Al menos 182 personas murieron durante el paso de la tormenta tropical Tembin que azota desde el viernes el sur de Filipinas, afectando principalmente a la isla de Mindanao, y los servicios de emergencias seguían buscando el domingo a decenas de desaparecidos.
Los socorristas sacaron decenas de cadáveres de la crecida de un río, informó la policía, precisando que el balance de muertos ascendió a 182 a primera hora del domingo. Otras 153 personas seguían desaparecidas, agregó.
Tras Mindanao, la tormenta tropical, que provocó inundaciones y aludes de tierra, debía llegar a la isla de Palawan, más al oeste, según el servicio meteorológico filipino.
Allí, un hombre de 53 años, Abdulsalam Binang Amerhasan, murió devorado por un cocodrilo mientras, bajo una fuerte lluvia, amarraba sólidamente su embarcación amenazada por una crecida del río ante la llegada de Tembin, informó el sábado la policía.
Como no regresaba a casa, su esposa alertó a los vecinos que salieron en su búsqueda a mitad de la noche. “Lo buscaron a lo largo del río hasta que descubrieron el cuerpo de la víctima que el cocodrilo estaba devorando”, precisó la policía.
Entre los muertos en Mindanao, figuraban 36 víctimas cuyos cuerpos fueron recuperados el sábado de las aguas del río Salong.
Rando Salvacion, un responsable de la policía de la ciudad de Sapad, declaró a la AFP que los cuerpos rescatados en el Salong provenían de la localidad de Salvador, río arriba.
“Se alertó sobradamente a la población. Pero como los tifones son poco comunes aquí, los vecinos no nos tomaron en serio”, se lamenta el responsable de la policía de Salvador, Wilson Mislores.
Una veintena de tifones y tormentas golpean cada año Filipinas, pero Mindanao, la gran isla del sur de unos 20 millones de habitantes, generalmente se salva.
Según la policía, 19 personas fallecieron también en el pueblo montañoso de Dalama, cerca de la ciudad de Tubod.
“El río comenzó a crecer y la mayoría de las casas [de Dalama] fueron arrasadas. El pueblo ya no existe”, declaró por teléfono a la AFP Gerry Parami, de la policía de Tubod.
Policías, soldados y voluntarios trabajaban con ayuda de palas para intentar encontrar cuerpos sepultados por el lodo y los escombros en este pueblo agrícola de unas 2.000 personas, añadió.
Rescates difíciles
En otros lugares, el lodo y las rocas arrastrados por las inundaciones sepultaron unos cuarenta hogares en la ciudad de Piagapo, donde murieron al menos 10 personas, según Saripada Pacasum, un representante de protección civil.
“Enviamos a los servicios de rescate pero avanzan lentamente debido a las rocas”, indicó.
La tormenta provocó igualmente cortes de electricidad y de comunicación, haciendo más difícil establecer el número de víctimas.
La situación era especialmente preocupante en la península de Zamboanga donde, según la televisión local, al menos tres localidades sufrieron inundaciones.
Según la policía, el número de víctimas aquí asciende a 28 muertos y 81 desaparecidos, tras los torrentes de lodo y el derrumbe de rocas en las localidades costeras.
Harry Roque, portavoz del presidente filipino Rodrigo Duterte, aseguró una ayuda sostenida a las regiones afectadas. Romina Marasigan, la portavoz del Consejo Nacional a cargo de este tipo de catástrofes, habló por su parte de una situación “terriblemente difícil”.
La tormenta Tembin llega menos de una semana después del paso de la tormenta tropical Kai-Tak que devastó el centro del país, dejando 54 muertos y 24 desaparecidos.
Cientos de personas fallecieron en julio de 2014 al paso del tifón Rammasun (‘Dios del trueno’ en tailandés), pese a la evacuación de casi 400.000 personas y la paralización de Manila.
Haiyan, uno de los tifones más violentos, golpeó las islas del centro de Filipinas en noviembre de 2013, con vientos de más de 315 km/h. Olas gigantes, como las de un tsunami, devastaron todo a su paso. La catástrofe dejó más de 7,350 muertos o desparecidos.