“Dice que yo no soy fácil y qué aburrido sería. No es que yo fuera difícil, es que fui como quería…”. Esta es una parte de los versos que la cantante puertorriqueña iLe y la chilena Mon Laferte cantan en “Traguito”, canción con la que la primera estrena su más reciente álbum, Nacarile.
Nacarile nació del desconcierto que la pandemia trajo consigo. Para iLe, esta etapa de su vida la hizo detenerse y mirar a aquellas emociones que la comenzaban a inundar y que impedían que la creatividad surgiera al momento de producir nuevo disco.
“Creo que han sido momentos turbulentos en donde me sentía muy dispersa y se me hacía superdifícil enfocarme y concentrarme de la manera en que a mí me gusta cuando voy a trabajar un disco”, cuenta iLe en entrevista con Newsweek en Español.
La cantante tuvo que afrontar este proceso y le costó trabajo. Se sentía incómoda al tiempo que buscaba la manera de acoger la verdad y aceptarla hasta llevarla a producir Nacarile y decir: “nacarile del Oriente”, una frase en Puerto Rico para decir “no”, pero con mucha actitud.
Pronunciar “nacarile” es una forma de señalar también que “aquí no hay nada” o “para allá no voy”. Eso hizo iLe en su reciente disco, el cual contiene 11 canciones de las que destacan seis colaboraciones con cantantes como Natalia Lafourcade, Mon Laferte, Rodrigo Cuevas e Ive Queen.
“Siento que todo el proceso del disco y las canciones expresan toda esa combinación emocional que estaba pasando. Sobre todo, en ese proceso duro de lo que fue la pandemia, la cuarentena y todo eso”, cuenta.
‘TRAGUITO’, SER COMO SE QUIERE SER
“Traguito” es la canción del género bolero con la que iLe presenta Nacarile en compañía de Mon Laferte. La canción toma señales de un poema de Julia de Burgos titulado “Yo misma fui mi ruta”. En el coro, la cantante reimagina el tropo de una mujer “difícil”, poniendo el foco en versos como: “No es que yo fuera difícil / Es que fui como quería”, según canta.
“Soy superfanática de la música latinoamericana y el bolero. Diría que el bolero se popularizó en Latinoamérica y en el Caribe, así que es una parte importante de mí. Siempre disfruto de ese reto y de buscar la manera en que el bolero suene al presente, al momento en el que estamos ahora”, cuenta iLe.
Para la intérprete, nacida en Hato Rey Central, un barrio de San Juan, hace 33 años, fue importante que esta canción tuviera una conversación distinta a través de la energía que la música de un bolero puede impregnar.
“Para mí era importante que esta canción tuviese esa energía del bolero bien callejero o un bolero informal y bien suelto que, al mismo tiempo, tuviese una fuerza femenina bien presente”, explica.
“Traguito” es, además, una canción importante y necesaria que se canta desde una posición de mucha confianza y segura de sí misma, de lo que se quiere y de lo que no se quiere, “y eso está muy bien”, sentencia.
‘PERSONAS DIFÍCILES’
—Hoy, desde la música, ¿a qué amor se le canta en “Traguito”?
—A todas esas personas que les gusta catalogar a las mujeres como “personas difíciles” por el mero hecho de que no quieran cumplir con los estándares del patriarcado. Creo que siempre nos debemos cuestionar si somos difíciles y, ¿para quién somos difíciles? para el hombre.
“Son muchas cosas dentro del machismo que tenemos que cuestionarnos porque hay unas que son más pequeñas, que no nos damos cuenta y están ahí. Están desde que somos chiquitos y comienzas a ver la vida desde esa perspectiva patriarcal y ni te enteraste. Por eso es tan importante que la conversación cubra todas esas ramas, sean grandes o pequeñas.
—Hoy día, ¿se vale ser como una mujer quiere?
—Bueno, depende de cómo se vea. Depende de qué perspectiva estamos hablando, yo diría que sí. Lo otro sería dejar de hacer como queramos ser.
“Toda la lucha feminista ha partido desde ahí, desde como no me importa que tú digas lo contrario. Yo me mantengo firme porque puedo, porque me corresponde. Entonces, creo que sí, que de eso se trata la lucha porque de lo contrario estaríamos permitiendo el abuso de poder patriarcal que todavía está presente y se disfraza de distintas formas, pero sigue ahí”.
ILE Y EL FEMINISMO
—¿Cómo ves el movimiento feminista ahora?
—Eso que estamos viviendo ahora me llena de muchísimo orgullo y esperanza para sentir que la lucha y la conversación se sigue expandiendo. Siempre hay espacio para más. Siempre hay más gente invitada para ser parte de la lucha, pero creo que estamos en un proceso de deconstrucción y de aprendizaje de un sistema patriarcal en el que nos estamos percatando de muchas toxicidades con las que hemos estado viviendo y normalizando con el tiempo.
“Así que, estamos desmantelando muchas cosas al mismo tiempo que son necesarias con el fin de ir a lo básico, entendernos y aceptarnos como somos y que cada cual viva dentro de su libertad”.
—¿Es la música un conducto, en el movimiento feminista, para que las mujeres se quieran y se amen?
—Creo que eso es primordial: buscar la manera en que nosotras también entendamos el mensaje que queremos llevar como colectiva, y eso cada vez lo vamos teniendo más claro.
“Lamentablemente, hay un montón de gente con intenciones tóxicas y dañinas, pero también hay mucha ignorancia social. No necesariamente viene de un mal lugar, sino simplemente de costumbres, de malas costumbres en las que todos, sin querer, hemos formado parte. Y si no es porque lo conversamos dentro de nuestra cotidianidad a veces, ni se hablan de estas cosas”.
SOLTARNOS CON UNOS TRAGUITOS
Para iLe, la comunicación es importante. Comunicar a las personas que algo es incómodo, a dejarlo pasar. Esta práctica no solo la aplica entre sus amistades, sino también con las personas que la rodean y en sus canciones.
“Eso es superimportante porque, a veces, no sabes cuánto le puedes cambiar la perspectiva a alguien que ni sabía que estaba diciendo algo hiriente. Lo comunicas con respeto y termina siendo parte de ese desaprendizaje que estamos teniendo”, añade.
Cuenta iLe que Nacarile es un disco que le enseñó mucho y que “Traguito”, el sencillo con el que estrena su disco, resulta ser para ella una canción poderosa y necesaria porque tiene una mezcla de rabia, determinación y, al mismo tiempo, desahogo.
“Creo que está bueno también que dentro de estos momentos difíciles que estamos viviendo mundialmente a veces soltarnos con unos traguitos, aunque sea de agua con el mero hecho de sentir esa sensación placentera”, concluye. N