Existen aproximadamente 10 trillones (10,000,000,000,000,000,000) de insectos vivos en la tierra, lo cual hace de ellos unas de las criaturas más abundantes del planeta. El insecto conocido más grande, la weta gigante, pesa alrededor de 71 gramos. Mientras, el más pequeño es un tipo de avispa parasitaria que mide apenas 0.005 pulgadas de largo.
Pero ¿estas criaturas diminutas tienen cerebro dentro de sus cabezas diminutas? La respuesta breve es que sí, y tal vez contengan profundidades de inteligencia ocultas que los científicos apenas empiezan a entender.
¿CÓMO SON LOS CEREBROS DE LOS INSECTOS?
Lars Chittka, profesor de ecología sensorial y conductual en la Universidad Queen Mary, de Londres, Reino Unido, dice a Newsweek que los insectos tienen cerebros “hermosamente elaborados”.
“Difieren de los cerebros mamíferos de muchas maneras. Una de las más obvias es que son más pequeños. Pero no son necesariamente menos complejos o sofisticados.
“Las redes en los cerebros de los insectos pueden ser extremada y finamente ramificadas y complejas. El patrón puede ser tan avanzado como un roble adulto. Cada neurona individual puede contactarse con hasta 10,000 neuronas. Entonces, la red computacional de los cerebros de los insectos puede ser muy compleja.
“Son más pequeños y más accesibles para los neurocientíficos. Pero estamos muy lejos de entenderlos exhaustivamente. Porque, aun cuando son más fáciles de estudiar que, digamos, un cerebro humano, todavía son demasiado complejos en el momento actual para entenderlos por completo”.
¿CUÁN INTELIGENTES SON LOS INSECTOS?
Los científicos han sabido por 100 años que los insectos pueden aprender cosas. Por ejemplo, sabemos que tienen hogares —como las hormigas, abejas y avispas—, pueden viajar kilómetros desde su base y hallar el camino de vuelta.
También hay casos de lo que parece ser toma de decisiones consciente entre algunos insectos. “Por ejemplo, las abejas tienen que ser compradoras muy inteligentes en el supermercado de flores”, comenta Chittka.
“Flores diferentes dan calidades y cantidades diferentes de néctar y polen, y las abejas son muy buenas para aprender las recompensas que pueden esperar de las especies de flores y luego asociar los colores, patrones y olores que exhiben las flores, memorizarlas y usar esto como indicadores de recompensas”, añade el experto.
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Los científicos también han llevado a cabo pruebas de inteligencia en insectos que se usaron anteriormente en primates y aves. “Descubrimos que las abejas cuentan hitos entre su colmena y su fuente de alimento”, expresa Chittka.
“Se puede entrenar a las abejas para que reconozcan imágenes de rostros humanos. Más recientemente, las entrenamos para que manipulen objetos de una manera equivalente al uso de herramientas.
“Las abejas aprendieron a jalar cuerdas para tener acceso a una recompensa que era visible, pero no accesible. Aun más, pudieron aprender habilidades como aprender unas de otras. Un individuo entrenado con esa habilidad podía difundir ese aprendizaje a toda una población”, indica.
La investigación también ha mostrado inteligencia en otras especies de insectos. Por ejemplo, las hormigas se mueven utilizando diferentes “módulos” de sus cerebros, incluido uno dedicado a rastrear sus pasos o dar marcha atrás. También se ha descubierto que las hormigas usan herramientas para transportar alimento líquido a su colonia mediante humedecer materiales en el alimento y llevarlos de vuelta para su consumo posterior.
Un estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B mostró un comportamiento social complejo en las avispas de papel. Se halló que los insectos reconocían a individuos de su colonia, apreciaban atributos como la fuerza relativa asociada con una avispa en particular, y formaban jerarquías sociales con base en ese conocimiento.
¿LOS INSECTOS PODRÍAN SER CONSCIENTES?
Aunque son asombrosos, estos comportamientos podrían compararse con el aprendizaje de las máquinas. Incluso el reconocimiento fácil ahora es el dominio de máquinas cotidianas, como los teléfonos inteligentes.
Pero ¿la inteligencia de los insectos incorpora una consciencia? Aun cuando no hay una prueba directa para definir la consciencia en los animales aparte de los humanos, la evidencia cada vez más sugiere que existe en otras especies. Incluidos los insectos.
Chittka y sus colegas llevaron a cabo experimentos en abejas, los cuales sugirieron que los animales podían sentirse optimistas. Otros investigadores también hallaron evidencia de algo que se asemeja a la consciencia en otros insectos.
Christof Koch, del Instituto de Tecnología de California, dijo a Discover Magazine que dejó de matar insectos innecesariamente después de aprender más sobre su inteligencia.
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También comentó que había una posibilidad de que algunos insectos, como las cucarachas y las abejas, podrían ser conscientes debido a conformaciones complejas conocidas como estructuras de hongo en sus cerebros, las cuales son clave para la formación de la memoria y procesar experiencias.
“Probablemente, lo que requiere la consciencia es un sistema lo bastante complicado con retroalimentación enorme. Los insectos tienen eso. Si ves los cuerpos de hongo, son enormemente paralelos y tienen retroalimentación”, expresó al sitio web.
La siguiente frontera para la inteligencia de los insectos ahora es explorar los estados de consciencia y emociones en los animales. “Si usamos los mismos indicadores de estados emocionales como se aceptan comúnmente en animales domesticados, entonces estos califican como indicadores de estados emocionales”, dice Chittka.
“Ello indica que podría haber una consciencia. Pero estamos encajando más piezas del rompecabezas”, concluye el especialista. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)