Más de 40 años después del estreno de la primera película, la saga de Indiana Jones llegará a su fin con su quinta entrega: Indiana Jones y el dial del destino. Esta última entrega tendrá a Harrison Ford como protagonista. La dirección de la película estuvo a cargo de James Mangold, conocido por comandar las películas The Wolverine, Logan y Ford v Ferrari, entre otras.
En entrevista con Newsweek en Español, Mangold confiesa que “siempre quise ser cinematógrafo. Y para cuando salió Indiana Jones yo era un adolescente que hacía películas caseras en súper 8. Estaba loco con la idea de hacer cine y mis héroes eran Steven Spilberg y George Lucas”.
El director habla emocionado de lo que sintió cuando Spilberg, Ford y Kathleen Kennedy (presidenta de Lucasfilms) se acercaron a él para pedirle que dirigiera la última aventura de Indy: “Que me lo pidieran ellos alimentó mi confianza porque sabía que estaba trabajando con personas increíbles y que todos tenían el corazón en el lugar correcto”.
Hacer cine es un trabajo de alto riesgo. Hay millones de dólares de por medio y nunca se puede tener la certeza de que el resultado será el que se imagina. Sobre ello, Mangold dice: “Yo hago mis películas con la conciencia de que estoy jugando con nitroglicerina. Una película puede ir mal en cualquier momento: una mala decisión causa un efecto dominó de malas decisiones, una mala idea sobre el tono o la fotografía o sobre quién está en una escena, o cualquier detalle en el guion, todo eso puede llevar a una película a autodestruirse. Todos los días que hago una película me despierto con el miedo de arruinarla”.
EL PESO DE LAS SAGAS
Agrega que ese pensamiento es algo que busca en las personas que conforman su equipo, pues debería de ser un constante en personas con grandes responsabilidades.
Si hacer cine es trabajo de alto riesgo, continuar una saga que ha marcado a muchas generaciones lo es aún más. Los espectadores de hoy quieren ver secuelas solo cuando la historia aún tiene algo que decir, pero las grandes productoras pueden caer fácilmente en seguir haciéndolas solo por las ganancias económicas que estas sagas representan.
Sobre qué quedaba aún por contar de la vida y aventuras del profesor Indiana Jones, Mangold cuenta: “Un aspecto muy importante que teníamos que tomar en cuenta al hacer esta película era la edad de Harrison Ford (79 años), porque la historia tenía que contar esa parte de la vida de un hombre para ser honesta.
“Las primeras tres películas existen en un periodo de polarización moral: están los buenos y los nazis. Esas películas existen en un periodo en que el cine de Hollywood estaba en su época dorada y, aunque son historias sobre Indiana Jones, son cartas de amor al cine dorado: el score de John Williams (que ha compuesto la música de todas las aventuras de Indy y que vuelve a firmar la banda sonora de esta), las secuencias de tomas, los escenarios, todo es muy clásico, y sí, hay elementos que quise preservar”, añade.
ADIÓS, INDIANA JONES
Por estas razones, el director decidió iniciar la película con una escena en 1944 —con el Indiana Jones que la audiencia ama y conoce bien—, en la que Ford aparentará tener la misma edad que en el Templo Maldito gracias a la magia del rejuvenecimiento digital.
Después salta a 1969, con un Indy llegando al final de sus años 70. “Por eso creo que es más una película sobre un héroe cuyo heroísmo ya no se celebra. El mundo tiene nuevos héroes: estrellas del rock, astronautas, etcétera, y es más un filme de conspiración que evoluciona a una película de Indiana Jones”, agrega.
Durante la entrevista, Mangold asegura que “Harrison es muy cercano a Indy, son casi el mismo tipo. Harrison ama leer y aprender, es muy inteligente, está lleno de contradicciones, justo como Indy: el héroe es excéntrico”.
Así, a partir de este 30 de junio podremos ver en la pantalla grande al Harrison Ford de hoy. Un hombre mayor que aún tiene sed de aventuras. Sin embargo, ahora se encuentra algo limitado en algunos aspectos, sobre todo físicos, que lo obligan a participar en las aventuras de una forma distinta. N