En 2010, los científicos descubrieron que nuestra luna se había contraído conforme su interior se enfrió, y todavía podría estar empequeñeciéndose. Mediante usar imágenes del Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la NASA, los investigadores descubrieron riscos en la corteza lunar que se formaron relativamente hace poco, hablando geológicamente: podrían tener solo 100 millones de años de antigüedad.
Los hallazgos sugirieron que estos “riscos”, o fallas de cabalgamiento, se formaron como resultado de actividad tectónica relacionada con la Luna contrayendo su tamaño conforme se enfrió.
Conforme la Luna se enfría y empequeñece, su corteza se hace quebradiza y se rompe, un poco como lo que le sucede a una uva cuando se seca para convertirse en una pasa. Estas rupturas en la superficie producen fallas de cabalgamiento. Desde que empezó a operar hace una década, el LRO ha identificado más de 3,500 de estas fallas. Las que parecen más brillantes indican roca lunar recientemente expuesta, sugiriendo un evento como un “lunamoto”, el cual es un terremoto que acontece en la Luna.
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En un estudio publicado en Nature Geoscience el lunes, un equipo de científicos examinó información del LRO y la comparó con la ubicación de lunamotos registrados durante el programa Apollo en las décadas de 1960 y 1970.
Sus hallazgos indican que estos terremotos lunares se ubican muy cerca de las fallas de cabalgamiento identificadas con anterioridad, sugiriendo que los lunamotos son el resultado de actividad tectónica.
Un equipo, encabezado por Thomas Watters del Centro de Estudios de la Tierra y Planetarios en la Institución Smithsonian, analizó 28 lunamotos que fueron registrados por los sismómetros del Apollo. Ellos desarrollaron un algoritmo que les permitió obtener una ubicación más precisa de los epicentros de cada sismo. Al superponer estas ubicaciones nuevas con información del LRO, fueron capaces de mostrar que por lo menos ocho de los lunamotos acontecieron cerca de fallas de cabalgamiento, indicando que fueron provocados por actividad tectónica en vez de impactos de meteoritos, otra fuente de lunamotos.
El equipo también halló que seis de estos lunamotos acontecieron cuando la Luna estaba en su punto más alejado de la Tierra. En este momento, una tensión de atracción adicional por parte de la gravedad de la Tierra significa que los deslizamientos a lo largo de las fallas de cabalgamiento se hacen más probables.
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“Pensamos que es muy probable que estos ocho sismos fueron producidos por deslizamiento de las fallas conforme se acumuló la tensión cuando la corteza lunar fue comprimida por la contracción global y las fuerzas de atracción, indicando que los sismómetros del Apollo registraron la contracción de la Luna y la Luna todavía es tectónicamente activa”, dijo Watters en una declaración.
Nicholas Schmerr, de la Universidad de Maryland y uno de los autores del estudio, añadió: “No puedes ver a menudo una tectónica activa en otra parte que no sea la Tierra, por lo que es muy emocionante pensar que estas fallas todavía podrían producir lunamotos.
“Para mí, estos hallazgos enfatizan que necesitamos regresar a la Luna. Aprendimos mucho de las misiones Apollo, pero estas en realidad solo rasguñaron la superficie. Con una red más grande de sismómetros modernos, podríamos avanzar muchísimo en nuestro entendimiento de la geología de la Luna”.