Especialistas en desextinción se preparan para resucitar a una enorme rata extinta hace mucho tiempo. La rata gigante, de la especie Rattus macleari, era endémica de la Isla de Navidad, en Australia, y también se le conocía como rata de Maclear. Podía alcanzar más de 45 centímetros de la cabeza a la cola.
La especie desapareció hace unos 120 años en un evento de extinción masiva entre 1899 y 1908, cuando las enfermedades llevadas por los barcos europeos arrasaron la población.
El roedor tenía dientes grandes y poderosos, y era capaz de alimentarse de los cangrejos rojos de la isla. Tenía pelo largo y grueso y bigotes negros que medían alrededor de 9 centímetros.
Ahora, los investigadores esperan resucitar a esta especie perdida tras obtener el genoma de casi todas las otras ratas de la Isla de Navidad. Descubrieron que la rata extinta compartía alrededor de 95 por ciento de sus genes con la rata noruega parda, que aún existe. Sus hallazgos fueron publicados en la revista Current Biology.
Tom Gilbert, de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, es el principal genetista evolutivo del proyecto. Afirmó que esto significa que los científicos tienen “un modelo de prueba bastante bueno” para comenzar los esfuerzos de desextinción de la especie.
“Este es el caso perfecto, porque cuando se secuencia el genoma, se debe comparar con una referencia moderna realmente buena”, indicó en una declaración.
Los científicos trabajaron para comparar los genes de la rata gigante con el genoma de la rata parda noruega. A partir de ahí, identificaron las partes de los genomas que no coincidían, y posteriormente utilizaron la tecnología CRISPR para editar el ADN de la especie viva de manera que coincidiera con el de la extinta.
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Aunque el proceso resultó exitoso en gran medida, faltaron algunos genes clave. Estos genes faltantes significan que una rata resucitada de la Isla de Navidad probablemente no procesaría los olores de la misma forma en que lo harían sus descendientes.
“Con la tecnología actual, podría ser totalmente imposible recuperar la secuencia completa, y por esa razón, es imposible generar una réplica perfecta de la rata de la Isla de Navidad”, señaló Gilbert. “Siempre será una especie de híbrido”.
Gilbert planea editar ahora el genoma de la rata negra para transformarlo en el de una rata parda noruega antes de intentar resucitar a la rata gigante.
Los científicos piensan que la rata parda noruega y la de la Isla de Navidad tienen una divergencia evolutiva similar a la del elefante y la del extinto mamut lanudo.
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Esto significa que, si el experimento tiene éxito, podría contribuir a futuros esfuerzos para la desextinción de otros animales.
Gilbert indicó que la tecnología podría ser suficiente para editar el ADN del elefante de manera que tenga pelo y pueda vivir en el frío, aunque no sería una reproducción exacta.
“Si se crea un extraño elefante peludo para que viva en un zoológico, probablemente no importa si le faltan algunos genes conductuales”, dijo. “Pienso que es una idea fascinante en cuanto a la tecnología. Pero debemos preguntarnos si ese es el mejor uso que se le puede dar al dinero en lugar de mantener vivas a las especies que aún están presentes”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)