El éxodo masivo de hondureños que atraviesa México es una estrategia de carácter preelectoral, financiada, promovida y provocada por el gobierno de Estados Unidos, advierte el cura y defensor de los migrantes, Alejandro Solalinde Guerra.
En entrevista, el párroco fundador del albergue “Hermanos en el Camino”, ofrece una lectura de este acontecimiento, a partir del uso de la “tecnología del rumor”, exitosa en 2014 con la crisis humanitaria de los niños y niñas.
“Donald Trump hizo una carambola hacia muchos lados. Por una parte está diciendo visualmente al sector antiinmigrante de sus compatriotas que se acerca una invasión, lo que claramente es un recurso electoral. Por otro lado culpa al gobierno de México, de no poder contener a los migrantes, lo que se traduce como: tu plan no funciona, solo mi muro”, señala.
Y agrega que otro de los sectores que golpea con esta medida, son los gobiernos de origen, que tampoco hicieron nada y a los cuales les suspenderá el financiamiento. “Gana por todos lados y culpa a los demócratas indirectamente de ocasionar todo esto”, indica.
En este entramado, cuestiona la inacción del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien estuvo al tanto de lo que ocurría en San Pedro Sula y Tegucigalpa y que pese a los acuerdos establecidos con Donald Trump sobre salidas masivas, no hizo nada.
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Más allá de las causas profundas del éxodo hondureño, afirma, la situación de las personas que están en tránsito es preocupante, por lo que se mantiene un acompañamiento de la marcha que transita por el sur del país, al que se sumará en los próximos días.
Reitera a diferencia de una caravana, esta movilización migratoria carece de guías y líderes visibles, además que se desconoce el destino que seguirán.
Añade que para atender de manera integral a los migrantes en tránsito, se han establecido encuentros con secretarios del gobierno electo de Andrés Manuel López Obrador y que dieron como resultado, un plan que tendrá el mayor impacto en la ciudad de México.
Apunta que aunque los migrantes son impredecibles, las autoridades, organizaciones clericales y defensores de derechos humanos confían en que una vez que se les brinden opciones, se quedarán en México.
El gobierno de López Obrador, afirma, tiene una política de respeto a los derechos humanos, por lo que existe ya una estrategia integral de atención que incluye fuentes de empleo y ubicación no solo en la ciudad de México, sino en diversos estados del país.
“Si las personas quieren ir al norte y se encuentran con los guardias fronterizos, los encarcelamientos, es decisión de ellos. Lo que queremos es darles otra opción”, concluye Solalinde Guerra, quien se mantiene en reuniones con la iglesia católica para incluirla en la estrategia de atención de este éxodo.