El acuerdo entre México y Estados Unidos para evitar aranceles significa el retorno de 8 mil personas que esperan audiencia para asilo en el país del norte.
Ese fue parte del anuncio que hizo el gobierno mexicano desde Tijuana, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador reunió a gobernadores, legisladores, iniciativa privada, representantes religiosos y ciudadanía en general.
“Reafirmamos nuestro compromiso de contribuir a evitar que los migrantes atraviesen el territorio nacional para alcanzar el de Estados Unidos, pero jamás lo haremos violando los derechos humanos de los viajeros”, dijo López Obrador.
Antes de este mensaje, diputados federales de la franja norte del país ofrecieron una conferencia de prensa para apoyar la negociación binacional, y también confirmaron que no hay presupuesto asignado para recibir a los migrantes que sean retornados a México.
“Nadie en una negociación gana todo o pierde todo”, dijo Francisco Domínguez Servién, gobernador de Querétaro y presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
Y es que de acuerdo con Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores que encabezó el equipo mexicano de negociación, los aranceles además de ocasionar un aumento de precios habrían puesto en riesgo 900 mil empleos
“No podemos decir que ganamos todos los puntos que México planteó, porque eso no sería honesto decirlo, pero sí logramos lo más importante: que el lunes no va a haber tarifas”, dijo Ebrard Casaubón.
Según lo anunciado, México registrará a todas las personas que ingresen por la frontera sur y allí mismo desplegará a la Guardia Nacional, sin descuidar con la misma corporación al resto del país y los problemas de violencia en esta frontera norte.
“Lo que es en mi criterio inmoral e inaceptable, es el doble racero entre la frontera norte y la del sur. Por una parte exigimos que nos abran las puertas, y por el otro lado sellamos el paso de los centroamericanos, para hacerle un oscuro favor a los Estados Unidos”, dijo Porfirio Muñoz Ledo, presidente del Congreso.
Andrés Manuel López Obrador destacó que de 521 mil personas que entraron en este año por el sur para llegar a EUA, 159 mil 395 fueron menores de edad y 43 mil 875 niños y niñas sin acompañantes.
La modificación a las políticas migratorias mexicanas provocó además molestias con la activistas y migrantes, que fueron agredidos por simpatizantes del presidente de México.
Miembros de la asociación pro migrante Ángeles Sin Fronteras, se manifiestan cerca del acto que presidió López Obrador como rechazo a las modificaciones de las políticas migratorias de México que frenarán el paso de centroamericanos por su frontera sur.
“En el norte no quieren a nuestros hermanos centroamericanos. Pero no podemos caer en dividirnos”, dijo Sergio Tamai, fundador de la asociación. Dijo que está en contra de la militarización de la frontera sur.
Además, simpatizantes del presidente López Obrador rompieron la cartulina de un migrante de origen gallego, Pablo Maañon, que decía “AMLO pelele de Trump”.
Por otro lado, Paloma Zúñiga, una mexicoamericana y simpatizante del presidente de Estados Unidos Donald Trump, fue agredida junto a su acompañante, por personas que asistían al mitin.
Además de pleitos verbales, fueron atacaron lanzándoles comida chatarra y líquidos. La policía antimotines de Tijuana intervino, pero se retiró y el pleito continúa.
En noviembre del año pasado, Paloma protagonizó una discusión con migrantes centroamericanos a quienes les exigía que se fueran de la colonia Playas de Tijuana.
Aquel pleito terminó con empujones, pero la policía local y federal evitó que los residentes y migrantes llegaran a los golpes.