La invasión de Rusia a Ucrania ha dejado miles de muertos y tenido repercusiones en todo el mundo, desde su inicio hace más de 11 meses, hasta el anuncio esta semana de la entrega de tanques pesados occidentales para apoyar la resistencia de Kiev.
El 24 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció una “operación militar especial” para defender a las “repúblicas” separatistas prorrusas de Lugansk y Donetsk, en el este de Ucrania, tras haber reconocido sus independencias. En ese entonces, Putin reclamó la “desnazificación” del gobierno ucraniano y garantías de que ese país nunca entrará en la OTAN.
La Unión Europea (UE) anunció la entrega de armas a Ucrania y los países occidentales empezaron a aplicar sanciones económicas cada vez más duras contra Rusia. El 3 de marzo, los rusos se apoderaron de una gran ciudad, Jersón (sur).
RESISTENCIA EN KIEV
Posteriormente, el ejército ruso trató de rodear Kiev, la capital, pero topó con una feroz resistencia. Moscú centró entonces su ofensiva en el sur y en la cuenca del Donbás, bajo control parcial de los separatistas prorrusos desde 2014.
Tras la retirada de los rusos de la región de Kiev, se descubrieron decenas de cadáveres de civiles en Bucha y otras localidades cercanas. Para esto, la Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación.
Desde el inicio de la ofensiva, el ejército ruso asedió Mariúpol (sureste), un puerto estratégico a orillas del mar de Azov. Unos 2,500 combatientes ucranianos, atrincherados en la acería Azovstal junto a un millar de civiles, resistieron hasta mediados de mayo.
Según las autoridades ucranianas, la batalla destruyó un 90 por ciento de la ciudad y dejó 20,000 muertos. En mayo, Suecia y Finlandia, temerosas de ser blanco de futuros ataques rusos, presentaron sus candidaturas de adhesión a la OTAN.
EXPORTACIÓN DE CEREALES Y GUERRA DEL GAS
El 22 de julio, Rusia y Ucrania sellaron un acuerdo para reanudar la exportación de cereales, en un intento de aliviar una crisis alimentaria mundial causada por el bloqueo de toneladas de granos en los puertos ucranianos.
Las exportaciones de gas ruso hacia Europa se redujeron. Los países occidentales acusaron a Rusia de usar el suministro de energía como “arma” en respuesta a las sanciones. A inicios de julio, las tropas rusas trataron de conquistar Bajmut, en la región de Donetsk, con el apoyo de la milicia Wagner.
En septiembre, las fuerzas ucranianas lanzaron un ataque sorpresa en la región de Járkov y dieron parte de la reconquista de localidades de gran importancia logística, como Izium, Kupiansk y Lyman (este).
Además, desde inicios de agosto, ambos beligerantes se han acusado mutuamente de bombardear la central nuclear de Zaporiyia (sur), la mayor de Europa, ocupada por los rusos desde marzo. En septiembre, Putin amenazó con utilizar armas nucleares para defender a Rusia frente a Occidente, al que acusa de querer “destruir” a su país.
El 21 de septiembre, Putin anunció una “movilización parcial” de los rusos en edad de combatir (300,000 reservistas convocados), desencadenando una huida de miles de hombres al extranjero.
El 30 de septiembre, ratificó la anexión a Rusia de cuatro regiones ucranianas: Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia. Estas habían organizado “referendos” calificados de “simulacro” por Kiev y los occidentales.
El 8 de octubre, se produce una explosión en el puente que conecta Crimea con Rusia, que causa importante daños. Putin acusó a los servicios secretos ucranianos.
APAGONES MASIVOS EN UCRANIA
En represalia, las fuerzas rusas efectuaron el 10 de octubre bombardeos masivos contra ciudades de toda Ucrania, incluida Kiev. Los ataques apuntaron sobre todo a infraestructuras energéticas y dejaron a millones de personas sin electricidad.
El 11 de noviembre, las tropas rusas se retiraron de la ciudad de Jersón ante el avance de las fuerzas ucranianas. Más adelante, el 13 de enero, Moscú reivindicó la conquista de Soledad, una ciudad cercana a Bajmut, que Rusia trata de controlar desde hace meses.
El miércoles 25 de enero, Kiev finalmente admitió haberse retirado de la ciudad tras “meses de combates difíciles”. Este 25 de enero también, el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz autorizó el envío de tanques de combate Leopard a Ucrania, que los reclamó con instsencia para defenderse mejor de la invasión rusa.
Moscú califica la decisión de “extremadamente peligrosa” y firma que “llevará el conflicto a un nuevo nivel de confrontación”. N
(Con información de AFP)