Cada 14 de febrero, en el Día de San Valentín, el corazón toma relevancia para demostrar la amistad y amor por otros. Su representación visual, casi siempre roja, circula en redes sociales y entre las diferentes regiones del mundo. Pero, lejos del romanticismo, en esta fecha también se conmemora el Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas (CC), una serie de afectaciones que incluyen malformaciones en las cavidades y válvulas cardiacas, así como en los principales vasos que emergen del corazón.
Las cardiopatías congénitas son enfermedades del corazón con las que se nace y se dividen en dos tipos: cianótica y no cianótica. La primera ocasiona niveles bajos de oxígeno en la sangre. Los niños suelen nacer con un color azulado en la piel y las membranas mucosas. Entre las cardiopatías cianóticas más comunes destacan la anomalía de Ebstein, atresia pulmonar, tetralogía de Fallot, tronco arterial y atresia tricúspide.
En tanto, en las cardiopatías no cianóticas la oxigenación de la sangre es la correcta, pero la forma de trabajar del corazón no, y este órgano se ve sometido a sobrecargas que pueden tener consecuencias importantes. La lista de las más frecuentes abarca la válvula aórtica bicúspide, estenosis aórtica, comunicación interventricular, conducto arterial persistente y la estenosis pulmonar.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 33 lactantes presenta alguna cardiopatía congénita. En América Latina, la frecuencia es de 2.6 casos por cada 10,000 nacimientos, según el reporte del Estudio Colaborativo Latinoamericano de Malformaciones Congénitas (ECLAMC).
ANOMALÍAS CARDIACAS COMO PARTE DE LOS SÍNDROMES GENÉTICOS
“A partir de la semana 20 o 22 de gestación, un especialista puede hacer un ultrasonido al corazón del bebé (ecocardiografía fetal) para detectar si viene con problemas congénitos”, comenta el cardiólogo Pablo Hurtado en entrevista con Newsweek en Español.
—¿Cuáles son los factores que contribuyen a las cardiopatías congénitas? —le preguntamos.
—Hay que enfocarnos en las madres diabéticas, con obesidad, hipertensión arterial, mayores de 40 años y, desde luego, en las mujeres con cardiopatías congénitas porque son hereditarias. Entonces, hay que realizar el ultrasonido Doppler estando embarazadas. Uno de cada cien niños en Estados Unidos, por ejemplo, nace con al menos una CC, son muy frecuentes.
“Las anomalías cardiacas también pueden ser parte de síndromes genéticos y cromosómicos, algunos de los cuales son hereditarios”, agrega el especialista. Un ejemplo de ello son los niños con síndrome de Down, quienes deben someterse a valoraciones cardiacas para un puntual diagnóstico y tratamiento, pues hasta 60 por ciento tiene una cardiopatía subyacente.
LA IMPORTANCIA DEL DIAGNÓSTICO OPORTUNO
—¿Qué tipo de cardiopatía es más fácil de detectar?
—La cianógena porque el niño nace con una coloración entre morado y azul. También porque sus uñas violáceas cuando lloran o hace frío son indicativos de problemas del corazón. Otro factor son las neumonías a repetición, no son normales tres episodios o más durante la vida del menor.
“El hecho de que un niño tenga neumonía en los primeros seis meses de su vida y que no mejore, que tenga fatiga durante la alimentación, se le hundan las costillas (tiraje intercostal), tiene taquipnea (respiración acelerada) y diaforesis (sudoración excesiva o abundante) refiere una CC”, dice el especialista.
Un diagnóstico precoz en la gestación, así como un tratamiento oportuno, pueden mejorar la calidad de vida del recién nacido. Sin embargo, en el sistema de salud de América Latina, en los hospitales públicos, muchas veces quienes atienden los embarazos son médicos residentes y estudiantes, cuyos diagnósticos pueden errar ante la falta de un especialista.
“En Nicaragua ya hay un Instituto de cardiología y cirugía desde hace unos cinco años —ejemplifica el doctor Hurtado—. Han empezado a operar niños que antes se morían o solo eran operables en otros países. En el último año nos llegó un caso de CC por semana”, comparte el cardiólogo del Hospital Carlos Roberto Huembes, ubicado en Managua.
MÉXICO: MÁS DE 10,000 BEBÉS NACEN CON ALGUNA MALFORMACIÓN DEL CORAZÓN
Datos de la Secretaría de Salud de México refieren que cada año nacen entre 12,000 y 16,000 bebés con alguna malformación cardiaca, siendo el principal padecimiento congénito registrado en el país. Tan solo en 2021, el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” realizó 485 cateterismos cardiacos, un procedimiento que consiste en pasar una sonda delgada y flexible (catéter) hasta el lado derecho o izquierdo del corazón, y 385 cirugías en niños y niñas.
Las principales cardiopatías congénitas identificadas en México son las alteraciones de las paredes que dividen el lado izquierdo y derecho del corazón (comunicación interventricular/no cianóticas). También está la alteración llamada conducto arterioso persistente, estructura que generalmente se cierra poco después del nacimiento, pero que al seguir abierta establece cortocircuito entre la aorta y la arteria pulmonar que provoca insuficiencia cardiaca de algún grado de severidad manifestando pausas en la alimentación, sudoración cefálica y mal desarrollo ponderal.
Otra cardiopatía congénita es la tetralogía de Fallot (tipo cianótica), una afectación que conjuga cuatro defectos del corazón y de sus vasos sanguíneos, lo que perturba el flujo sanguíneo y oxigenación. Para su corrección requiere cirugía cardiaca.
“Con frecuencia, en el país no hay un control prenatal. Hay algunas cardiopatías que dejan herencias como la comunicación interauricular, pero de otras se desconoce su origen, es aleatorio dónde prevalecen familias sanas”, indica para este medio Enrique Benito Gómez, jefe del Servicio de Cardiología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE.
EN LA ADULTEZ YA NO HAY MUCHO POR HACER
“Sin embargo, también hay un grupo de CC que no son detectables aun en el nacimiento, defectos septales, como agujeros que no deberían existir dentro de las cavidades”, continúa el especialista. “En algunas ocasiones, el diagnóstico se hace en la vida adulta, pasan desapercibidos. Viven la niñez y adolescencia, y en la adultez ya no hay mucho por hacer”.
De acuerdo con el experto, las cardiopatías congénitas pueden detectarse durante las revisiones médicas con el profesional de salud al escuchar los denominados “soplos” en el área cardiaca o alteración en la oxigenación. La ingesta de ácido fólico por parte de madres gestantes, la dieta saludable y la cobertura de inmunización contra enfermedades como la rubéola disminuyen sobremanera el riesgo de CC.
Algunas de las CC son de fase presolución, es decir, se resuelven por la vía quirúrgica e intervencionista, entonces el individuo crece con normalidad, mientras otras requieren cirugías más complejas hasta un posible trasplante de corazón.
“Como en el nosocomio donde trabajo es un lugar de alta concentración, tenemos una unidad dedicada exclusivamente a cardiopatías congénitas. El llamado es a que todas las mujeres se deben hacer un diagnóstico intrauterino, deben acudir al médico desde las primeras semanas de su concepción.
“Nosotros recibimos más de cien pacientes al año con CC; México necesita muchos hospitales de alta especialidad porque se requiere la participación de un equipo multidisciplinario: cardiólogos e intervencionistas pediatras, cirujanos cardiovasculares y cuidados intensivos, anestesiólogos, enfermeras, etcétera. Conjuntar estos grupos no es tan sencillo”, concluye. N