La cautela prevaleció este martes 28 de marzo en Israel luego de que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, prometió poner en pausa un polémico paquete de reformas judiciales que desató una huelga general y protestas masivas.
Netanyahu cedió a la presión ante la paralización del lunes que afectó hospitales, vuelos y otros servicios, mientras decenas de miles de opositores a la reforma se manifestaron frente al parlamento de Jerusalén.
“Cuando hay una posibilidad de impedir una guerra civil mediante el diálogo, como primer ministro hago una pausa para el diálogo”, declaró Netanyahu en un discurso televisado.
El aviso fue un giro para el primer ministro, que un día antes anunció la destitución de su ministro de Defensa por pedir esa misma acción. La medida generó escepticismo en Israel, donde el principal diario, Yediot Aharonot, comentó que el jefe de gobierno “supo cómo transformar, con palabras bonitas, una derrota aplastante en un empate”. Igualmente, el líder opositor Yair Lapid reaccionó precavido al decir que quiere estar seguro de que “no hay treta o engaño”.
“Si la legislación se detiene real y totalmente, estaremos listos para un diálogo verdadero”, declaró Lapid el lunes en un mensaje por televisión.
La oposición había dicho previamente que no negociaría las reformas, que le darían a los políticos electos poder sobre la justicia, hasta que se detuviera el proceso legislativo. Activistas que han protestado por casi tres meses contra el paquete de reformas anunciaron la continuación de las manifestaciones.
“Este es otro intento de Netanyahu de engañar al público israelí para debilitar la protesta y luego imponer una dictadura. No detendremos la protesta hasta que se detenga completamente el golpe judicial”, dijo el Movimiento Sombrilla de manifestantes.
“NO HABRÁ VUELTA ATRÁS CON LA REFORMA JUDICIAL”
El presidente Isaac Herzog pidió un “diálogo sincero, serio y responsable”. La crisis reveló hondas divisiones en la tambaleante coalición de Netanyahu, que incluye a partidos de extrema derecha y ultraortodoxos.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, afirmó el lunes en Twitter que “no habrá vuelta atrás” con la reforma judicial. Su colega de gabinete, también de extrema derecha, el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir, presionó a sus seguidores a manifestarse a favor de las reformas.
El partido Poder Judío, de Ben-Gvir, reveló el lunes que la decisión de aplazar la legislación incluye un acuerdo de expandir su cartera. Esto luego de que amenazara con renunciar si se paralizaba el proyecto. El periodista político Yossi Verter publicó en el diario izquierdista Haaretz que la pausa fue “una victoria de los manifestantes. Pero quien realmente lo dobló y pisoteó (al primer mininstro) es Itamar Ben-Gvir.”
“Netanyahu salió de esta historia como una naranja exprimida”, según Verter. La crisis golpeó la imagen de la coalición entre el público israelí tres meses después de llegar al poder.
El partido derechista Likud, de Netanyahu, cayó siete puntos en una encuesta del canal 12 israelí, que vaticinó que el gobierno perdería su mayoría en el Parlamento de 120 escaños si se celebraran elecciones. Por otro lado, el martes se conocía lo que ocurriría con el ministro destituido de Defensa, en medio de especulaciones de que sería restituido en su cargo.
Gallant, quien advirtió de una amenaza a la seguridad nacional por la crisis, saludó el lunes “la decisión de frenar el proceso legislativo para conducir un diálogo”, indicó su equipo.
LAS PRINCIPALES PROPUESTAS DEL PLAN DE REFORMA EN ISRAEL
La primera tiene que ver con la “Cláusula de anulación”. Los críticos de la mayor instancia judicial del país afirman que los jueces han excedido su autoridad al reclamar el derecho de derogar legislación. El gobierno de Netanyahu quiere implementar una cláusula que permita al parlamento anular sentencias de la Corte Suprema.
Esta propuesta ha superado una primera votación en la Knéset. Pero necesita otras dos lecturas en la para convertirse en ley. Otras medidas propuestas impedirían que el tribunal tumbe enmiendas a las llamadas Leyes Básicas, la cuasi-constitución de Israel. Y requerirían la decisión unánime de todos los jueces para invalidar otras leyes. Quienes se oponen a este cambio objetan que esto supondrían dar al poder legislativo una autoridad casi ilimitada.
Asimismo, la coalición gubernamental también quiere cambiar el sistema de nombramiento de los jueces, dando al ejecutivo una mayoría de facto en el proceso de nominación. Actualmente, los magistrados son elegidos por un panel supervisado por el ministro de Justicia que incluye jueces, legisladores y letrados representando al Colegio de Abogados de Israel. Con el plan del gobierno, los miembros del colegio de abogados serían retirados del proceso.
Una versión enmendada de la propuesta de Levin, apoyada a finales de marzo por el parlamento, incluiría a más diputados y miembros de la judicatura en el panel que el texto inicial.Está previsto que la propuesta sea votada de manera definitiva por la cámara al completo esta semana, según Netanyahu.
Otra ley pretende cambiar el procedimiento para elegir al presidente de la Corte Suprema, dando más poder al gobierno. El primer ministro, que está siendo juzgado actualmente por corrupción, ha sido acusado por oposición y manifestantes de usar las reformas para anular procesos judiciales en su contra.
CONSEJEROS LEGALES Y LA CLÁUSULA DE RAZONABILIDAD
La propuesta del ministro de Justicia prevé asimismo frenar la autoridad de los asesores legales adscritos a los distintos ministerios. En la actualidad, su opinión tiene fuerza casi legal. La Corte Suprema los cita cuando se pronuncia sobre la actuación del gobierno, pero la propuesta de Levin cambiaría esto y convertiría en su opinión en no vinculante.
Los legisladores aún tienen que aprobar esta ley. Sin embargo, el jueves pasado ya adoptaron medidas que los críticos consideran un nuevo movimiento para disminuir la autoridad de los funcionarios ministeriales. El parlamento votó para limitar estrictamente los motivos que permitan declarar a un primer ministro no apto para el cargo. Esto en lo que la oposición califica de “ley personal” para proteger a Netanyahu.
El fiscal general de Israel, Gali Baharav-Miara, dijo el fin de semana que las acciones de Netanyahu podrían suponer un “conflicto de intereses” dado su enjuiciamiento actual.
El plan de Levin también impedirá a los jueces usar la cláusula de “razonabilidad” para tumbar legislación. Resulta una de las prerrogativas más criticadas por los defensores de la reforma. Como ejemplo reciente, la Corte Suprema no consideró “razonable” que Netanyahu diera un puesto a un aliado, Aryeh Deri. Lo anterior, debido a su condena por evasión de impuestos. Netanyahu se vio obligado a despedirlo aunque ninguna ley impidiera su nombramiento. N
(Con información de AFP)