Mientras te atiborras de chocolate en la celebración de Halloween, ten en mente que hay un ingrediente en tu dulce que podría estar vinculado al abuso laboral, la deforestación y la destrucción de hábitats de tigres, elefantes y rinocerontes.
Se llama aceite de palma, un tipo de aceite vegetal ampliamente utilizado. Y los culpables de la destrucción a menudo son compañías que no siempre pueden ser rastreados a los orígenes del aceite de palma.
La mayoría del aceite de palma del mundo proviene de Indonesia, donde los frutos de palma de aceite son cosechados para extraer el aceite. Para hacer espacio para las plantaciones, selvas son taladas, a menudo desplazando comunidades de sus hogares y destruyendo hábitats de tigres, elefantes y rinocerontes.
El aceite de palma está en “toda habitación de tu casa”, como lo describió Laurel Sutherlin, un portavoz de la Red de Acción de la Selva Tropical (RAN, por sus siglas en inglés). Está en la mitad de los productos empacados que se venden en tiendas de abarrotes de EE UU, según la organización, incluidos helados, galletas dulces y saladas, fideos instantáneos y productos de chocolate.
“Es prácticamente imposible evitarlo en este momento”, dijo Sutherlin.
Por ello es que RAN se enfoca en eliminar el “conflicto por el aceite de palma”, el cual está asociado con la destrucción de hábitats, deforestación y abusos a los derechos humanos, dijo Sutherlin. La presión pública pretende que las compañías se hagan responsables y busquen mejores fuentes de aceite de palma.
“Todavía no estamos en una situación en la que los consumidores pueden confiar en que cuando van y compran estos productos, van a estar libres de aceite de palma que afecta estos abusos terribles”, dijo Sutherlin.
Compañías que incluyen a Nestlé, Hershey’s y Mars han hecho varias promesas de aumentar el porcentaje de aceite de palma que sean capaces de rastrear hasta las plantaciones, pero las fechas límite se han diferido y las promesas se han roto, como lo reportóThe Guardian el sábado. Dos tercios del aceite de palma de Nestlé, 14 por ciento del de Hershey’s y 40 por ciento del de Mars es rastreable hasta la plantación, reportóThe Guardian.
Las compañías “no pueden hacer declaraciones verificables si no pueden rastrearlo”, dijo Sutherlin.
En la isla indonesia de Sumatra, 6.5 millones de acres de selva fueron protegidos oficialmente por la ley nacional indonesia de 2008. Aun así, las industrias continúan expandiéndose en el último hábitat silvestre del mundo donde orangutanes, elefantes, rinocerontes y tigres coexisten. En las selváticas tierras bajas del noreste, se calcula que 200 de los menos de 1,700 elefantes sumatranos dependen de esta área específica, según un reporte de 2016 de RAN.
A menudo, las selvas son taladas en lugares donde comunidades han vivido por generaciones, desplazando a comunidades rurales y pueblos indígenas, dijo Sutherlin. La mejor manera de preservar las selvas y los ecosistemas es respetar los derechos de tierras de las personas quienes dependen de la selva para su subsistencia y agua, añadió él.
“Ellos son los mejores administradores de la tierra, y ellos mismos la protegerán de la destrucción de otras fuentes porque dependen de ella para su subsistencia”, dijo él.
En áreas donde la selva ya ha sido destruida y las tierras arrebatadas de las comunidades locales y pueblos indígenas, los abusos laborales en las plantaciones de aceite de palma también son una preocupación. Otro reporte de RAN de 2016 halló que a varios trabajadores de Indofood —un socio de PepsiCo— se les pagaba menos del salario mínimo del distrito, a menudo no se les proveía de equipo de protección al rociar pesticidas y aplicar fertilizantes o en ocasiones tenían que comprarlo de su propio bolsillo, y los hijos de los trabajadores a menudo trabajaban en la plantación para ayudar a cumplir con cuotas poco realistas.
Millones de acres de selva ahora sirven como un mitigador de las temperaturas globales en aumento al absorber los gases de invernadero. Sin esas selvas, el cambio climático podría exacerbarse.
Un estudio publicado la semana pasada enBiogeosciences halló que las temperaturas en la superficie terrestre en la provincia de Jambi en Sumatra aumentaron en 1.05 grados Celsius en los últimos 16 años. El estudio argumentó que la deforestación para producir cultivos rentables, incluidos palma de aceite y caucho, provocó el aumento en las temperaturas.
Es una “tormenta perfecta” de abusos medioambientales y sociales, dijo Sutherlin. “Pero no tiene que ser de esa manera”. La presión pública a través de contactar directamente a las compañías podría ser más efectiva que boicotear sin una explicación directa, dijo él.
Eso es algo que pensar cuando salgas a pedir dulces este Halloween.