Funcionarios de salud alto nivel de Estados Unidos aseguraron repetidamente este miércoles a los miembros del Congreso que una posible vacuna contra el COVID-19 será puesta a la venta únicamente cuando sea absolutamente segura, a pesar de que el mandatario estadounidense Donald Trump haya insinuado que posiblemente se pondría a la venta una vacuna antes del día de la elección.
El Dr. Jerome Adams, Secretario de Salud de Estados Unidos, y el Dr. Francis Collins, Director de los Institutos Nacionales de Salud de ese país (NIH, por sus siglas en inglés) aseguraron ante senadores que la política seguirá estando fuera del proceso científico para hallar una vacuna, con el fin de lograr el índice más alto posible de confianza por parte del público.
“No habrán atajos”, declaró ante el Comité de Salud del Senado el Dr. Adams, miembro del Equipo Especial de la Casa Blanca para el Coronavirus. “Esta vacuna será segura, será efectiva, o no seguirá adelante”.
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El Dr. Collins hizo declaraciones similares y afirmó que tiene un “moderado optimismo” de que la vacuna estará disponible para fines de este año.
“Debo hacer todo el énfasis posible en que las decisiones sobre la forma en que esta vacuna será evaluada y valorada se basarán en la ciencia”, afirmó. “Esa será la única base… De otra manera, no formaré parte de ello”.
Estas afirmaciones, realizadas por algunos de los funcionarios de salud de más alto nivel en el gobierno, se producen después de que Trump sugirió que podría disponerse de una vacuna antes del día de la elección, a pesar de las advertencias de expertos en salud, que afirman que ese plazo es extremadamente improbable. Los demócratas, entre ellos, los candidatos de ese partido para la presidencia y vicepresidencia Joe Biden y Kamala Harris, han indicado que Trump podría intentar aprobar de manera prematura una vacuna para aumentar sus posibilidades en las urnas.
“Tendremos una vacuna muy pronto. Quizás incluso antes de una fecha especial”, dijo Trump este fin de semana, mientras se burlaba de sus oponentes demócratas por insinuar que él podría politizar la vacuna. “Ustedes saben de qué fecha estoy hablando”.
El martes, dos días después de los comentarios de Trump, nueve importantes empresas farmacéuticas buscaron aumentar la confianza del público en cualquier vacuna futura al dar el extraordinario paso de asegurar que no acelerarían el proceso de pruebas y al afirmar, en una declaración conjunta, que “nuestra principal prioridad es la seguridad y el bienestar de las personas vacunadas”.
Un estudio de Fase 3 realizado por AstraZeneca, una de las empresas que firmó la declaración de seguridad, fue detenido este martes debido que se produjo una reacción grave en uno de los participantes. Sin embargo, el Dr. Collins afirmó que esto no es raro en el proceso de evaluación de las vacunas.
El Dr. Collins explicó que cualquier vacuna tendrá que pasar por varios niveles de revisión después de comprobar su eficacia en un ensayo de Fase 3 antes de ser aprobada. Entre esos niveles se encuentran evaluaciones independientes realizadas por un Consejo de Supervisión de Datos y Seguridad, compuesto por científicos y representantes de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés.
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En un esfuerzo para acelerar la distribución de una vacuna una vez que sea finalmente aprobada, el Dr. Collins dijo a los senadores que se han eliminado tiempos de inactividad en el proceso, y que el Gobierno Federal ha invertido una gran cantidad de dinero en la fabricación de varias vacunas que, según se han dado cuenta, podrían no llegar a ser viables.
“Ninguna de las evaluaciones de seguridad y eficacia será pasada por alto ni abreviada”, añadió el Dr. Collins.
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Publicada en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek