Nada hay mas terrible que una ignorancia activa: Goethe
Es curioso, pero muchos desean el fracaso de AMLO suponiendo que, con ello, desaparecerá la amenaza del Estado fallido, sin percatarse de que si Andrés Manuel López Obrador se despeña será muy difícil recomponer los fragmentos del país que resulten del quebradero económico y político que habrá de desatarse.
El gobierno actual enfrenta una serie de retos. Hay una andanada de amenazas en la situación internacional y, además de estas, hay fuego amigo dentro de los cuadros que tanto Morena como el presidente han puesto al mando.
Entre los retos a los que se enfrenta el país y que habrá de capotear el gobierno están: la desaceleración mundial, particularmente la de Estados Unidos, que amenaza con convertirse en recesión; la tormenta por el proceso político impeachment del presidente Trump, que ha llevado a un tercer plano la aprobación del T-MEC; y la amenaza de las principales calificadoras de riesgo mundiales de reducir el grado de inversión del país y de su principal industria, Pemex.
Pero el actual gobierno debe lidiar también con otro problema: el fuego amigo. Tanto los elementos legislativos como los funcionarios colocados en el poder disparan iniciativas y declaraciones que parecen dirigidas a contrarrestar los esfuerzos de los niveles superiores de gobierno.
La situación del país es delicada. El crecimiento económico para 2019 se espera entre el 0.5 y el 0.7 por ciento, un crecimiento económico débil hasta para un primer año de gobierno. El crecimiento que la Secretaría de Hacienda previó para este año fue de 2 por ciento.
Nuestro país presenta recurrentemente una contracción en la economía en el primer año de gobierno. Esto se debe a que el principal motor económico en México es el gobierno. Una dependencia así no es sana para ningún país, pero no hay hasta el momento nada que anticipe un cambio de tendencia.
Por otro lado, el gobierno de AMLO se ha comprometido con una disciplina fiscal férrea y esta, hasta el momento, ha mantenido dos variables económicas estables. El peso no ha sufrido cambios graves y la inflación está controlada.
Así las cosas, el recurso del que puede echar mano AMLO para reactivar la economía es la inversión privada y aquí esta uno de los puntos álgidos de la ecuación.
Uno de los enemigos que el presidente identificó en sus tres campañas a la presidencia fue el capital privado que financió campañas agresivas en su contra.
Cuando la elección le favoreció, el cobro de esa cuenta pendiente se materializó en la cancelación del aeropuerto de Texcoco. Obra insignia del sexenio anterior y del capital privado.
La telenovela de la desconfianza
El golpe, si bien fue brutal, terminó absorbiéndolo la economía; sin embargo, la desconfianza que se sembró en los inversionistas fue enorme, porque evidenció una falta de visión económica.
En aquel momento resultaba imperioso crear confianza y la señal que se dio con la disciplina fiscal permitió recuperar algo; sin embargo, los sacrificios económicos fueron desgastados por una serie de acciones del equipo del presidente que evidenciaron un absoluto desconocimiento de las fuerzas del mercado y esto impidió que la IP recuperara la confianza.
Hagamos un recuento de algunos de los episodios más importantes de la telenovela de la desconfianza.
En noviembre de 2018, el presidente del Senado, Ricardo Monreal Ávila, intempestivamente planteó una iniciativa para reducir 15 comisiones que cobra la banca. La noticia tomó de sorpresa a los mercados y el resultado fue una importante caída de la Bolsa. El secretario de Economía protestó airadamente y el presidente salió a dar la cara diciendo que no se tocarían las comisiones. Con esto Monreal le dio cuerda al grupo legislativo y las declaraciones estridentes siguieron. Hubo quien mencionó que se podía utilizar el dinero de las afores para los proyectos gubernamentales y hubo hasta quién mencionó echar mano de las reservas internacionales. La tranquilidad hizo mutis.

Tres cosas fueron evidentes en ese momento. La primera, que el presidente del Senado se sentía por encima del secretario de Hacienda. La segunda, que en los más altos niveles del equipo lopezobradorista no había coordinación y, la tercera, que en los niveles inferiores la chiquillada legislativa sufría alucinaciones de poder.
Con el caldero de la desconfianza alborotado, en diciembre se cancelaron las rondas petroleras dando otra bofetada a los inversionistas nacionales y extranjeros. La secretaria de Energía, Rocío Nahle, se encargó de las declaraciones.
En febrero la desconfianza empresarial era el común denominador; una encuesta de Price Waterhouse Coopers así lo reveló; y para mantener el tenor de la desconfianza, Manuel Bartlett declaró que habrían de revisarse los contratos establecidos para la fabricación y explotación de gasoductos recién construidos para traer el energético de Estados Unidos a México y, con ello, abastecer las regiones norte y sur del país. Ienova y TransCanada, compañías de capital norteamericano, solicitaron un arbitraje internacional exigiendo el respeto de lo contratado.
Por ahí de mayo se auguraba un primer semestre de contracción económica y se hizo evidente que el rumbo establecido llevaba al desastre. El discurso agresivo comenzó a ajustarse, sin embargo, los niveles legislativos no captaron el cambio. El protagonismo a través de la estridencia entró en la cotidianeidad.
Entre dos fuegos
Mientras tanto, Alfonso Romo, en julio, invitó a 40 empresarios neoloneses a platicar con AMLO con la intención de comprometer inversiones. El presidente exhibió disposición al diálogo y al entendimiento. Los inversionistas regresaron a Monterrey con una buena impresión, pero a los dos días la renuncia del secretario de Hacienda y las razones que esgrimió, entre las cuales estaba que a él tampoco le gustaba ser florero y que no estuvo de acuerdo con la cancelación del aeropuerto, reactivaron la controversia sobre la falta de juicio económico del gobierno.
En septiembre el asunto de los ductos se renegoció. Carlos Slim tuvo una presencia preponderante en la negociación. Gobierno y empresarios llegaron a un acuerdo. La renegociación de ninguna manera fue en las condiciones previstas por Bartlett. Se difirieron algunos costos y las diferencias se pasaron del corto al largo plazo, pero nada más. Simplemente lo que dejó de pagarse hoy se trasladó a mañana.
Se redujo la presión en el caldero de la desconfianza. Ahí el director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, Pedro Salmerón, se encargó de dar la nota calificando de jóvenes valientes a los asesinos de Eugenio Garza Sada. El icono empresarial neoleonés por excelencia. El político por estridencia, Gerardo Fernández Noroña, se suma al escándalo. Los empresarios neoloneses exigen una disculpa. Salmerón renuncia, pero no se disculpa. El presidente, atrapado innecesariamente entre dos fuegos, elogia a Salmerón, pero le acepta la renuncia.
A principios de octubre se corre el rumor de que Pemex busca controlar el campo Zama, un yacimiento petrolero de grandes dimensiones descubierto por una empresa norteamericana, Talos Energy. Esta vez el departamento de Estado estadounidense, ni corto ni perezoso, manda una advertencia y el presidente de inmediato reclama respeto a nuestra soberanía. Cuando se presentó el antecedente de los ductos de gas, el departamento de Estado no dijo esta boca es mía. Ahora manda una advertencia. Estará pendiente y si se afectan los intereses estadounidenses habrá consecuencias.
El año 2019 está terminando; cuando comenzó se preveía un crecimiento de 2 por ciento del PIB. La realidad es que va a estar cerca del 0.6 por ciento, es decir, casi una cuarta parte de lo previsto. Esta contracción es mayor que la del sexenio pasado, pero se puede entender como parte de una curva de aprendizaje gubernamental.
Para 2020 el gobierno ha entregado ya sus previsiones económicas al Congreso de la Unión. Estas, en lugar de certidumbre, generan dudas, pues si bien se mantiene la disciplina fiscal, gran parte de la previsión de crecimiento descansa en el comercio con el vecino del norte y el aumento de la producción petrolera. Estados Unidos se encuentra en una guerra comercial que ha precipitado una etapa de desaceleración económica y Pemex aún está lejos de aumentar su producción. Esto puede cambiar el panorama optimista y anuncia complicaciones.
El éxito de AMLO es vital para todos. Hoy requiere, como nunca, del mercado interno. Para impulsarlo es indispensable el capital privado. Nadie deposita su dinero donde cree que puede perderlo, mucho menos donde le agravian. La 4T debe poner orden en sus filas, moderar la estridencia y reparar la confianza. Si lo hace podremos capotear unidos el temporal de la economía externa. El tiempo se acaba. El fracaso está a la vuelta de la esquina.
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El autor es ingeniero, físico e historiador. Su vida profesional abarca la industria, la docencia y los medios de comunicación. Ha sido guionista, conductor y productor de programas educativos de la televisión cultural.