* Maestra de escuela de Aguascalientes rechaza a pequeña con problema neuronal.
A sus siete años lucha día con día no sólo para aprender sino para sobrevivir en un ambiente en el que respira discriminación, incluso en sus círculos más cercanos y en los que se supone, debería de ser protegida.
Con un problema neuronal en tratamiento que por el momento no le permite leer ni escribir, la pequeña en este ciclo escolar conoció a la maestra Liz, de ella aprendió lo que es sentirse importante, valorada, respetada y digna de un trato igual frente a sus compañeritos de clase.
En su tercer año de primaria y gracias a la paciencia, inclusión, vocación y dedicación de Liz -su maestra asignada desde el primer día de clases- comenzó a intentar copiar lo que ella escribía en el pizarrón, le fue adaptado un examen especial para que por primera vez intentara de acuerdo a sus posibilidades resolverlo y avanzó a tal grado que “ya puede hacer una que otra letra sin que aquello parezca un garabato”, nos cuenta Azucena, su mamá.
Lo más importante: “Liz” le enseño a la pequeña lo grande que es y que la diferencia entre ella y sus compañeros simplemente no existe, le enseñó también que es única, irrepetible y que con trabajo, todo se logra.
Sin embargo, el ambiente de progreso en su educación cambió drásticamente para ella aquel lunes 3 de septiembre pues en la escuela de Aguascalientes en la que fue inscrita se le avisó que la cambiarían de salón.
Por disposición oficial tendría que ser removida del grupo de la maestra Liz y su nueva docente sería Consuelo “la maestra Chelito”, bajo el argumento de que dos hermanas gemelas no podían seguir cursando su tercer año juntas (ella es gemelar).
Ese mismo día, con profunda tristeza le dijo a su mamá: “Mi maestra Chelito no me quiere” y esta aseveración no fue producto de su imaginación, sino de la falta de oficio, ética y vocación de Consuelo (maestra Chelito, como le llama) quien espetó frente a la mamá de la pequeña aquella frase: “no es justo que me la echen a mi, no es personal pero ya tengo un grupo muy difícil”, “No se deje, no es porque yo no quiera a la niña pero ya tengo un grupo muy complicado y no es justo que la maestra Liz no quiera batallar con alguien como su hija”. La niña escuchó todo.
El documentado caso de discriminación en Aguascalientes, llegará hasta la Comisión Estatal de Derechos Humanos y a las instancias legales que sean necesarias después del rechazo público que para la niña, más allá de un hecho entre adultos fue un golpe certero a su integridad, autoestima y desarrollo.
No se dejaron esperar las llamadas a la familia de la niña por parte de la docente implicada cuando se decidió actuar y denunciar el caso ante la directiva del plantel, la solicitud es que se retire la queja, a lo cual, no se accederá. No se descarta que se busque la protección del Sindicato de Maestros (Sección 1 del SNTE) en un asunto en el que, asegura la mamá de la niña afectada: “se trató a mi hija como una basura o un estorbo, cuando lo único que ella quiere es aprender”.