Preparar alimentos es un ejemplo de cómo manejar situaciones de la vida cotidiana y de cómo entramos en estado de concentración.
Para reducir el estrés y la ansiedad, algunos psicólogos han recomendado cocinar; además de lograr una comida rica, el proceso puede ser realmente terapéutico.
Existe un motivo por el cual durante el confinamiento de la emergencia sanitaria que se vive actualmente la gente ha descubierto la magia de hornear un panqué de plátano, o bien, cultivar una masa madre que va más allá del aprovechamiento del tiempo.
No es fácil, se requiere paciencia, y aunque esta característica se relaciona un poco más con una cualidad nata, todos pueden desarrollarla.
¿CÓMO AYUDA A REDUCIR EL ESTRÉS?
El estrés y la ansiedad son alteraciones en la salud mental como respuesta a ciertas situaciones. Es común que se manifiesten físicamente, por ejemplo, las defensas en el sistema inmunológico se pueden ver afectadas o aparecen dolores de cabeza, estómago o garganta.
Por fortuna, los especialistas dan luz en el tema y ante momentos de incertidumbre sí se puede hacer algo realmente terapéutico para lograr la paz. En entrevista con CNN, Michael Kocet, jefe de departamento en la Escuela de Psicología Profesional de Chicago, asegura que hornear da una sensación de logro y satisfacción.
Pero ¿cómo funciona? El experto explica que cocinar da un pensamiento concreto sin divagar, es decir, una meta para crear, controlar y de paso disfrutar.
Además, cocinar puede ser un ejemplo acerca de cómo manejar situaciones de la vida cotidiana y llevarnos a un estado de concentración —uno de los pasos que se realizan cuando alguien presenta una crisis de ansiedad.
Si hablamos en específico de hornear, el proceso es, más o menos: reunir los ingredientes, comenzar a amasar, esperar a que la masa crezca, dar forma y volver a esperar mientras está en el horno sabiendo que al final de todo el proceso habrá una recompensa: comer.
Todo esto requiere de paciencia, precisión y concentración, es decir, enfocar los pensamientos en una sola cosa que es manejable y fácil de controlar.
Y aquí no terminan los beneficios. Donna Pincus, una profesora de psicología y ciencias del cerebro de la Universidad de Boston, asegura que “hornear tiene el beneficio de permitir a las personas su expresión creativa”. Sí, al cocinar, el cerebro todo el tiempo está trabajando.
Si estás en casa solo puedes cocinar para ti; si estás acompañado de alguien más, compartir es una gran idea. ¿Cuántas veces has escuchado que cocinar es un acto de amor? Pues lo es, así puedes demostrar cariño propio y a los seres queridos. Para comenzar con esta forma terapéutica de reducir el estrés y la ansiedad, date oportunidad de aprender recetas fáciles y ten mucha paciencia, no solo con lo que se está horneando, también contigo. Puede ser que las primeras veces no tengas un resultado perfecto, pero poco a poco los panes y platillos irán mejorando.
Hay algunas recetas muy fáciles para comenzar y, de paso, consentirte no sin antes atender algunos consejos:
—Mantén la cocina limpia y ordenada, así podrás agilizar todo el proceso y tener una visión amplia del entorno.
—Si tienes música favorita para tu tiempo en la cocina dale play. Si te apetece tener un espacio tranquilo también puedes buscar sonidos de la naturaleza y ponerlos a volumen medio.
—Acerca y deja listos los ingredientes que vas a utilizar, recuerda que el tiempo en la cocina es fundamental.
Sin duda, para comenzar con esta aventura relajante —y mucho más si es la primera vez que lo haces— hay algunas recetas que te facilitarán la tarea. Lo más recomendable es iniciar con preparaciones básicas y después meterse en proyectos más ambiciosos como las conservas, los fermentos e incluso el pan casero.