Un instrumento a bordo de la misión Parker Solar Probe de la NASA es capaz de ‘escuchar’ la interacción de ondas y partículas que componen el viento que emana del sol, y traducirla a sonidos.
Hay un viento que emana del sol. No suena como un suave silbido, sino como el grito de un huracán. Hecho de electrones, protones e iones más pesados, el viento solar atraviesa el sistema solar a aproximadamente 1,6 millones de kilómetros por hora, golpeando todo a su paso.
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Sin embargo, a través del rugido del viento, la sonda Parker Solar Probe de la NASA escucha los pequeños chirridos y susurros que insinúan el origen de este viento misterioso y siempre presente.
El instrumento FIELDS de la nave espacial puede espiar las fluctuaciones eléctricas y magnéticas causadas por las ondas de plasma. Un vídeo del Aplied Physics Laboratory (APL) de la Universidad Johns Hopkins lo acredita.
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Esta misión de la NASA a las inmediaciones del Sol puede “escuchar” cuando las ondas y las partículas interactúan entre sí, registrando información de frecuencia y amplitud sobre estas ondas de plasma que los científicos podrían reproducir como ondas de sonido. Y resulta en algunos sonidos sorprendentes.