El gobierno malasio anunció este miércoles que pretende abolir la pena de muerte. El gabinete de ese país aprobó un proyecto de ley que será presentado ante el Parlamento durante su próxima sesión el 15 de octubre.
“La pena de muerte será abolida. Punto. Todos los documentos están ya en su etapa final. El Procurador General también nos ha indicado que el proyecto de ley está listo para ser presentado, probablemente, en esta sesión (parlamentaria)”, declaró el Ministro de Justicia Liew Vui Keong, de acuerdo con Channel NewsAsia.
“Dado que estamos aboliendo la sentencia, ninguna ejecución se llevará a cabo”, añadió Liew.
El Ministro de Justicia mencionó que las personas que se encuentran condenadas a muerte serán enviadas a la Junta de Indultos, que decidirá si dejará en libertad a los presos o conmutará sus sentencias.
“En los casos en que las sentencias sean conmutadas, los sentenciados deberán enfrentar cadena perpetua, debido a que han provocado varias muertes, y por ello fueron sentenciados a muerte por el tribunal”, dijo Liew, según el diario Malay Mail.
La decisión, que fue bien recibida por grupos de derechos humanos, según informes de Al Jazeera, afectará a más de 1,200 personas condenadas a muerte por crímenes que incluyen el asesinato, el secuestro y el tráfico de drogas. El país del sureste asiático realiza las ejecuciones por ahorcamiento.
“Ahora, Malasia deberá unirse a los 106 países que le han dado la espalda para siempre a este castigo final, cruel, inhumano y degradante; el mundo observa”, dijo en una declaración Kumi Naidoo, Secretario General de Amnistía Internacional, calificando al uso de la pena de muerte en Malasia como “algo que ha manchado durante muchos años su registro de derechos humanos”.
“No hay tiempo que perder; la pena de muerte debió haber sido confinada a los libros de historia desde hace mucho tiempo. El nuevo gobierno de Malasia ha prometido cumplir sus promesas de derechos humanos, y el anuncio de hoy es un signo alentador, pero aún falta mucho por hacer”, añadió Naidoo.
Aunque varios países siguen empleando la pena de muerte, un informe de la organización no gubernamental de derechos humanos mostró un descenso de 4 por ciento en el número de condenas a muerte entre 2016 y 2017. Según informes, el año pasado se realizaron 993 ejecuciones en 23 países. Más de la mitad de esas ejecuciones ocurrieron en Irán, que ejecutó a más de 500 personas.
Mientras tanto, en 2017, Malasia impuso 38 condenas a muerte, 21 de ellas por tráfico de drogas, 16 por asesinato y una por disparar un arma de fuego.
El anuncio del gobierno se produce cerca de un mes después de que el Primer Ministro Mahathir Mohamad presionó a los funcionarios para revisar el caso de un hombre sentenciado a muerte por vender aceite de cannabis a pacientes enfermos, informó Reuters.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek