Lácteos, azúcar, aire, y grasas. Esos son los insumos básicos para hacer un helado. Pero no todos los helados saben igual. Son los miles de sabores y colores que se le pueden agregar los que hacen de este postre uno de los más populares en el mundo. Para el inversionista y empresario José Ordoñez, crear empresas es como producir helados. Solo necesita dos insumos básicos: el Internet de las Cosas y la computación en la nube. Los sabores son todo tipo de problemas públicos en materia de conectividad, medio ambiente, salud, agricultura y energía.
Este empresario es lo que muchos llamarían un “emprendedor serial”. El guatemalteco dedica su vida a resolver, a través de la tecnología, los grandes problemas que enfrentan tanto su país como muchos que se encuentran en la misma vía hacia el desarrollo. Junto con sus equipos, ha desarrollado un modelo de negocio para atender zonas lejanas y marginadas de una forma muy eficiente, en distintas verticales.
CUATRO GRADOS NORTE Y EL VIAJE DE REGRESO A CASA
Ordoñez no se volvió un experto empresario de la noche a la mañana. Tiene más de 25 años de experiencia en capital privado, capital de riesgo, y banca de inversión. “Empecé mi carrera, estudié en Estados Unidos, en la Universidad de Maryland, después hice un MBA, y estudié leyes en Stanford”, cuenta. Su carrera profesional comenzó en Wall Street, en banca de inversión.
Ahí comenzó a amasar sus conocimientos sobre los mercados latinoamericanos, particularmente en un momento en que los sectores eléctricos y energéticos buscaban privatización y desregulación. Después migró a España, donde se dedicó al sector de empresas de energía limpia, desde solar, eólica, cogeneración, y sistemas de respaldo para dar estabilidad a la red eléctrica.
Después de muchos años, regresó a su país natal. “Justo cuando regresé empezaba un movimiento en Guatemala de crear un ecosistema de tech ventures para resolver problemas de países como el mío. Fue hace 6-7 años, y empezaba a desarrollarse un distrito que se llama Cuatro Grados Norte (4º Norte), que es como nuestra respuesta a Silicon Valley”, explica.
Ese fue el momento de meter todas sus habilidades a la batidora y empezar a crear proyectos. El primero de ellos fue Kingo Energy. “Me enamoré del concepto, y dije bueno, esto es lo que quiero hacer cuando crezca”, asegura entre risas. “Me tiré de cabeza, y desde entonces he cofundado 4 o 5 empresas justo con el mismo concepto de resolver a través de tecnología estos retos sociales, medioambientales, salud, agricultura digitalizada, etc.”
DEL OFF-GRID A UN MUNDO DE OPORTUNIDADES
En Guatemala y en el mundo, hay más de mil 200 millones de personas que carecen de acceso a energía eléctrica porque vive en zonas remotas. Como consecuencia, tienen bajo acceso a salud, educación, y oportunidades económicas. Kingo, la primera empresa de la que José se enamoró y de la que hoy es CEO, nació como respuesta a esta problemática. “Estos chicos diseñaron una solución muy creativa que era una solución distribuida, un sistema pequeño, en su momento muy básico de 15 vatios, que te levanta 3 bombillas LED y tiene un puerto USB para cargar tu celular”, comienza narrando.
Estar off-grid, o fuera de la red, implica que los habitantes de estas poblaciones tienen que desembolsar una proporción importante de su gasto simplemente para cargar un celular, y sus opciones son típicamente poco amigables como el medio ambiente. Dado que al inicio era difícil que adquirieran el producto que ofrecía Kingo, intentaron involucrar a micro-financieras. Pero el modelo tampoco funcionó, ya que la penetración de servicios financieros también suele ser muy baja.
“Entonces se cambió a un modelo de servicio, de utilidad distribuida, en el que nosotros ofrecemos el servicio en vez de ofrecerte un sistema que no vas a poder pagar. Te cobramos una cuota mensual en la que te garantizamos el uso del equipo y un servicio permanente de mantenimiento. Así, llegamos a tener 60 mil clientes en Guatemala, entramos en Colombia, y el modelo evolucionó”, detalla.
INSTALACIONES QUE DAN ACCESO A INTERNET
Desde entonces, las posibilidades se han incrementado en tamaño y potencia. De 15 vatios, Kingo ahora diseña sistemas de un kilovatio, que instala al lado de tiendas en las comunidades. Eso permite energizar antenas satelitales, que en cambio dan acceso a internet. Y con ello, oportunidades antes inimaginables. “Teniendo internet, esa pequeña tienda se convierte en un centro de negocios digital. Puedes tener servicios financieros, puedes tener salud, puedes tener todo tipo de servicios para los que solo necesitas dos cosas básicas, energía e internet”, explica el CEO.
Es totalmente transformativo para las comunidades, asegura. De hecho, Kingo le regaló lo que él considera uno de los mejores momentos de su carrera profesional. “Hicimos la primera instalación de internet satelital en una comunidad muy remota en el norte de Guatemala”, recuerda. “Teníamos una cola de gente esperando, especialmente niños, que a los cinco minutos de estar instalado y que funcionaba el internet, estaban ahí navegando. Y tenían un instinto como natural a la tecnología, que no lo habían tenido antes, pero en cuestión de minutos estaban navegando el internet”.
Una acción que podría parecer simple, pero que traerá consigo una generación totalmente distinta a la anterior, todo gracias al acceso a infraestructura tecnológica. “Es como el momento más satisfactorio, el decir ‘wow’, aquí realmente vamos a transformar las cosas. Realmente estamos haciendo algo increíble”, manifiesta con emoción.
EDUCACIÓN E INCLUSIÓN FINANCIERA
Abrirle una ventana al mundo desarrollado a estas comunidades también implica la posibilidad de generar y administrar riqueza. En ese sentido, la educación e inclusión financiera están en las cartas para el futuro de Kingo como proveedor B2B. “Estamos en conversaciones con microfinancieras para dar microcréditos a pequeños agricultores o comerciantes en estas comunidades. Hoy es muy complicado porque te tienes que trasladar kilómetros a la siguiente población donde hay un banco, la complejidad logística es muy grande”, continúa Ordoñez.
Lo mismo sucede con las remesas que muchos hogares latinoamericanos reciben de sus familiares en el extranjero, principalmente Estados Unidos. Convertirlas en efectivo es igual de complicado y peligroso, pues las sucursales bancarias están lejos. Gracias al internet y a la energía eléctrica que provee Kingo, las mismas tiendas podrán convertirse ahora en corresponsales bancarios.
José también piensa en la educación. “Acabamos de terminar un proyecto con el ministerio de Educación de Guatemala para energizar 300 escuelas off-grid, inicialmente solo la parte de energía, e hicimos un piloto ya de internet con una de estas escuelas”. En fin…para el empresario, “el cielo es el límite”. La digitalización comenzó con un enchufe y hoy ilumina mentes en los rincones más remotos del país centroamericano.
SALUD PARA TODOS Y TODAS CON PERSPECTIVA DE EMPRESARIO
El empresario no duda ni por un momento la respuesta a la pregunta “¿Cuáles son las necesidades más apremiantes de estas comunidades, de qué forma la tecnología logrará una transformación positiva?”. Es el acceso a la salud. Los países en desarrollo luchan constantemente con la provisión de este tipo de servicios a todas sus poblaciones, pues el personal y los recursos médicos se concentran en las grandes ciudades.
“Incluso en las zonas urbanas hay un problema de congestión en los sistemas de salud del gobierno, el seguro social. Tienes que desplazarte, tienes que ir a hacer cola, y como no se dan abasto los médicos pierdes todo el día. A veces no te atienden bien”, detalla.
De ahí nace el “sabor salud” de la heladería de José: Bitmec Health Technologies. Su propuesta consiste en una cabina de telemedicina que funciona con base en el Internet de las Cosas. Dentro de ella, hay sensores biomédicos que miden distintos signos vitales: un estetoscopio digital, un oxímetro, una báscula, un termómetro, etc. Todo está conectado a internet, y la atención la brinda un médico de forma remota.
MEDICINA E INTERNET DE LAS COSAS
“Entonces esta cabina, la puedes instalar en centros comunitarios, en farmacias, en poblaciones remotas, o la puedes instalar como clínica satélite del seguro social”, argumenta Ordoñez. Su idea no se quedará confinada en las fronteras guatemaltecas: hace algunos días, presentó el prototipo en México, un país “con 10 veces el tamaño de Guatemala y tal vez 20 veces la necesidad”. Si los planes salen bien, pronto operará en Guatemala, Honduras, Costa Rica, México.
El inversionista reitera el mismo concepto que ejemplifica con el helado. “Si tienes los dos eslabones básicos (energía e internet), y sabes cómo crear la tecnología, que es monitoreo remoto de toda la electrónica, y sabes armar estos modelos de negocio, puedes desarrollar estas soluciones escalables para problemas básicos”. Suena sencillo, ¿no?
LA IMPORTANCIA DE LOS ERRORES
El secreto es que se vuelve menos complicado con el tiempo. El emprendimiento, según Ordoñez, es un proceso iterativo. “Todo esto no salió a la primera. Nunca sale a la primera. Entonces todo este proceso de estar mejorando tu producto, aprendiendo, viendo la experiencia de usuario, y todo ese constante ir evolucionando y aprendiendo, eso es lo que te mantiene vivo. Estar pensando en la solución. Es un proceso y eso es muy emocionante”, opina.
En ese sentido, el mejor consejo que considera que él ha dado es sacar una primera versión del producto lo más rápido posible al mercado. Solo así puede encontrarse ese product-market fit, ese punto de equilibrio ideal entre lo que la empresa propone y el consumidor necesita. “No te esperes hasta pintar la Mona Lisa porque para cuando hayas terminado la Mona Lisa ya alguien se te adelantó, entonces saca un producto rápido”, resume.
Ese producto no será perfecto, es más, estará muy lejos de ello. De hecho, según sus cálculos, hay un 100% de probabilidad de que algo salga mal. “Tú pruébalo, pero pruébalo en pequeño, comete esos errores en pequeño y comételos rápido, y entonces vas escalándolo poco a poco. Cuando ya lances un producto a escala, tienes un producto comprobado, porque ya probaste si es confiable y si lo puedes operar.”
DISCIPLINA EN EL PROCESO EMPRESARIAL
El proceso toma tiempo, pero si se hace de forma disciplinada, se puede lograr, y no habrás dedicado años, tiempo y dinero a algo que al final nadie está dispuesto a comprar, recomienda con toda seguridad. “Eso es parte de lo que he aprendido por las malas, equivocándome y cometiendo errores”.
Guatemala ha sido su arenero ideal para probar estas ideas. “Tristemente es un país con problemas sociales, medioambientales, pero que al estar los emprendedores cerca de ellos, se les ocurren cómo solucionarlos”. La masa poblacional también es una ventaja, en sus palabras. 18 millones de habitantes es un número suficientemente grande para hacer pilotos robustos, pero suficientemente pequeño para llevar a cabo politos rápidos y relativamente baratos. Si funciona ahí, muy probablemente funcione en países y regiones similares.
UN GEMELO MUY ORIGINAL
Así como la salud y la conectividad se han beneficiado del ingenio de José y sus equipos en Kingo y Bitmec, las cadenas de suministro de la agricultura mejorarán exponencial con la visita de un pequeño, pero poderoso, dispositivo: el Digital Twin.
Los productos frescos tienen hoy una merma significativa, de más del 20%, como resultado de fallas en el traslado de los productos. “Desde que cosechas un aguacate, hasta que lo transportas y llega a un Costco en New Jersey, la fruta sufrirá daños irreversibles”, ejemplifica. El problema es que los exportadores no tienen la información suficiente para tomar decisiones en el camino del aguacate, así que termina por ser rechazado en su destino final.
DIGITAL TWIN, SUPER EMPRESARIO
Digital Twin busca ser el compañero ideal en el viaje del aguacate. “Es un dispositivo que tú lo ves y parece un aguacate, tiene la forma de un aguacate, el peso de un aguacate, la única diferencia es que es rojo para poder distinguirlo”, expone. “Cuando lo abres, tienes una placa electrónica que tiene una serie de sensores que miden distintas condiciones ambientales”.
Acelerómetros, sensores de gases, termómetros…toda una seria de tecnologías que reportan, en tiempo real, las condiciones del producto. El Digital Twin puede “sentir” lo que un aguacate de verdad “siente”. Si ese lote ha sufrido un daño irreversible, el vendedor puede decir “bueno, este ya no llega a New Jersey, vendámoslo localmente o convirtámoslo a través de una transformación industrial en guacamole, qué se yo”, continúa.
El Digital Twin está en su fase de pruebas para el aguacate californiano y la piña costarricense. Un producto distinto, el E-bag, cumple la misma función para la industria azucarera de Guatemala. Eventualmente, la idea es no solo monitorear, sino controlar las condiciones de los lugares tanto de almacenamiento como transporte.
La visión del empresario es vasta y ambiciosa. No le es suficiente con resolver un problema a la vez; la escalabilidad implica que sus negocios puedan llegar a todos los rincones del mundo para mejorar las vidas de millones de personas. ¿Qué sabor de helado elegirá después? N