Tomar mucho en los campus universitarios podría ser otro factor que alimenta la epidemia de obesidad, según sugirió un estudio nuevo.
Investigadores de tres universidades de diferentes partes de Estados Unidos hicieron equipo para entender cómo los estudiantes son influidos por los “drunchies”, un término que usaron para describir el deseo de comer cosas saladas y grasosas durante o después de una noche de beber mucho. Descubrieron que la bebida influyó en las elecciones dietéticas de las personas antes de irse a la cama. El consumo de alcohol se correlacionó con botanear alimentos poco saludables como la pizza, según un estudio publicado en la Californian Journal of Health Promotion.
“Se cree que después de beber alcohol, la cantidad de glucosa en sangre del cuerpo puede aumentar y disminuir, lo cual estimula al cerebro a sentir hambre”, dijo en una declaración Jessica Kruger, profesora auxiliar clínica de salud comunitaria y comportamiento saludable en la Universidad de Buffalo.
Los investigadores hallaron que los participantes del estudio estaban menos interesados en comer alimentos saludables, como vegetales verdes oscuros y otras verduras que comerían comúnmente.
“Dada la epidemia de obesidad y los índices de consumo de alcohol en campus universitarios, necesitamos estar conscientes de no solo el efecto negativo del consumo de alcohol, sino también del impacto que tiene en lo que la gente come mientras bebe”, dijo Kruger, autora principal del ensayo.
Kruger y sus colegas de la Universidad de Michigan, la Universidad de Toledo y la Universidad estatal de Bowling Green, llevaron a cabo su investigación en 286 estudiantes en una gran universidad pública en el Medio Oeste.
La investigación tradicional de las adicciones a menudo pasa por alto la conexión entre el consumo de alcohol y comer alimentos poco saludables. La investigación en este aspecto es escasa, dijo Kruger.
Los investigadores consideraron llevar a cabo el estudio después de toparse con un anuncio en un periódico universitario de pizza, tacos y demás comida rápida. Decía: “¿Tienes Drunchies?”
Dado que alrededor del 65 por ciento de los estudiantes en Estados Unidos reporta que bebe alcohol con regularidad, es crucial entender cómo el alcohol cambia la dieta, comenta Kruger.
“Entonces, hurgamos un poco mas hondo y primero desciframos qué son los ‘drunchies’, y luego decidimos que sería interesante estudiar esto. Nuestro primer estudio en esta área se enfocó en lo que la gente comía mientras bebía alcohol. Este estudio exploró lo que comen al día siguiente de beber”, explicó Kruger.
Los participantes del estudio completaron un sondeo anónimo en línea, respondiendo preguntas sobre su dieta y su consumo de alcohol.
Los investigadores hallaron que los participantes no reportaron beber más agua antes de irse a la cama, lo cual podría exacerbar la deshidratación, y podría llevar a elegir más alimentos poco saludables.
El día después de beber, los patrones dietéticos de los participantes cambiaron en relación con la noche anterior. Gravitaban hacia alimentos como pizza o tacos en vez de leche y granos, con toda probabilidad a causa de las llamadas curas para la resaca que son legadas a los estudiantes y que implican comer alimentos que “absorban” el alcohol, reportaron los investigadores.
Los hallazgos del estudio señalan la necesidad de que las universidades eduquen a los estudiantes en alimentación saludable y disminuyan las opciones de alimentos poco saludables en los campus, concluyó Kruger.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek