Ksenia Sobchak, periodista, actriz, presentadora de televisión, socialité e hija de quien es considerado el mentor del Vladimir Putin, anunció sus intenciones de contender por la presidencia de Rusia en un proceso en el que se prevé la participación de Putin, quien aún no lo ha manifestado abiertamente.
Sobchak, conocida en la prensa como la “Paris Hilton rusa”, ha tenido un cambio importante en su trayectoria. Ha pasado de conducir el reality show Dom 2, una especie de Big Brother ruso, y de protagonizar escándalos en los tabloides de su país a hacerse de un lugar en el activismo político participando activamente en las protestas de 2012 organizadas por la oposición para denunciar un fraude en las elecciones presidenciales de ese año.
Ksenia también se ha hecho de un lugar entre un ala liberal con su programa de entrevistas en TV Rain. Sin embargo, persisten las dudas detrás de la imagen que proyecta sobre todo por un pasado que la liga con el actual mandatario, de quien se ha llegado a afirmar que es su padrino.
Su padre, el ya fallecido Anatoli Sobchak, exalcalde de San Petersburgo, es reconocido por el propio Putin como su mentor. Fue él quien promocionó al político como un futuro líder nacional, una situación que nunca fue olvidada por el actual presidente ruso. A fines de la década de 1990, Sobchak cayó en desgracia entre acusaciones de corrupción. El entonces presidente Boris Yeltsin se negó a intervenir a su favor. Algunas versiones indican que Putin organizó una operación especial para ayudarlo a salir de Rusia.
En su última entrevista, en febrero de 2000, pocos días antes de su muerte, Anatoli Sobchak describió a Putin como “un demócrata” y, también, “un hombre de gobierno, decisivo y valiente”. Putin le devolvió los cumplidos: “Realmente me gusta gente como él… Teníamos relaciones muy estrechas… Creo que puedo llamarlo un viejo compañero”.
El diario The Independent refiere cómo pocos dudan de que Ksenia Sobchak haya planteado sus intenciones al Kremlin. El 14 de octubre, el servicio ruso de la BBC informó que Sobchak se había reunido recientemente con Putin. Según la madre de Sobchak, la aspirante presidencial había estado grabando un video sobre su padre. Otros sugirieron que se discutió más. El periódico financiero Vedomosti informó que “fuentes” en la administración presidencial sugirieron que el Kremlin estaba “buscando una mujer para contender” y que “Ksenia era ideal”.
El opositor Alexei Navalny, quien no podrá presentarse a elecciones hasta 2028 por culpa de su pasado judicial, se refirió a ella como “el candidato liberal de la caricatura ideal del Kremlin”. Ilya Yashin, líder de la oposición y exnovio de Sobchak, le dijo a The Independent que Navalny era la “única persona con la popularidad, la única persona capaz de ejecutar una campaña y la única persona que corría no por su imagen sino por su victoria”.
No obstante, Sobchak ha manifestado que pese a los intentos de los burócratas de comprometerla, de los ataques de parte de sus “amigos liberales” y las “especulaciones de politólogos de diván”, su candidatura presidencial “puede y debe ser útil tanto para la oposición como para toda la sociedad”.
“Los ciudadanos pueden y deben manifestar su desacuerdo con el poder, que quiere mantenerse un cuarto de siglo; con la destrucción de la educación y la sanidad, con la monstruosa corrupción y propaganda que impregna desde la escuela rural hasta el Kremlin, (…) con la guerra y el aislamiento internacional”, dijo.
El estado ruso por lo general está involucrado con los candidatos que competirán contra el presidente Vladimir Putin en las elecciones de Rusia, mientras sus críticos más reconocibles a menudo encuentran sus solicitudes para postularse desechadas.
En su lugar, las figuras menos críticas suelen salir al paso para llenar la papeleta de votación en torno al nombre del ganador esperado, Putin, y dar crédito a la afirmación de que Rusia es una democracia en funcionamiento.
Durante la votación presidencial de 2012 -cuando las protestas de masas irrumpieron para expresar la ira ante el eventual regreso de Putin al Kremlin, los críticos alegaron que el único liberal en la boleta electoral, el multimillonario y político novicio Mikhail Prokhorov, recibió la luz verde oficial de Moscú para servir como hombre de paja para Putin.
Para las elecciones del próximo año, en las que Putin continúa evitando confirmar su participación, el Kremlin, según informes, está ponderando una lista de posibles contendientes femeninas para desempeñar un papel similar. De esta manera, Putin (o su sucesor deseado) se enfrenta a un grupo más diverso que la habitual colección de hombres blancos de mediana edad, añadiendo un elemento de interés en un plebiscito que parece una conclusión inevitable, informó en días pasados el periódico Vedomosti.
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Con información de Damien Sharkov de Newsweek