Hace 14 años Quiero Club irrumpió en la escena indie-rock mexicana y llegó para clavarse en el imaginario de distintas generaciones. Hoy, Marcela Viejo, una de sus voces y rostros, da un paso más como solista.
Marcela es oscuridad, feminismo, belleza, terciopelo y sensualidad. Es una regiomontana que surca las noches también como DJ, como observadora e intérprete de la realidad. A 14 años de trayectoria con Quiero Club, presenta Pequeñas profecías, un disco lleno de trip-hop, marchas, guitarras hipnóticas, sintetizadores y surrealismo.
“Después de Quiero Club, quise cambiar de género y explorar en mi composición, hacerlo más mío”, dice Marcela a propósito de su nuevo material. “Por eso dejé la banda, siento que no me puedo partir en dos, el rumbo que tomé con mi proyecto es muy diferente, por lo que era imposible estar en los dos al mismo tiempo”.

—¿Qué encontraremos en Pequeñas profecías?
—Lírica, existencialismo, batallas personales, miedos, deseos y sueños. Es un proyecto más oscuro e introspectivo. Como el tema “Ciudad flotante”, es un poema, un spoken word, sobre Ciudad de México, su sociedad y política desde una narrativa mágica, como un cuento. Y en “Admítelo” hablo sobre admitir nuestro lado oscuro, un lado que todos tenemos.
—“Pantano mexicano” es un tema con carácter social, ¿qué puedes comentar?
—Dudo mucho que en seis años se puedan cambiar problemas de tantos años, pero veo contenta a la gente con el resultado. Creo que el cambio está en uno mismo y debemos empezar a cambiar la conciencia, los mexicanos somos muy lindos, aunque hemos estado en un pantano y la tradición es maquillar o tapar todo.
—¿Marcela Viejo es feminista?
—Totalmente, no podría no ser feminista, soy mujer, no hay manera de no ser feminista.
“Organizo una serie de eventos y pláticas, se llama ‘Mujeres en el rock’, y este 2018 es la tercera edición. Es un proyecto de género, pero también incluimos a los hombres. Es un evento que se disfraza de concierto, pero es un espacio que trata de cambiar la mentalidad de las nuevas generaciones. El talento no tiene género, tú puedes ser un gran bailarín y ser hombre, puedes ser mecánica y ser mujer, no hay que etiquetar el talento. En este evento hemos tenido a invitadas como Mon Laferte, Elis Paprika y Ximena Sariñana”.

—¿Cómo abordas el feminismo?
—Me molesta cuando se malinterpreta, en las pláticas de ‘Mujeres en el rock’ también hablamos del feminismo mal entendido. El feminismo no es guerra, el tema no es pelearnos, sino es dialogar sobre los años que llevamos calladas y de represión. Es sobre la libertad.
—¿Cuándo fue la última “batalla” que libraste?
—Todos los días. Las batallas son eternas, van cambiando, lo importante es elegirlas.
—¿Qué reflexión tienes sobre esta violencia contra la mujer que parece normal y heredada?
—En un foro feminista hice la misma pregunta: ¿De dónde viene tanto odio y por qué pasa? La respuesta de la especialista fue “Porque se puede, porque lo permiten”. Todos los días mueren mujeres por crímenes, hay alerta de género, simplemente con la palabra “feminicidio”, ya de origen está mal. No existe algo así para los hombres, los hombres no mueren por temas de género.
“Desde que nacemos nos educan para ser de cierta manera; es momento de decir ¡ya basta! Hay que cambiar eso de raíz. Hay muchas mujeres machistas, desde el concepto del ‘príncipe azul’ o salir al antro esperando que nos paguen todo. Todavía hay mujeres que imponen ese chip de ‘estar guapa para ligar’ o ‘ser mamá a fuerza’, viene desde la casa, muchas veces las mismas madres lo meten”.
—¿A qué le tienes miedo?
—A estancarme, a envejecer sin evolucionar. Me da miedo no avanzar y cegarme, no me gustaría quedarme como la misma persona siempre.
—¿Por eso saliste de Quiero Club?
—Yo creo que sí.