“Para qué hago la limpieza si él no está…”. Estas son las palabras de una de las madres de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, en el documental Vivos, un filme fuerte, sensible e íntimo del director chino Ai Weiwei en el que se muestra cómo es el día a día de las familias que tienen a una persona desaparecida.
Vivos, que se transmite por Ambulante en Casa, bien podría ser el primer documental que muestra las ausencias en las familias de cada uno de los estudiantes que fueron desaparecidos el 26 de septiembre de 2014. El filme se centra en el núcleo de los padres, parejas, hermanos o hijos que los esperan de vuelta.
“Este es un documental centrado en las familias de Ayotzinapa, pero representa la vida y el dolor que viven miles de familias en el país. Creo que es el primer documental de Ayotzinapa que habla del día a día, en el cotidiano y la intimidad de las familias”, comenta Daniela Alatorre, productora del documental, en entrevista con Newsweek México.
El documental empatiza con las familias que tienen un desaparecido o desaparecida en México y abre la posibilidad de que las familias, en el caso Ayotzinapa, descubran cómo cada una sobrelleva su lucha a cinco años de estar juntos alzando la voz.
“Viven vidas paralelas, pero nunca habían visto cómo es la casa, el patio, la pared y el altar de sus hijos. Fue muy conmovedor. No piensas en generar esa intimidad y me parece muy poderoso ver la vida cotidiana de las familias y de las familias extendidas para entender cómo se vive con un familiar desaparecido en México”, añade.
EL ACOMPAÑAMIENTO A LAS FAMILIAS
Para Ai Weiwei fue primordial contar con el trabajo del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) como guía principal en la realización de este documental, tras el acompañamiento que el Centro ha dado a los familiares en por más de cinco años.
En la conformación de los equipos de trabajo en el rodaje del documental, Ai Weiwei se acercó a Elena Fortes y Daniela Alatorre, socias de la empresa No Ficción, para organizar el equipo y que no solo se conformara de videoastas y fotógrafos, sino también de un equipo de investigación que se encargara del conocimiento previo del tema.
“Generamos unidades de producción e investigación para un rodaje de entre cuatro y seis meses. Hubo varias visitas con las familias en diferentes momentos y cada unidad de producción e investigación regresó con las familias y generó esa empatía, esencial para la película que quería hacer Ai weiwei, con una visión que, más allá de esclarecer los hechos, procura abrir una ventana que no existía con la vivencia de las personas en su día a día”, agrega Alatorre.
“PARA QUÉ HAGO LA LIMPIEZA SI ÉL NO ESTÁ”
Durante el documental, Ai Weiwei presenta momentos fuertes con escenas en las que las familias abren las puertas a los espacios íntimos de sus hijos como la habitación, el comedor y lugares de reflexión en los que solían pasar gran parte de su tiempo y que hoy se convierten en ofrendas y altares que esperan que vuelvan pronto a casa.
“Hay momentos muy potentes como un padre que dice: ‘Yo no puedo regresar a trabajar a mi milpa sin seguir alzando la voz, aunque esté cansado, porque qué pasa si en unos años regresa mi hijo y me cuestiona el porqué dejé de luchar, por qué dejé de alzar la voz por volver a trabajar en la milpa y rehacer mi vida’; es decir, ellos también tienen un compromiso”, menciona Alatorre.
Las familias de los desaparecidos en México tienen un compromiso de no derrotarse, de no rendirse, de no dormir y continuar en esta lucha, es un compromiso con sus propios desaparecidos.
“Creo que lo más poderoso del cine documental es conectar con la humanidad de los personajes. Más allá de las muchas marchas, vemos a esos familiares pedir justicia ante la posibilidad de empatar con esa humanidad y ese dolor que es absolutamente humano ante una crisis de desaparición forzada que llevamos viviendo en este país”, añade.
Durante el documental, es posible encontrarse con altares en las casas de los familiares, un símbolo importante que, de acuerdo con la productora Daniela Alatorre, son el resultado de materializar esas ausencias, tener las fotos, tener objetos y recuerdos, porque, al final, los objetos conectan con la memoria.
“Nosotros tenemos la esperanza, Ai Weiwei tiene la esperanza, de entender lo que significa vivir con un desaparecido. Existe la esperanza con todos los familiares de que sus desaparecidos vuelvan y que sepamos dónde están. Un desaparecido es una ausencia, es un vacío que nunca se va a llenar hasta que haya un esclarecimiento de los hechos”.
Vivos puede verse este 7 de mayo en este enlace. Estará disponible de las 00:00 a las 23:59 horas y tendrá dos conversatorios. El primero, al mediodía, será una charla con madres de personas desaparecidas para conversar sobre la crisis de personas desaparecidas, con la colaboración del Centro Prodh.
Y a las 21:00 horas será la segunda charla para hablar del documental Vivos con los productores, entre ellos, Daniela Alatorre.