Autoridades de Bolivia volvieron a patrullar la Embajada de México en el país un día después de la queja del gobierno mexicano por “vigilancia excesiva”.
“El Gobierno de México denuncia el hostigamiento tanto a su Embajada como a su Residencia Oficial y agradece las muestras de solidaridad de distintos países y representantes de organismos internacionales ante esta preocupante situación”, dijo la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en un comunicado.
Según las autoridades mexicanas, cuerpos de seguridad e inteligencia bolivianos continúan rodeando ambos recintos de México en La Paz.
“Actualmente existe un cerco policial que registra el movimiento de las personas que entran y salen de los recintos diplomáticos mexicanos; agentes realizan grabaciones y han intentado detener el libre tránsito de la embajadora de México y del personal diplomático, mientras que oficiales motorizados siguen los desplazamientos de vehículos oficiales”, acusó la dependencia.
“En el transcurso de las últimas horas, se ha vuelto a incrementar el hostigamiento policial en nuestra embajada en La Paz. Seguiremos denunciando el acoso a nuestros recintos diplomáticos y exhibiendo las violaciones a derecho internacional en Bolivia”, señaló en Twitter Efraín Guadarrama, director general de Organismos y Mecanismos Regionales Americanos de la SRE.
En el transcurso de las últimas horas, se ha vuelto a incrementar el hostigamiento policial en nuestra embajada en La Paz. Seguiremos denunciando el acoso a nuestros recintos diplomáticos y exhibiendo las violaciones a derecho internacional en Bolivia. pic.twitter.com/4cE033PVDb
— Efraín Guadarrama (@efrain_gp) December 24, 2019
Horas antes, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador aseguró que la vigilancia en torno a la sede diplomática se ha relajado.
“Había demasiada seguridad (…). Tengo noticias de que aminoró considerablemente esta situación de vigilancia extrema en nuestra embajada en Bolivia”, dijo en su conferencia de prensa matutina López Obrador.
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Interrogado sobre si esta vigilancia podría ser interpretada como una forma de presión para que México reconozca al nuevo gobierno de Bolivia tras la renuncia de Evo Morales a la presidencia, López Obrador se limitó a señalar que su gobierno está pendiente de la situación en Bolivia.
“Estamos en espera de que se aclaren estas cosas. Queremos ver si se va a convocar a elecciones, quién va a participar en las elecciones, en la organización, si van a poder participar todas las fuerzas políticas, si se va a restablecer el orden legal en Bolivia, todo esto en el marco de nuestra política de no intervención”, añadió.
El lunes, la cancillería mexicana emitió un comunicado en el que manifestaba su “profunda preocupación por la presencia excesiva de personal de servicios de inteligencia y de seguridad bolivianos” en torno a la embajada y de la residencia del embajador y recordó que según la convención de Ginebra las instalaciones diplomáticas “son inviolables”.
México también envió un documento a la Organización de Estados Americanos en el que afirmó que había 150 agentes bolivianos rodeando la sede y que la embajadora en el país, María Teresa Mercado Pérez.
Tras el comunicado del gobierno mexicano, la canciller boliviana Karen Longaric aseguró que Bolivia es respetuoso “de las inmunidades diplomáticas” y que es “imposible” que la fuerza pública boliviana ingrese a instalaciones diplomáticas mexicanas.
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En su denuncia, la cancillería mexicana señaló que la vigilancia se estrechó luego de que el 11 de noviembre Morales aceptó el asilo político que le ofreció México tras renunciar a la presidencia de Bolivia en medio de una crisis postelectoral.
Morales llegó a México el 12 de noviembre, luego de que este gobierno le proporcionó asilo político, pero el 6 de diciembre dejó el país para una breve estancia en Cuba antes de asilarse en Argentina.
Una veintena de bolivianos cercanos a Morales, entre ellos dos exministros, se asilaron en la embajada mexicana. Algunos enfrentan órdenes de captura, pero la sede diplomática se niega a entregarlos mientras que autoridades bolivianas rechazan darles salvoconducto para salir del país.
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Con información de AFP