La contaminación del aire podría estar matando a 8.8 millones de personas en todo el mundo cada año, casi el doble de la cifra que pensaba anteriormente, según los autores de un estudio, quienes dijeron que sus hallazgos subrayaban la necesidad “urgente e importante” de encarar este problema.
Las muertes provocadas por la contaminación del aire parecen haber rebasado a aquellas provocadas por el tabaquismo, según un estudio publicado en la European Heart Journal. En 2015, se pensaba que la contaminación del aire era la responsable de 8.79 millones de muertes, en comparación con las 7.2 millones provocadas por fumar tabaco, según halló el estudio, el cual se enfocó en Europa.
790,000 muertes adicionales en Europa posiblemente fueron provocadas por la contaminación del aire, de las cuales entre 40 a 80 por ciento se asociaron con enfermedades cardiovasculares, según el estudio. Las partículas finas de materia podrían estar reduciendo 2.2 años de vida al europeo promedio, posiblemente a causa de una combinación de áreas pobladas densamente y mala calidad del aire, advirtieron los autores del estudio.
Las partículas finas de materia, conocidas como PM2.5, es el término usado para describir las motas diminutas que miden 2.5 micrómetros o menos que pueden ser inhaladas por el cuerpo. Pueden provenir de fuentes como combustibles fósiles o biomasa quemados, así como polvo. Un cabello humano es aproximadamente 30 veces mayor que el trozo más grande de PM2.5.
Se piensa que exponerse a niveles excesivos de partículas finas de materia impacta en los vasos sanguíneos, y a su vez aumenta el riesgo de afecciones como infartos de miocardio e insuficiencia cardíaca, así como de apoplejía, dijeron los autores. Por lo tanto, la contaminación del aire es una amenaza minusvalorada a la salud, eclipsada en el imaginario público por factores mejor conocidos como el tabaquismo y una dieta mala, argumentaron los autores.
Los políticos y legisladores deberían actuar para remplazar los combustibles fósiles con energía limpia y renovable, la cual “podría reducir sustancialmente la pérdida en expectativa de vida por la contaminación del aire”, escribieron los autores. Ello incluye un compromiso con las promesas planteadas en el Acuerdo Climático de París, del cual Donald Trump retiró a Estados Unidos controvertidamente en 2017.
La investigación anterior indicaba que la contaminación del aire provocaba 4.5 millones de muertes al año en todo el mundo. Para hacer el nuevo cálculo, los investigadores usaron una técnica actualizada para exponer datos e investigar cómo las fuentes al aire libre de la contaminación del aire afectan los índices de mortandad en Europa.
El profesor Jos Lelieveld, del Instituto Max Planck de Química en Maguncia y del Instituto Nicosia en Chipre y coautor del estudio, dijo a Newsweek: “Tenemos a disposición nuevos datos sobre concentraciones bajas y altas de partículas finas de materia (PM2.5), indicando que los impactos dañinos a la salud de las PM2.5 son mucho mayores de lo que se asumía con anterioridad”.
“No habíamos anticipado un incremento tan grande”, dijo Lelieveld.
Sin embargo, reconoció que el estudio era limitado porque fue difícil vincular las partículas en el aire con fuentes específicas, lo cual es necesario para entender cómo reducir la contaminación.
Al comentar sobre la contaminación del aire de forma más general, Lelieveld dijo: “Aun cuando los límites del aire contaminado en Estados Unidos son más estrictos que en Europa, los impactos en la salud todavía son considerables, también en concentraciones más bajas.
“Esperamos mostrar que es urgente e importante reducir todavía más las partículas finas de materia en el aire ambiental. El mensaje principal es que la contaminación del aire con PM2.5 es un factor de riesgo para la salud que es comparable con otros riesgos principales como hipertensión, diabetes y tabaquismo”, dijo él.
Francis Pope, un profesor de ciencias atmosféricas en la Universidad de Birmingham, Reino Unido, quien no estuvo involucrado en el estudio, también dijo a Newsweek que los hallazgos tenían algunas limitaciones. “El estudio analiza un modelo de la contaminación al aire libre, pero la mayoría de nosotros vive bajo techo gran parte del día”, comentó él.
“Algunos cálculos sugieren que pasamos menos de 10 por ciento de nuestro tiempo al aire libre. Por lo tanto, necesitamos saber mucho más sobre la exposición bajo techo al aire contaminado para ser capaces de completar el modelo sobre el peso de la calidad del aire en la salud humana”.
Audrey de Nazelle, del Centro de Política Medioambiental en el Colegio Imperial de Londres y quien no trabajó en el investigación, dijo a Newsweek: “Sabemos que este es innegablemente un problema grave que necesita ser encarado con urgencia, y este artículo solo es una prueba más de ello.
“Con surte, el mensaje claro del aire contaminado superando al tabaquismo como un asesino ayudará a movilizar a los ciudadanos y políticos para que cambien la visión de las ciudades, de manera que las calles se conviertan en lugares donde la gente pueda fácil, segura y cómodamente caminar, andar en bicicleta, tomar el transporte público e interactuar unos con otros, y donde los niños puedan jugar”.
Pope dijo que quienes están preocupados por su exposición a la contaminación del aire pueden cambiar su densidad.
“En las áreas urbanas, la contaminación del aire varía tanto en tiempo como en espacio. Por ejemplo, las horas de tránsito pesado, con su contaminación asociada, son momentos bien definidos en la mayoría de las ciudades. Al cambiar nuestro comportamiento, podemos tratar de minimizar nuestra exposición al aire contaminado mediante evitar áreas y horas con concentraciones altas de contaminantes del aire”, dijo él.
“Sería aún mejor que los legisladores avancen hacia una fuente menor de contaminación en primer lugar, mediante promover formas de transporte de baja o nula contaminación”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek