Thae Yong Ho fue embajador de Corea del Norte en el Reino Unido hasta que desertó con su familia a Corea del Sur en septiembre pasado, convirtiéndose así en una de las figuras más prominentes del régimen que escapa del gobierno autoritario de Kim. Entrevistado por el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, comité de expertos de Washington, D.C., Thae compartió detalles sobre la psicología del líder norcoreano y lo que impulsa su implacable ambición para desarrollar el programa nuclear del país.
El ex diplomático dijo que la muerte inesperada de Kim Jong Il tomó desprevenido al hijo. Kim Jong Un era un veinteañero, y tenía pocos simpatizantes leales dentro del régimen, pues había pasado varios años estudiando en Suiza. En consecuencia, no contó con años de experiencia junto al líder del país como los tuvo su padre al lado de Kim Il Sung, el primer gobernante de la familia Kim.
Kim pensaba que otros líderes de alto rango no lo respetaban tanto como habían respetado a su progenitor. “Descubrió que el lenguaje corporal que los líderes de alto nivel usaban con él era muy distinto del lenguaje corporal que esos líderes adoptaban con su padre”, dijo Thae, añadiendo que “Kim Jong Un no era más que el tercer hijo varón de Kim Jong Il”.
Durante años, Kim Jong Nam, el primer hijo varón de Kim Jong Il, fue considerado como el sucesor natural, pero su estilo de vida no complacía al padre. Las posibilidades de sucesión de Kim Jong Nam se extinguieron después que fue descubierto intentando visitar las instalaciones japonesas de Disneylandia, en 2001. En una rara entrevista, Kim Jong Nam dijo que no le interesaba tomar las riendas del país, y vivía mayormente en el extranjero. Fue asesinado en febrero de este año.
También se dijo que Kim Jong Il dudaba de la capacidad de liderazgo de su segundo hijo, pues consideraba que Kim Jong Chul era demasiado tímido y afeminado.
A la larga, Kim Jong Un tomó el control a la muerte de su padre, en 2011. Pero aún con varios años en el poder, parece que Kim no puede aceptar las circunstancias de su nacimiento, y las oculta tanto como es posible.
“La población de Corea del Norte no sabe que es el tercer hijo varón de Kim Jong Il. Nadie lo sabe”, aseguró Thae. “Incluso ahora, [Kim] no ha dicho al público norcoreano… la fecha de su nacimiento. Nadie la conoce. Ni siquiera yo sé cuándo nació”.
(El año pasado,The Washington Post reveló que el líder norcoreano nació en 1984, según informó la tía materna de Kim Jong Un, quien vive en Estados Unidos).
Como otro ejemplo del despiadado esfuerzo para consolidar su poder, Thae habló de las purgas que Kim Jong Un ordenó entre 2013 y 2015. Confirmó los informes de que ocho miembros de la Orquesta Unhasu, quienes eran músicos renombrados en el país, fueron asesinados para proteger de los rumores a su esposa, Ri Sol Ju, antigua integrante de la orquesta.
Y cuando Kim ordenó el asesinato de su tío Jang Song Thaek, prominente personaje del régimen y, específicamente, de la comisión de defensa del país, ordenó también la purga de todo el comité.
“Todo el comité de Jang Song Thaek, más de 300 personas que trabajaban en el departamento, incluidas sus familias, fueron enviados a campos de prisioneros. Y 11 miembros de ese departamento –vicedirectores y jefes de sección-, 11 personas del departamento, fueron ejecutadas. Es algo sin precedentes en la historia norcoreana”, afirmó Thae.
Pese a todas las purgas y los abusos de derechos humanos, lo que motivó la deserción de Thae fue la idea de privar a sus hijos de la libertad de que disfrutaba en el Reino Unido, incluido el acceso a la Internet. “Pensé que, como padre, el mayor legado que podía dejar a mis hijos es la libertad”, dijo.
En cuanto a su país natal, Thae espera que la paz, más que la destrucción, llegue a la Península Coreana. “Sigo diciendo al público estadounidense que Corea del Norte no es objetivo de destrucción, sino que debe ser un objetivo de cambio”, concluyó.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek