*Cancerología y Especialidades forman parte de los 57 edificios inconclusos en diferentes partes del país, que se supone rescatará el Gobierno Federal
Cd. Juárez.- Desde hace poco más de cuatro años, los edificios de un Hospital de Cancerología y otro de Especialidades permanecen abandonados en esta frontera.
La promesa presidencial de rescatar proyectos de esta índole y activar su funcionamiento todavía está en el aire y los inmuebles, en obra negra, se erigen como estructuras urbanas que no acaban de nacer.
No era casual, la creación de un área hospitalaria con esas características, en una comunidad que enfrenta un crecimiento sostenido en la mortandad por cáncer en los útlimos seis años.
Tan sólo en 2018, los diferentes tipos de cáncer produjeron casi un millar de defunciones aquí, según establece información de la Secretaría de Salud.
El cascajo de las dos instituciones de salud, se ubica en lo que fue el Hipódromo y Galgódromo, sobre la prolongación de la avenida Vicente Guerrero, al oriente de la ciudad.
Ambos hospitales forman parte de 57 edificios que se encuentran en condiciones similares en diferentes partes de México, según informó desde el año pasado el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Ya como presidente electo, en julio y agosto anunció una inversión de 10 mil millones de pesos para terminar todas esas instalaciones médicas inconclusas.
En la visita que realizó a la ciudad de Chihuahua el pasado 2 de marzo, el mandatario de la Nación reiteró que los dos hospitales serán terminados ante la necesidad que enfrenta la población fronteriza en el rubro de salud, por lo que buscará los recursos necesarios para destinarlos a su terminación.
En tanto, las familias juarenses solventan la problemática con diferentes opciones de seguridad social, con la ayuda de organizaciones civiles o de forma particular, cuando así pueden sustentarlo.
“Es una enfermedad muy fea, horrible, dejó miedo entre toda la familia”, cuenta Adrián, de 45 años y quien desde hace cinco años, se realiza un examen anual para descartar cáncer de próstata, enfermedad que mató a su padre en 2014.
Aunque el hombre fue atendido en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), su familia exploró otras alternativas para darle tratamiento y salvar su vida que, por desgracia para sus seres queridos, resultó demasiado costosa si bien no compite con el hecho de privilegiar su salud, sino que refleja la problemática de dejar en la quiebra a los parientes de los enfermos.
“Creo que el gobierno sí debe tener más atención para estos casos, pero ya ve, los dejan (los hospitales) incompletos”, menciona Adrián en referencia a la institución médica local que permanece en condición de abandono.
Integrantes de la Asociación Protectora de Niños con Cáncer (Aprocáncer), perciben también esa necesidad, sobre todo para aquellos pacientes y sus familias que no cuentan con seguridad social.
“Las personas que terminan su tratamiento de quimioterapia, siendo de bajos recursos y que no cuentan con servicio contractual, se tienen que canalizar a la ciudad de Chihuahua, ocasionando desintegración familiar y un alto índice de muerte, ya que no continúan el seguimiento correspondiente y lo interrumpen por la distancia o la oportunidad de volver a trasladarse”, comenta Julia Torres Nevárez, presidente del organismo.
Aprocáncer no sólo atiende a menores de edad, también a adultos, a través de actividades gratuitas como detección, tratamiento y acompañamiento, la mayoría realizadas de forma gratuita.
Un ejemplo del trabajo que se lleva a cabo, se muestra en las jornadas de 2017, cuando a través de los distintos programas de gestión de recursos fueron recaudados 4 millones 904 mil 364 pesos, con lo que se solventaron los gastos de sus programas sociales de atención.
Ese año, fueron beneficiadas 198 personas dentro del programa de atención médica, se administraron 297 quimioterapias y se otorgaron 338 consultas médicas.
Además, se favoreció a 8 mil 350 personas, a través de actividades de prevención y detección temprana del cáncer; 7 mil 189 personas recibieron pláticas preventivas y fueron realizadas mil 161 pruebas de detección temprana como mastografías, papanicolau y tacto rectal.
Con el programa de acompañamiento, se benefició a 590 personas, en quienes se invirtió mil 790 horas de atención psicológica y/o tanatológica.
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