Tulio Triviño es el rostro principal del programa 31 Minutos, pero antes de serlo fue reportero en un canal venezolano especializado en los escarabajos. “Era un trabajo aburrido, pero apasionante”, señaló tras marcharse de ahí.
El millonario conductor es “egocéntrico, vanidoso, déspota, desmemoriado, ignorante y corto de entendimiento”. Sin embargo, siempre intenta mantener la dignidad del noticiario que conduce a toda costa.
El intérprete detrás de esta marioneta es Pedro Pablo Alfredo Peirano Olate, un periodista, historietista, productor, guionista, cineasta, titiritero y actor chileno. Junto con Álvaro Díaz, periodista, productor, actor, músico, director de cine y televisión chileno fundó la productora Aplaplac. Con esta han realizado series como 31 Minutos.
Newsweek en Español conversó con Pedro Pablo Peirano, quien explica que la idea desde el principio fue hacer un programa para niños y adultos.
“Por eso usamos el formato de noticiario. En los inicios de 31 Minutos el momento del noticiario era el momento en que los papás y los hijos veían televisión juntos. Por ello entendían el mismo mundo”, expresa.
Las canciones son de las principales características del programa. Han saltado a la fama internacional tras presentarse en el “ranking top”.
Desde 2003 el programa se ha convertido en un fenómeno televisivo y musical que ha cautivado la simpatía de miles en América Latina. Esto los ha llevado a tocar y cantar en grandes escenarios del continente. Además, en 2020 y 2022 tuvieron por primera vez la presentación de un noticiario en vivo.
“DIENTE BLANCO, NO TE VAYAS”
Consecuencia del éxito que atrajo las canciones, además de las cuatro temporadas del programa, la productora lanzó seis discos.
“Aunque realizamos un sinfín de canciones para el programa, la idea nunca fue convertirlas en hits, sino tratar temas infantiles. Nosotros nunca habíamos escuchado una canción de cuando se te perdía el diente.
“Entonces, a la hora de pensar en temas de canciones para niños, siempre son temas tan raros como esos. Por ello fue muy entretenido hacer un full de canciones así”, comenta Pedro Pablo Peirano al hacer referencia a la canción “Diente blanco, no te vayas”, que versa sobre un niño que le pregunta a su diente por qué se ha caído si él lo ha cepillado siempre.
Este tipo de temáticas llevó a la productora Aplaplac a producir diversas miniseries con los personajes de 31 Minutos. Uno de los proyectos fue para el Museo Nacional de Odontología de la Universidad de Chile.
La productora creó una serie web de cuatro episodios nombrada “Las muelas de Guaripolo”. En esta, “el personaje favorito de todos los niños” enseña a la audiencia información sobre la higiene dental y su historia.
Hoy por hoy, han dicho los creadores de la serie, se ha desarrollado un género llamado “31 minutos”, ya que todas las canciones suenan a 31 Minutos. “En general hay un sonido, una manera de cantar, obviamente los temas de las canciones son muy del programa”.
IGUALDAD, DERECHOS HUMANOS Y EL FUTURO DEL PLANETA
El programa ha tocado diversos temas y las reacciones entre niños y adultos han sido positivas. Durante los episodios “nunca han podido faltar las cápsulas que hablan sobre la igualdad, los derechos humanos y el futuro del planeta”, añade Peirano.
Sobre estos dos últimos temas el énfasis ha sido tan inminente que crearon dos personajes que se dedican a desarrollarlos. El tema del medioambiente siempre fue la ocupación de las investigaciones del “periodista estrella”, Juan Carlos Bodoque, mientras que el superhéroe Calcetín con Rombos Man se dedica a enseñar a los niños sus derechos humanos.
En colaboración con el Ministerio de Salud de Chile, 31 Minutos también realizó la serie web “La nube de humo”. Es conducida por Juan Carlos Bodoque, quien, retirado del periodismo, decide volver solo para hacer un reportaje sobre la contaminación atmosférica en Chile.
En 2018, Aplaplac realizó por encargo de la Asociación Chilena de Seguridad una serie en web donde uno de los personajes realiza un programa que trata temas relacionados con la seguridad laboral, mental y de salud.
Peirano también explica que, a la hora de escribir los episodios, nunca hicieron ni hablaron de cosas que no entendían. “Nosotros entendemos a nuestros personajes un montón. Gran parte de ellos somos nosotros también. Somos bastante básicos. Tulio —mi personaje— le teme a perder cualquier cosa. Y creo que todo el mundo entiende que perder lo que se tiene es terrible. Por eso creo que con los temas presentados todo el mundo se puede identificar”
“TRATAMOS DE CAUTIVAR A LOS NIÑOS”
Añade que en Latinoamérica hay mucha preocupación por educar a las infancias “seriamente”. Y no hay nada más terrible que la seriedad para los niños. “La idea es despertar su curiosidad. Nosotros tratamos de cautivar a los niños. Hacemos todo para cautivarlos.
“El humor tiene que nutrirse de la realidad. No sentimos la obligación de dar un mensaje, pero sí participar, no desaparecer”, dice Peirano, y añade: “El humor te salva de casi todo”.
31 Minutos comenzó hace 20 años y rápidamente adquirió simpatía en el público infantil. “Estos niños crecieron y siguieron viendo el programa. Ahora de adultos llevan a sus hijos”.
Sobre el lenguaje inclusivo, tanto Pedro Peirano como Álvaro Díaz consideran que hay “un poco de obligación en usarlo”. Pero para ellos no es tan necesario.
“Es muy raro usarlo. Probablemente si nosotros lo usamos no nos saldría muy serio. Nadie nos tomaría en serio”, comenta Álvaro Díaz.
Pedro Peirano dice que “todo termina tomando su lugar. No me sorprendería que en 20 años más se hable: ‘holi, cómo esté, estey bien contente’. A mí me generan un montón de problema los artículos antes de los sustantivos. Así como ciertas palabras que no tienen sexo porque terminan con ‘o’, pero se cambia una ‘a’. Si somos rigurosos con ese lenguaje casi no se podría hablar”.
“Los personajes no deben perder su personalidad. Así, no los adaptaríamos, o por lo menos no por ahora, a la tendencia del lenguaje inclusivo”, sentencian los creadores de 31 Minutos.
ASÍ COMENZÓ TODO
Las raíces del programa datan de 1990. Aquel año, Álvaro Díaz y Pedro Peirano ingresaron en la Universidad de Chile para estudiar periodismo. En un inicio no se hablaban y tampoco tenían interés en hacerlo. Empero, tras reunirse para un trabajo y conocerse descubrieron que compartían el mismo sentido del humor e iniciaron su amistad.
Díaz y Peirano se postularon para obtener un fondo del Consejo Nacional de Televisión de Chile en 2002 en la categoría de televisión infantil. El proyecto fue “El gabinete del Doctor Mojado”. Se trata de un pez que conducía un programa de televisión desde una pecera. En un episodio un títere reporteó lo que sucedía con los excrementos en las plantas de tratamiento.
Aplaplac ganó el concurso y obtuvo fondos para producir 21 capítulos que se transmitirían en Televisión Nacional de Chile. La idea evolucionó y llegó a transformarse en un noticiero de títeres titulado llamado 31 Minutos. El nombre surgió de las bases del concurso, donde se pedía que los proyectos duraran media hora.
México fue el primer país después de Chile en transmitir la serie en televisión abierta. Aquí se estrenó en año 2006, en Canal 11. Por ello, “ser conocidos y reconocidos en México nos abre una puerta a un país lejano e isleño”, concluye Pedro Peirano. N