En estos tiempos de fácil acceso al internet en nuestros hogares, trabajos y redes públicas, es fundamental encontrar la mejor manera de mantenernos protegidos ante el robo de información o identidad en las redes
Hace unos días el mundo se conmocionó ante la manipulación de datos que se llevó a cabo en Facebook por parte de la compañía Cambridge Analytica, consultora de análisis de datos con sede en Reino Unido.
La empresa es acusada de haber adquirido los datos de millones de personas —a través de la violación de las políticas protección de datos de los usuarios de esta red social— y utilizarlos para manipular la información a la que tenían acceso, afectando así las preferencias en las elecciones de Estados Unidos en las que salió victorioso Donald Trump.
Lo anterior se llevó a cabo a través de una aplicación utilizada en Facebook que pretendía ser una “herramienta de investigación para psicólogos” para que los usuarios pudieran “predecir su personalidad”, pero al iniciar sesión con su cuenta otorgaban acceso a su perfil, ubicación y a los datos de todos sus amigos.
Frente a ello, es fundamental tener cuidado al utilizar aplicaciones para “divertirse”: cómo te verías si fueras de otro sexo, cómo te verías si fueras estrella de cine, encuestas para “medir tu nivel de inteligencia”, entre otras, son aplicaciones que pueden ser utilizadas para obtener información y hay que estar atentos a los permisos que se otorgan para manejar sus dispositivos o su información.
Ante esta violación a la privacidad de los datos de millones de personas, y frente a la facilidad con la que estamos expuestos a que se utilice nuestra información para fines ilegales, las organizaciones mundiales están preocupadas sobre una nueva regulación de seguridad de datos que permita salvaguardar la información que las personas dejan en diferentes sitios por donde navegan.
La Unión Europea, por ejemplo, tendrá una nueva regulación llamada Regulación general de protección de datos (General Data Protection Regulation-GDPR, por sus siglas en inglés) a partir del 25 de mayo de 2018, y afectará a todas las empresas de la Unión Europea. La elaboración de esta nueva regulación tardó cuatro años y fue aprobada finalmente el 14 de abril de 2016.
Con los cambios que se establecen en ella, las organizaciones y empresas de todo el mundo tendrán que cumplir también con estas regulaciones y obligaciones legales con las que garanticen una correcta protección a los datos de sus clientes.
Esto obligará a las empresas, por consecuencia, a trabajar también en la implementación de medidas de seguridad para poder defenderse ante cualquier ataque cibernético, provocando de esta manera una protección de datos más sólida y obligando a todo el mundo a trabajar en la seguridad de la información de sus clientes como de las propias organizaciones.
Para efectos de protección de los datos personales o información personal, esta regulación se refiere a “cualquier información o datos relacionados a las personas, que puede ser usado para directa o indirectamente identificar a alguien”. Ejemplos de este tipo de información personal son consideradas las fotos, correos electrónicos, información bancaria, publicaciones en redes sociales, información médica y direcciones IP.
Si bien es cierto que con esta nueva regulación, que se implementará en la Unión Europea, varias de las grandes compañías que manejan datos ubicadas en otras partes del mundo estarán obligadas a cambiar sus procesos de seguridad para poder interactuar con las organizaciones y empresas europeas, hace falta una regulación global que obligue a cualquier persona, ya sea un solo individuo o una gran transnacional, a asegurar la información que los usuarios les están confiando con la tranquilidad de que no caerá en manos de quien la manipule a su conveniencia y no siempre con buenas intenciones.