Una prestigiosa escuela de moda de Nueva York, el Fashion Institute of Technology (FIT), pidió disculpas el miércoles tras un desfile en el cual las modelos llevaban prótesis de grandes labios rojos, orejas y cejas espesas, consideradas racistas.
La presidenta del FIT, Joyce Brown, dijo que investigaba el uso de los accesorios en el desfile del 7 de febrero, que fue parte de la Semana de la Moda de Nueva York.
Brown dijo que no fue intención del diseñador hacer comentarios sobre la raza, “pero es totalmente claro ahora que ése ha sido el resultado”.
“Por eso pedimos perdón. A aquellos que participaron en el show, a los estudiantes, y a cualquiera que hay sido ofendido por lo que vio”, dijo en un comunicado enviado a la AFP.
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El desfile alcanzó los titulares luego de que la modelo afroestadounidense Amy Lefevre, de 25 años, dijo al diario New York Post que se negó a usar las prótesis porque eran “claramente racistas”.
En un comunicado publicado en Instagram, Jonathan Kyle Farmer, director del programa de moda a cargo del desfile, pidió perdón directamente a Lefevre.
Racismo en la industria de la moda
A inicios de este mes, la casa italiana Prada se comprometió a adoptar medidas para luchar contra el racismo y promover la diversidad luego de la indignación causada por las estatuillas de mono que colocó en su vitrina de SoHo a fines de 2018.
Comercializados en la colección Pradamalia, una serie de objetos inspirados en el universo Prada, estas pequeñas estatuillas debían representar monos.
Pero muchos vieron en ellas inmediatamente un parecido con el personaje ficticio Sambo, un niño negro representado en Estados Unidos con trazos caricaturescos, sobre todo labios rojos exageradamente carnosos.
Frente a la polémica, Prada retiró los objetos de la venta y pidió disculpas. Aseguró que “nunca fue la intención lastimar a nadie”. “Nos horroriza toda forma de racismo y de imágenes racistas”, insistió en un tuit.
La problemática costumbre de ennegrecerse la cara se remonta a 1830, a los shows de trovadores, cuando actores blancos se pintaban el rostro con tinta para lustrar zapatos o maquillaje teatral, y se exageraban los labios.