El viceprimer ministro británico Damian Green, uno de los aliados más cercanos de la primera ministra Theresa May, dimitió después de admitir que había mentido sobre el hallazgo de imágenes pornográficas en su computadora hace diez años.
Puesto en tela de juicio por acoso sexual tras el escándalo Weinstein, Damian Green también fue acusado de poseer contenido pornográfico “extremo” en su ordenador de parlamentario en 2008, lo que él negó categóricamente así como las demás acusaciones.
Desde hace nueve años Damian Green, entonces portavoz de inmigración de bajo perfil había estado inmiscuido en problemas con la justicia. En 2008 fue arrestado en su casa en Kent bajo sospecha de “conspirar para cometer mala conducta en una oficina pública” y “ayudar e instigar la mala conducta en un cargo público” por agentes de la policía antiterrorista en conexión con unas filtraciones del Ministerio del Interior . Los cargos conllevan una cadena perpetua potencial. Luego, el asistente del comisionado del Met, Bob Quick, ordenó el arresto.
En ese año la policía encontró material pornográfico “extremo” en una de las computadoras de Commons de Damian Green durante una investigación sobre las filtraciones. En ese momento, Green era un diputado conservador, pero luego se convertiría en ministro de policía, justicia penal y víctimas, y luego en secretario de trabajo y pensiones.
Green, publicó el diario británico The Guardian, era amigo de Theresa May en la Universidad de Oxford y es uno de sus aliados políticos más cercanos. Después de lograr formar un gobierno minoritario después de las elecciones generales de 2017, May lo nombró primer secretario de Estado, en realidad viceprimer ministro.
En 2009, Keir Starmer QC, entonces director de procesos públicos, finaliza una investigación policial de cinco meses por 5 millones de euros contra Damian Green y Christopher Galley después de concluir que no había pruebas suficientes para procesar a ninguno de los dos hombres porque la información filtrada a Green sobre la política de inmigración del gobierno no era secreta.
Poco tiempo después el funcionario de la oficina central, Christopher Galley, es despedido por filtrar información a Damian Green sobre la base de mala conducta profesional grave.
Tras una investigación dirigida por los servicios de Downing Street, se concluyó que Green había sido bien informado por la policía del hallazgo de estas imágenes, lo que él negó.
El miércoles, en un mensaje enviado a Theresa May, Green admitió haber hecho declaraciones “inexastas y engañosas”.
“Es por tanto que con un profundo pesar y gratitud por vuestra contribución durante muchos años le pedí dimitir del gobierno y acepté vuestra dimisión”, respondió Theresa May.
El resumen de la investigación publicada por Downing Street no saca conclusiones sobre las acusaciones de una exmilitante del Partido Conservador, Kate Maltby, que le acusa de haberle tocado la rodilla con la mano en un pub en 2015, y de haberle enviado un mensaje de texto “sugestivo”.
Green, casi 30 años mayor que Maltby, es un conocido de sus padres y la pareja se había conocido anteriormente. En esta ocasión, después de discutir si Maltby estaba interesado en una carrera política y asuntos sexuales en el parlamento, ella afirma que Green “mencionó que su propia esposa era muy comprensiva. Sentí una mano fugaz contra mi rodilla, tan breve que era casi negable”.
Después de una oleada de acusaciones de abuso sexual y hostigamiento que comenzaron en Hollywood con las revelaciones sobre Harvey Weinstein pero luego se extendieron a otras áreas, incluido Westminster, Maltby escribe en el Times sobre su encuentro de 2015 con Green, afirmando: “Me ofreció asesoramiento profesional y al mismo tiempo, dejó en claro que estaba sexualmente interesado “.
El mismo día, May ordena una investigación por parte del secretario del gabinete, Sir Jeremy Heywood, sobre las reclamaciones. Dos meses después el viceprimer ministro renuncia.