México, inmerso en un debate sobre el creciente poder de los militares, es el país más golpeado por las filtraciones de la red de piratas cibernéticos Guacamaya, que ha divulgado documentos confidenciales de varios países latinoamericanos.
La polémica por la enorme acumulación de poder de las Fuerzas Armadas en la presidencia del izquierdista Andrés Manuel López Obrador se acentuó tras las revelaciones compartidas por este grupo, que también afectan a otros países como Chile, Perú, Colombia.
En América Latina todos conocen a las parlanchinas guacamayas. Sin embargo, nadie sabe gran cosa de estos piratas anónimos que comparten los archivos jaqueados previa solicitud al correo [email protected], explican dos periodistas mexicanos.
Son “hacker-activistas”, estima Diego Macor, experto en ciberseguridad de IBM en Chile. “Lo que buscan ellos es un fin más político que un fin económico”, señala.
El diario español El País asegura que ha tenido acceso a “más de cuatro millones” de archivos que entre otras cosas permitieron comprobar la existencia del contrato entre el Ejército mexicano y la firma israelí NSO para comprar el controvertido programa de espionaje Pegasus.
Con Pegasus se infiltraron los teléfonos de al menos un activista y dos periodistas, añade El País, que cita al laboratorio de investigación de la universidad de Toronto, Citizen Lab. El Ejército mexicano argumentó en un comunicado, el 4 de octubre, que Pegasus fue utilizado solo en “operaciones en contra de la delincuencia organizada”.
ASILO A ASSANGE
El “monitoreo indebido” de organizaciones de la sociedad civil por parte del Ejército en México y Perú revelado por el denominado “Guacamaya-leak” revela “el deterioro del respeto a los derechos humanos”, denunció Amnistía Internacional, que denunció haber sido espiada.
En México, las filtraciones han demostrado que el Ejército fue el promotor de una reforma votada en septiembre para poner a la Guardia Nacional, creada en 2019, bajo el mando de la Defensa, señala el semanario Proceso.
El “Guacamaya-leak” estalló el 30 de septiembre con informaciones inéditas sobre la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, como cuando el mandatario de 68 años tuvo que ser trasladado de urgencia desde su rancho en Chiapas (sur) a un hospital militar de la capital el 2 de enero por un problema cardiáco.
“Hubo un ataque cibernético, un robo de información”, reconoció el mandatario el mismo 30 de septiembre, cuando confirmó además las versiones sobre su salud.
Diputados mexicanos han llamado al secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, a comparecer en el Legislativo para que explique este escándalo, pero el funcionario sólo ha accedido a recibirlos en su oficina.
Y con Guacamaya de trasfondo, la noche del pasado miércoles se votó una reforma constitucional que extiende de 2024 a 2028 la participación de militares en tareas de seguridad, lo que le valió a López Obrador acusaciones de buscar “militarizar” al país por parte de opositores. Con un toque irónico: México, el más afectado por “Guacamaya-leak”, ha ofrecido asilo a… Julian Assange, el fundador de Wikileaks.
COLOMBIA Y CHILE TAMBIÉN AFECTADOS POR GUACAMAYA
En Colombia, el colectivo asegura haber pirateado más de 300,000 correos privados del Comando General de las Fuerzas Militares y la fiscalía. El anuncio fue hecho en la plataforma Distributed Denial of Secrets. Y también comparte sus informaciones previa solicitud por correo electronico.
Las Fuerzas Militares colombianas sólo admitieron que tienen “conocimiento de la posible extracción de información del Comando General”, según un comunicado.
El 1 de agosto, Guacamaya reveló decenas de miles de correos de la estatal Agencia Nacional de Hidrocarburos. Así como de la compañía privada New Granada Energy Corporation. Esta filtración da cuenta de al menos 62 derrames de crudo y otros químicos en los pozos de la empresa entre 2015 y 2020.
La mayoría de estos “incidentes ambientales” no se reportaron a las autoridades, según comunicaciones internas de New Granada Energy Corporation. En Chile, esta red de hackers pirateó los servidores del comando conjunto de las Fuerzas Armadas, según tres expertos consultados por la AFP.
“El ‘hackeo’ se logró a través de una vulnerabilidad que afecta a los servidores Exchange de Microsoft”, explica Nicolas Boettcher, de la Escuela de Informática y Telecomunicaciones Universidad Diego Portales.
Esta falla fue conocida desde agosto de 2021, añade, pero “no se realizó el concurso público para licitar la revisión y reparación de los servidores”. N
(Con información de AFP)