversión en mejorar los procesos. Y conforme vaya aumentando el tiempo, el dinero será en mayor proporción debido a que la mayoría tendrá más de 100 años después de 2050.
Ante esta situación, debemos considerar los miedos operativos, financieros, ambientales y vida útil de las refinerías. Todo en función de la demanda y los requerimientos reales relacionados con la movilidad de las personas y evaluando qué tipo de combustibles son utilizados en el transporte. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.
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