“Mi definición personal de ‘emprender’ es la posibilidad de crear, es la actitud de curiosear y la habilidad de resolver y, a veces, hasta la necedad de continuar pese a los obstáculos. Y me permito incluir también las ganas de transformar”, revela la emprendedora, escritora y conferencista Ana Victoria García Álvarez.
A esa definición, agrega que se debe poseer la inocencia de soñar y de creer. Los que emprendemos saltamos al vacío, explica en entrevista con Newsweek en Español: “No tenemos todas las respuestas, no tenemos una red tejida, pero sí existe la confianza de que la vamos a tejer mientras tratamos de no caer. Es como hacer malabares con varias cosas a la vez sin necesariamente tener toda la información disponible”.
Mucho antes de pertenecer a la lista de las 100 mujeres más poderosas de México de la revista Forbes, y de ser una de las 30 promesas en sus 30 para la revista Expansión, Ana Victoria sabía que tenía una vena emprendedora. En las memorias de su infancia, narra, tiene muy claro que desde niña emprendió pequeños negocios.
“Poseía esas ganas de vender, pero también de detectar problemas o necesidades que podía solucionar. Recuerdo que cuando salía de moda cierto modelo de tenis y mis compañeras no sabían dónde conseguirlos, yo me daba a la tarea de buscarlos y venderlos, y también durante un tiempo hice collares. Es decir, siempre estaba buscando la posibilidad de generar dinero o una ganancia a través de mis creaciones o de solucionar una necesidad a otros”.
BASES DEL EMPRENDIMIENTO
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la esperanza de vida promedio de una empresa recién creada en México es de 7.8 años. Solo dos de cada diez logran superar los diez años de vida.
La iniciativa y atención a las necesidades de nuestro entorno son la primera base del emprendimiento, dice Ana Victoria. “Tiene que haber un hambre de solucionar y ejecutar. Si no hay ese motivador, impulso y ganas veo difícil generar tracción cuando necesitas resiliencia y constancia, porque el emprendimiento no son sprints, son carreras a largo plazo”.
Para la empresaria, otra de las bases es “la necesidad” y, con ello, una solución real que agregue valor. Porque se cae en un error cuando se asume que, si a una persona le funciona, a decenas más también. No se trata de enamorarse de la idea o del producto a emprender de manera ciega y dar por hecho que está brindando una solución. De acuerdo con su experiencia, opina que una propuesta de valor es ofrecer algo que alguien más necesite y esté dispuesto a pagar por ello: “Esa es la ecuación”.
Un último ingrediente a la hora de crear las bases para un emprendimiento, dice, es tener varios planes B. Porque las ideas nunca se materializan con el primer plan, por ello debe haber una flexibilidad para instrumentar otros proyectos.
CARRERA DE ALTOS VUELOS
Ana Victoria García Álvarez estudió mercadotecnia y después se desempeñó como directora regional en Endeavor México, una oenegé que lidera el movimiento de emprendimiento de alto impacto a nivel global.
En aquel lugar se dio cuenta de que ella era la única mujer en las salas. “Yo vengo de una familia balanceada, es decir, los dos trabajaban y los dos cuidaban de la casa. Por ello esta diferencia para mí es notoria y casuísticamente formé un equipo donde la mayoría son mujeres. Sin embargo, comencé a escuchar prejuicios: ‘¿Cómo es eso de trabajar con puras mujeres?’, ‘Te han de llorar un día sí y otro también’, ‘¿Cómo las controlas?'”.
En aquel momento, 2012, todos esos estigmas y prejuicios la llevaron a investigar cifras que también le funcionaron como un motivador. Y es que descubrió que en ese entonces en México solo el 19 por ciento de los emprendimientos formales eran dirigidos por mujeres.
Aquel año decidió emprender formalmente. Se lanzó al vacío, recuerda, porque comenzó su actividad en la sala de su casa, sola y sin socios. Tampoco tenía una inversión, pero sí muchas ganas de vender aire, “que es lo que vendes cuando empiezas”, dice, sonriendo. Así inició Victoria147, la primera plataforma en México de capacitación, empoderamiento y aceleración enfocada en impulsar a mujeres emprendedoras.
El propósito de Ana Victoria era invitar a las mujeres a unirse a un ecosistema emprendedor. Se inició como una aceleradora, no obstante, en diez años la firma evolucionó y hoy en día desarrolla empresas de mujeres emprendedoras en pro de la igualdad y, además, ha sumado un brazo consultor que hace alianzas con empresas grandes.
PERFILES Y DESEMPEÑOS
Datos del Inegi señalan que las mujeres están al frente solo de tres de cada diez pequeñas y medianas empresas (pymes) en México. La idea de que “todos podemos hacer lo que queremos” es bastante controvertida, comenta la empresaria, quien fue la primera mujer “tiburona” del programa televisivo Shark Tank México, en cuya primera temporada apareció a sus 32 años. Sin embargo, según su parecer, existen distintas formas de ser emprendedor.
“Se puede ser free lance, tener una empresa con dos empleados o fundar y mantener una compañía trasnacional, para cada una se requieren diversos ingredientes. Dicho esto, considero que sí hay en el camino perfiles que van a disfrutar la actividad del emprendimiento más que otros, y por ello algunos tendrán un mejor desempeño”, explica.
No obstante, considera que todos los seres humanos, en mayor o menor medida, cuentan con ingredientes para convertirse en emprendedores. Y es que, explica, se trata de poseer mucho sentido común, de saber detectar oportunidades y generar una solución.
Si se trata de un emprendimiento formal donde ya existe un presupuesto comprometido, se debe tener una estructura, un equipo, indica. Además, fundamentalmente se debe fijar un plan estratégico a dos, tres o cinco años. En ese escenario, se tendrán que tomar decisiones que impacten y que por ello tendrán un riesgo constante, y para ese tipo de emprendimientos también se requiere de cierto perfil.
NADIE QUIERE PERDER NI FRACASAR
De acuerdo con datos del Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial, 75 por ciento de las pymes en México fracasan y cierran sus operaciones antes de cumplir dos años de haber iniciado actividades.
Cuando se inicia un emprendimiento hay miedo porque nadie quiere perder ni fracasar, considera Ana Victoria, creadora del pódcast “Más cabrona que bonita” y autora del libro Ellas, la historia de emprender contada por mujeres. Sin embargo, las caídas son parte de la vida, por lo que aconseja que se ejercite la actitud ante la adversidad. Los emprendedores deben ser capaces de reaccionar ágilmente y no perderse en los “no”, en el “no se pudo” o en la duda.
“Lo que he observado de las crisis es que, en el momento en que suceden, exprimen una gran versión de quien decide actuar y no congelarse ante ellas”, señala. Y cuenta que, como ejemplo, recuerda a una emprendedora que llegó durante la segunda generación de Victoria147 y que tiene una empresa que comercializa té desde hace 23 años.
Al principio de su negocio, la empresaria decidió tomar un crédito porque tenía un nuevo cliente que estaba en Dubái, y eso requería de una inversión para ampliar la planta y la maquinaria. Aunque era una inversión fuerte, el pedido la haría crecer exponencialmente. Cuando tuvo en su poder el crédito, el cliente se retractó argumentando que “por ser un año de crisis” no podía hacer ningún pedido.
SALIR ADELANTE CON TRABAJO
La cancelación provocó que la empresaria del té se viera acorralada. Sin embargo, lejos de sentarse a pensar en el fracaso, decidió buscar más clientes, más canales, y se diversificó porque el producto que estaba produciendo para Dubái debía colocarlo en algún sitio.
“Tras escuchar su experiencia, pensé que estamos diseñados para huir del peligro”, medita Ana Victoria. “Nuestro cerebro está diseñado para detectar ciertas circunstancias y alejarnos de ellas y yo creo que el fracaso es una alerta para sobrevivir”.
Más que perder el miedo al fracaso, la empresaria recomienda a los emprendedores trabajar la flexibilidad y resistencia ante los momentos de adversidad. Es decir, “vamos a estar listos cuando lleguen las crisis y mejor preparados para sabernos levantar”.
Los errores más importantes, de acuerdo con su experiencia, son aquellos que surgen en el tema financiero, uno de los rubros que más tratan de evitar quienes desean desarrollar un negocio. Sin embargo, es ese elemento el que aporta una radiografía de cómo está la empresa y lleva a tomar las decisiones adecuadas.
Un error común es que se toman decisiones sin conocer los números del negocio. “Muchas veces escucho a emprendedores decir: ‘Eso lo ve el contador’. Pero el contador ve la historia y la interpreta desde una visión contable, no de negocios, no financiera y no administrativa”.
“Vendí y perdí dinero”, es una constante a la hora de emprender. Esto sucede, de acuerdo con Ana Victoria, porque no se estiman los costos, no sumaron sus gastos prorrateados, el sueldo, y eso lleva a perder dinero.
ERRORES EN EL EMPRENDIMIENTO
Otro error es llenarse de gastos fijos. No cuidar estos gastos fijos y crear una estructura demasiado irresponsable, demasiado pesada, llegará al punto de llevar a la agonía al negocio. Cada vez que se va a contratar a alguien o se tendrá un servicio fijo o habrá que pagar una renta hay que analizar si realmente hay un sustento para poder mantenerlo. Otros errores, de acuerdo con la empresaria, son no escuchar al cliente, al mercado y a las tendencias, no moverse ágilmente, ser demasiado optimista y no tener planes.
La mercadóloga considera que un buen emprendedor debe mantenerse siempre con “el wifi abierto”, es decir, ser receptivo a todas las ideas y oportunidades que se presenten. “Todos podemos tener una idea, pero lo que cuenta es accionar y rodearse de mentores, de consejeros, de socios y de un equipo que entienda el concepto que se pretende desarrollar”.
Una de las tendencias que está en ebullición para este 2023, de acuerdo con Ana Victoria García Álvarez, es la economía circular. También hay otros temas en el tablero, tales como proyectos de sustentabilidad, la industria del bienestar, data, divisas y gadgets.
OTRAS OPCIONES
Se suman a estos temas los productos de consumo, alimentos y suplementos, así como las metodologías de ejercicio, soluciones de salud mental, belleza, plataformas de optimización en análisis de datos y en automatización de funciones con inteligencia artificial.
El tema de las mascotas, cuyo auge tiene a la empresaria muy sorprendida, es una gran tendencia por el incremento de estas y, con ello, de los productos y servicios que se requieren. “Para las mascotas hay desde suplementos alimenticios hasta aromaterapia”.
El Instituto Nacional del Emprendedor indica que mensualmente nacen alrededor de 35,000 negocios en México. En tanto, de acuerdo con una investigación realizada por Ipsos, 55 por ciento de los mexicanos tiene intenciones de emprender.
La también maestra en administración y negocios asegura que nadie debe quedarse con las ganas de intentar desarrollar su idea. “¡Fuera frenos! Se debe evitar el ‘¿y si me va mal?’. Se debe intentar no caer en pánico y no perder el patrimonio. Cada persona tiene distintas aversiones al riesgo, entonces con base en eso tienen que probarse. Pero no se queden con la duda. Cada quien elegirá si emprenden solos, con una incubadora o con una academia. El salir de la duda da mucha sanidad mental”, concluye Ana Victoria. N