Las personas con cáncer sobreviven más que nunca antes, pero si quieres las mejores probabilidades, el lugar en el que vives importa, de acuerdo con un nuevo y enorme artículo de investigación publicado el martes en The Lancet.
El estudio evaluó las tasas de supervivencia del cáncer en 71 naciones para más de 37 millones de personas que padecen uno de los 18 tipos de cáncer. Algunos países tienen, en general, buenas tasas de supervivencia frente a la mayoría de los cánceres. Esa lista abarca a Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Finlandia, Noruega, Islandia y Suecia.
Pero los investigadores también encontraron algunos patrones específicos. Muchas más personas sobreviven al cáncer de estómago en Corea del Sur y Japón que en Estados Unidos y el Reino Unido. Alrededor del 69 por ciento de las personas sobreviven al cáncer de estómago por cinco años en Corea del Sur, y Japón no se queda atrás. Solo un tercio de las personas sobrevive ese tiempo en Estados Unidos. (Sin embargo, las personas en Corea del Sur, Taiwán y China tienen tasas de supervivencia relativamente más bajas para el cáncer de piel).
Para algunos cánceres, la diferencia que puede hacer la ubicación de una persona es sorprendente, especialmente para los niños. El doble de niños suecos y daneses con cáncer cerebral sobreviven durante cinco años en relación con la cantidad de niños mexicanos y brasileños con la misma enfermedad. Y un cáncer al que sobreviven la mayoría de los niños estadounidenses, la leucemia linfoblástica aguda, todavía mata a menos de la mitad de los niños que lo padecen en China, México y Ecuador.
Hay una excepción: cáncer de páncreas. Menos del 15 por ciento de las personas sobrevive más de cinco años en cualquier parte del mundo.
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El lugar en donde vives puede determinar qué tipo de atención recibes, y eso puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. “En Chile, por ejemplo, solo hay cuatro hospitales en el país donde se puede tratar a los niños con cáncer”, dijo a Newsweek el doctor Ted Trimble, director del Centro para la Salud Global del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). En Noruega, las personas con cáncer solo se pueden tratar en uno de seis hospitales.
Este tipo de sistema centralizado en realidad puede ser una ventaja, señaló Trimble. “Eso va más allá, tienes seguro de salud para todos, pero ¿tienes un sistema para llevar a las personas a centros donde hay médicos y enfermeras que están realmente familiarizados con ese cáncer en particular y saben cómo tratarlo bien?”.
Eso es algo que Estados Unidos no tiene, por ejemplo. No más del 15 por ciento de los pacientes adultos recientemente diagnosticados con cáncer son tratados en un centro designado por el NCI. Los niños con cáncer, por otro lado, casi siempre son tratados en un hospital con un programa especializado relacionado, anotó Trimble. “Nuestros datos de resultado para los niños con cáncer son realmente buenos”, dijo. “No tenemos un sistema para cánceres de adultos que sea tan efectivo como en otros países”.
Las diferencias en la forma en que los países abordan los programas de detección en toda la población, las campañas de vacunación y la política sobre el tabaco también pueden crear diferencias, anotó Trimble. Pero los autores del artículo señalaron que solo una pequeña cantidad de las diferencias observadas en su estudio probablemente se deba a medidas preventivas.
“La prevención siempre es mejor que curar”, dijo Michel Coleman, epidemiólogo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y uno de los autores del estudio. “Pero no importa cuán buenos somos en prevención, nunca somos lo suficientemente buenos”. Sabemos la causa raíz de solo algunos cánceres, señaló, y los esfuerzos de prevención basados en ese conocimiento han sido “bastante lamentables”.
“Incluso si todo lo que sabíamos acerca de la prevención se implementara mágicamente en todo el mundo de la noche a la mañana y se eliminara el exceso de riesgo de fumar o por ciertos virus, todavía habría millones de personas que contraerían cáncer cada año en el futuro inmediato”, agregó.
A nivel individual, realmente no hay mucho por hacer con estos datos. Sin embargo, los gobiernos podrían querer tomar nota. “Creo que señala que no podemos simplemente levantarnos las manos”, dijo Trimble. “Tenemos que preguntarnos quién está haciendo un buen trabajo en esto. ¿Qué han aprendido? ¿Que funciona? ¿Qué no funciona?”.
“Señala la importancia de que aprendamos unos de otros”, dijo.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek