Por Javier Tovar
“Bidibidi bom bom”, “Como La Flor” y “Amor prohibido”: los éxitos de Selena Quintanilla retumbaron en la voz de sus fanáticos, que este viernes celebraron la estrella que la reina del ‘tex-mex’ ganó en el paseo de la fama de Hollywood.
Pasaron más de 20 años desde que Selena fue asesinada en 1995, pero la gente se niega a olvidar.
Un millar de personas, vistiendo camisetas, gorros y botones, algunos con discos de vinilo de su estrella, se apostaron desde temprano en los alrededores del icónico edificio de Capitol Records, su disquera, donde quedará inmortalizado el nombre de la cantante chicana en la 2,622º estrella.
Suzette Quintanilla aceptó la estrella en nombre de su hermana.
“Selena dijo ‘la meta no es vivir por siempre sino construir algo que dure’ y creo que este es un ejemplo perfecto”, dijo en la ceremonia, a la que también asistieron el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, y la actriz Eva Longoria.
“Me dio mi identidad, hizo un camino cuando no había uno”, dijo Longoria en relación a la atención que ganaron los artistas hispanos con la intérprete, ganadora de un Grammy en 1993.
Garzetti, que habló en español e inglés, condimentó la noche con un discurso más político pidiendo un grito “desde Los Ángeles a Texas y de ahí a Washington DC”, la capital estadounidense: “aquí estamos y no nos vamos”, en un mensaje hacia el discurso anti-inmigrantes del presidente Donald Trump.
“Modelo a seguir”
Selena Quintanilla, nacida en abril de 1971 en Texas, se convirtió en un mito en Estados Unidos, no solo por su música y por su trágica muerte el 31 de marzo de 1995, sino también porque despertó una atención que hasta entonces nunca tuvo la gigantesca comunidad latina que vive en Estados Unidos.
“Es mexicana, es estadounidense, chicana como yo, y me despierta todo tipo de emociones. Amo que sea parte de nosotros, la tengo presente en mi corazón”, dijo Elizabeth Martínez, de 27 años, que vestía una camiseta negra de Selena y con un vozarrón cantó la ranchera “Tú solo tú”.
“Tú, sólo tú / Has llenado de luto mi vida, abriendo una herida en mi corazón…”, entonaba esta chica hasta que las lágrimas le impidieron seguir.
Deena Babcock, de 30 años, la definió como un “ídolo, alguien a quien seguir, un gran modelo a seguir”.
Muchos de los fanáticos son jóvenes, algunos eran muy chicos cuando Selena murió -como Elizabeth, que fue con su hermana menor Dayana y una prima- y otras incluso ni habían nacido, como Jasmin Figueroa, hoy con 15 años.
“Mi mamá me enseñaba sus películas, sus canciones, ‘she inspires me’ mucho”, dijo en perfecto ‘spanglish’.
“Madonna mexicana”
Después de su muerte, por un disparo de arma de fuego de la presidenta de su club de fans Yolanda Saldívar, hoy en prisión perpetua, el expresidente estadounidense y entonces gobernador de Texas, George W. Bush, decretó que el día del cumpleaños de la cantante se denominara “Selena Day”.
El periodista de la NBC Tom Brokaw la llamó entonces “la Madonna mexicana” y para muchos hispanos se convirtió en un mito del tamaño de Elvis Presley, Marilyn Monroe o James Dean, otros famosos trágicamente desaparecidos en la cima de su arte.
Selena Gomez, cuyo nombre estuvo inspirado en “La reina”, grabó “Bidibidi bom bom” en 2012.
Con Selena, el mundo de los negocios empezó a pelearse a un público que denominaron “el mercado hispano” y las revistas empezaron por primera vez a consagrar en sus tapas a “La Generación Ñ” y a estrellas de origen latino como Ricky Martin y Jennifer López, artista que la encarnó en la gran pantalla.