Didier Queloz, uno de los científicos que recibieron el Premio Nobel de Física en 2019, nos cuenta sobre el programa SAINT-EX que desde la Sierra de San Pedro Mártir contribuye al estudio de planetas extrasolares.
En 1995, el astrónomo suizo Didier Queloz y su colega Michel Mayor descubrieron el primer exoplaneta, aquellos que orbitan alrededor de estrellas que no son el sol.
Más de dos décadas después, en 2019, ambos fueron reconocidos con el máximo galardón en las ciencias, un Premio Nobel por su aportación al campo de la Física.
Su investigación sobre planetas extrasolares continúa, esta vez en tierra bajacaliforniana.
En la actualidad Didier forma parte de un proyecto con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que se llama SAINT-EX.
Este programa consiste en la observación de exoplanetas gracias a un telescopio que se ubica en el Observatorio Astronómico Nacional de México(OAN), en la Sierra de San Pedro Mártir, al sur de Ensenada en Baja California.
Esta entrevista fue editada por motivos de espacio.
—Hay varios lugares en el mundo que son conocidos por tener cielos ideales para la observación astronómica, Hawaii, Chile, Islas Canarias… ¿por qué elegiste Baja California?
—Escuché sobre la vista en Baja California cuando el Observatorio Europeo del Sur estaba buscando una locación para sus telescopios. Hicieron muchos estudios y yo era parte del grupo que revisaba los resultados. Es muy similar a La Silla [un observatorio ubicado en Chile] en términos de clima, pero se ubica en otro hemisferio. En La Silla ves el sur. En ese momento no podía entender por qué un lugar con tan buena vista como Baja California no tenía más telescopios. Quise discutirlo y fue fascinante. Escuché que el gobierno de México había sido estricto en no ofrecer su vista a ningún astrónomo que no fuera mexicano. La idea de abrir México a una colaboración con otra universidad es nueva.
—¿Cómo es colaborar con científicos mexicanos?
—Hay buenos científicos en todo el mundo. Encuentras personas muy ingeniosas y dispuestas a participar en proyectos. Entiendo que México es un país en desarrollo y tienen otros asuntos que resolver, pero algo que todos tienen que darse cuenta, es que la ciencia es una motivación para las generaciones más jóvenes, que es impositiva para el futuro y cuando un país se está desarrollando es esencial. La ciencia abre tu mente y el diálogo con gente de todo el mundo. Además no tiene fronteras, hablamos el mismo lenguaje. Cuando hablo con mis colegas en China, Sudamérica o Estados Unidos hablamos el lenguaje de la ciencia y las matemáticas. Ese es el futuro para cualquier país.
—SAINT-EX, en el Observatorio de San Pedro Mártir, fue hecho para la investigación de exoplanetas, ¿qué esperas obtener de él?
—Un telescopio de un metro debe de tener un proyecto específico. SAINT-EX es interesante porque puedes dirigirlo a programas muy específicos. Nosotros queremos ver el tránsito de los planetas, porque está optimizado para ello.
—¿Cuántos exoplanetas han encontrado o están siendo estudiados con él?
—Todavía necesitamos equipamiento. Estamos esperando una conexión de fibra óptica para descargar datos. SAINT-EX no ha detectado ningún planeta aún porque estamos empezando, pero hemos comenzado a observar un planeta desconocido, un candidato a planeta.
—¿Podríamos vivir en un exoplaneta algún día?
—No es algo realista, no hemos ido a marte porque es peligroso. No viajamos bien por el espacio porque hay mucha radiación. Podrías imaginar que se construye un humano con otros genes, o que enviamos robots totalmente automáticos, pero entonces tendríamos que resolver la distancia. Creo que ir a otras estrellas es un sueño a largo plazo.
—Una predicción tuya es que el hombre encontrará vida en otros planetas en los próximos 30 años ¿por qué lo crees?
—La vida es solo química y siempre es la misma en todos lados. La pregunta es si tienes los mismos ingredientes. Creo firmemente que, cuando tienes las condiciones correctas, la química inicia y no puedes detenerla de que inicie la vida. Si tienes muchos planetas parecidos a la tierra, entonces debes tener muchas formas de vida en todos lados.
—El año pasado recibiste el Premio Nobel por un descubrimiento que hiciste 25 años atrás. En estos años de investigación ¿cuál es la pregunta que aún buscas contestar?
—Tengo dos. Una creo que encontraré la respuesta y de la otra comenzaré el proceso pero es posible que no la responda. La primera es ¿tenemos otro planeta Tierra? Hasta ahora no hemos encontrado ninguna, pero estoy construyendo la siguiente generación de equipos que deberían poder hacerlo, espero cumplirlo en los próximos 20 años. La otra pregunta es el origen de la vida en la tierra y qué tanto podemos demostrar que hay vida en otro planeta. Es muy complicado de responder y requiere de un acercamiento multidisciplinario.
—¿Qué aconsejas para que los jóvenes que viven en países en desarrollo puedan convertirse en científicos?
—La esperanza para todos los países en desarrollo es la educación, invertir en educación es esencial. Destinar recursos y usar la ciencia como insignia para estimular a los mejores y que sigan desarrollándose.
—¿Tienes planes de escribir un libro?
—Empieza a darme vueltas en la cabeza pero todavía no. Sé que tengo que hacerlo, solo debo encontrar el tiempo para hacerlo.