La migración de mexicanos hacia el exterior tiene una larga historia. Sin embargo, ha sido en la etapa de mayor pobreza, de mayor profundización de la desigualdad, y de menor crecimiento económico en México, cuando se ha intensificado, teniendo como décadas emblemáticas a las de los años 90, en el siglo pasado, y la de los años 2000.
Desde esta perspectiva, México tiene una deuda por partida doble con la comunidad de personas emigradas: en primer lugar, porque la inmensa mayoría salieron del país en busca de las oportunidades y el bienestar que aquí no encontraron.
En segundo término, la deuda de nuestro país con los migrantes radica en que, una vez en Estados Unidos, la mayoría de ellos ha mantenido importantes lazos familiares y comunitarios, así como el envío permanente de remesas que han permitido a millones de familias sobrevivir o no caer en la pobreza.
Según los datos del Banco de México, el monto de las remesas familiares recibidas en México, provenientes, en su inmensa mayoría, de Estados Unidos de América, han crecido año con año, llegando a un récord histórico en 2017.
De acuerdo con el Instituto de los Mexicanos en el Exterior, al cierre de 2016, poco más de 12 millones de mexicanos residían en Estados Unidos. De ellos, 60,767 eran jaliscienses[1].
A nivel nacional, al cierre de 2017, los ingresos por remesas familiares ascendieron a 30 mil 291 millones de pesos, representando la principal entrada de divisas a nuestro país, ya que su monto ascendió a más del doble de lo que ingresó por turismo.
Jalisco se encuentra en el segundo lugar a nivel nacional en cuanto a la recepción de estos recursos, por lo que las remesas resultan muy significativas para la economía de nuestro estado.
Durante el primer semestre de 2018 en el estado se recibieron, por concepto de remesas familiares, 1,617.2 millones de dólares, según lo reportado por el Banco de México.
Esos 1,617.2 millones de dólares, a un tipo de cambio que durante el primer semestre de este año promedió 19.07 pesos por dólar, implica aproximadamente 30.8 millones de pesos, cifra 5.9 veces superior a los recursos que el gobierno estatal recibió de la federación durante 2017 por El Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud cuyo monto ascendió a 4,438.6 millones de pesos y superior por más de 30 millones a los recursos de las Fondo de Aportaciones Múltiples asignados a Jalisco durante la primera mitad de este año[2].
En constante crecimiento
Al cierre de 2017, los ingresos por remesas familiares en nuestro estado ascendieron a 2,881.4 millones de pesos.
Esta cifra ha ido incrementando año con año desde 2014, cuando se registraron ingresos por 1,959.9 millones de pesos, mismos que para 2015 fueron de 2,218.6 millones, lo que equivale a un aumento de 1.5 puntos porcentuales entre ambos años. También entre 2016 y 2017 hubo un aumento en las remesas que recibe el estado de 14.3%.
En la entidad ha habido una tendencia al alza durante los últimos cuatro años. En términos nominales, las remesas que recibió Jalisco pasaron de 1,755 millones de dólares en 2013, a 2,881 al cierre de 2017.
En cuanto a las remesas recibidas en los primeros semestres de 2017 y 2018, este año se registró un incremento de 244.6 millones de dólares respecto del anterior, lo que significó un crecimiento de 18%, ya que en ese periodo Jalisco recibió 1617.2 millones de dólares.
En un desagregado municipal, destaca que Guadalajara concentra la mayor cantidad de remesas a nivel estatal: al cierre de 2017 recibió 381.6 millones de dólares, cifra que equivale al 13.2% del total estatal. Con cifras al primer semestre de 2018, Guadalajara ocupó el segundo lugar con mayor recepción de remesas a nivel nacional.
El segundo municipio con mayor cantidad de remesas en la entidad es Zapopan, el cual recibió 146 millones de dólares durante el primer semestre de 2018, lo que equivale al 9% de las remesas estatales.
Le siguen Tepatitlán de Morelos, con 3.2% (51.7 millones); Tlaquepaque, donde se concentró el 3% (47.8 millones de dólares); y Tonalá, con 2.8% (45.2 millones) de las remesas estatales.
Durante la primera mitad de 2018, Guadalajara y Zapopan recibieron 363 millones de dólares, lo que equivale al 22.5% del total estatal.
Si bien las principales ciudades del estado concentran gran parte de las remesas, lo que llega a las localidades más pequeñas, aquellas que cuentan con menos de 30 mil habitantes, también resulta relevante.
De acuerdo con las proyecciones de población de CONAPO para 2018, tenemos 88 municipios en esta condición, en los cuales los ingresos por remesas familiares para la primera mitad de 2018 sumaron 464.4 millones de dólares.
El municipio menos poblado es Ejutla, con 2,249 habitantes, mismo que durante ese periodo recibió 1.8 millones de dólares; le siguen Cuautla, que recibió 1.67 millones; Santa María de los Ángeles, con 2.45 millones; Mixtlán, con 2.55 millones, y La Manzanilla de la Paz, con 6.92 millones de dólares.
Destaca que, los dos municipios rurales de Jalisco (aquellos que cuentan con menos de 2 mil 500 habitantes) que recibieron remesas, Ejutla y Cuautla, sumaron 2.9 millones de dólares y, entre los 122 municipios rurales que a nivel nacional recibieron remesas, ocuparon el tercer y cuarto lugar, respectivamente.
Esto significa que 30% de las remesas totales que reciben los municipios jaliscienses, se concentra solo en el 14% de la población estatal.
La recepción de remesas familiares en las localidades más pobladas podría tener porcentajes tan elevados no solo por su mayor cantidad de habitantes, sino también por la cantidad de las familias de migrantes que se trasladan a ellas desde localidades rurales más alejadas para disponer de sus envíos, a falta de servicios financieros cercanos.
[1] De acuerdo con la Expedición de Matrículas Consulares de Alta Seguridad en los Consulados de México en E.E.U.U. de 2016. http://www.ime.gob.mx/gob/estadisticas/2016/usa/repmex/html/matriedomex2016.html
[2] Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Estadísticas Oportunas de Finanzas Públicas.