Dedicar unos minutos de tu vida a la autoexploración mamaria puede salvarte.
Así fue como Tijana Stevanovic descubrió en abril pasado que tenía cáncer de seno.
Por años Tijana hizo de palparse los senos, un hábito que le permitió luchar contra el cáncer.
Un 99% de los cánceres que son detectados a tiempo son curables, dice Homero Fuente de la Peña, oncólogo y presidente de ProOncavi, una asociación dedicada a la prevención y diagnóstico temprano del cáncer.
Cuenta que la detección oportuna es clave, porque fallar en hacerlo, no solo disminuye las probabilidades de lograr un tratamiento exitoso, sino que también lo encarece.
En términos generales, el presidente de ProOncavi estima que la proporción es de 20 a 25 veces más caro tratar una enfermedad avanzada, que en el caso de una temprana.
Un paciente en fase uno, que solo requiere de cirugía, puede gastar alrededor de 30 mil pesos, mientras que una persona con cáncer en fase cuatro, gastará por lo menos medio millón de pesos, si no cuenta con seguro de gastos médicos.
Tijana fue afortunada. Era etapa tres, pero contaba con seguro médico y aun no llegaba al punto de hacer metástasis, que es cuando el cáncer se extiende e invade un segundo tejido.
Tijana descubrió en enero de este año una protuberancia del tamaño de una lenteja en uno de sus senos, y pensó que era grasa.
Decidió no alarmarse y continuar con su vida regular.
Dos meses después la lenteja se transformó en un limón.
Ese día se realizó varios estudios que confirmaron su sospecha: cáncer.
Su vida no volvió a ser la misma.
Hoy comparte su experiencia, en la lucha contra el cáncer, a través de un canal en Youtube donde se apoda “Tiani Faith”. Narra sucesos como su primera quimioterapia o la decisión de raparse el cabello antes de perderlo.
Ahora personas de todas partes del mundo se acercan a Tijana para compartir vivencias y miedos que no suelen compartir con amigos o familiares para evitar preocuparlos, dice Tijana.
“No me imaginé el alcance que tuviera Youtube” cuenta ella.
“Las dos cosas que más me han impresionado es que personas, principalmente de Venezuela, España y Colombia, me contacten y que me cuenten ‘oye, yo también me acabo de rapar y fue muy difícil’ o ‘¿por qué a ti te dan tantas quimios y a mí no?’”.
Tijana piensa que hablar de esta enfermedad es complicado porque muchos pacientes la viven con miedo, y contar con un canal que facilite este tipo de intercambios, ayuda a sobrellevarla.
El cáncer es una enfermedad que provoca una división imparable de células anormales en tejidos, como el mamario, y que percibimos en forma de tumores que se pueden extender a otras parte del cuerpo.

En México, este cáncer es el que más afecta a la población femenina. Tres de cada 10 mujeres con cáncer, de 20 años o más, lo padecen, de acuerdo al Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), con datos de 2014.
Aunque el cáncer de seno popularmente se asocia a mujeres mayores de 40 años, oncólogos advierten que puede desarrollarse prácticamente en cualquier perfil.
“Es multifactorial”, dice Iván de Jesús salgado, ginecólogo oncólogo en el Hospital Ángeles.
La genética, el uso de anticonceptivos, el sedentarismo o la alimentación que llevemos, entran en juego.
Pero en algunas personas, como Tijana, parecerá improbable e igual sucederá.
Tijana es joven, cuida su alimentación, se ejercita y no tiene antecedentes familiares que apunten un riesgo.
Lo importante para ella es informar que no estamos exentos y que por ello, es importante explorarse periódicamente.
“Es muy común que vivamos en el ‘a mí no me va a pasar’. Para mí fue unshock, no puede ser que me esté pasando a mí, decía. Esto es una muy mala broma, pensaba”.
Ahora lo que busca es brindar apoyo a personas que recién descubren que tienen cáncer, y demostrar que este no es sinónimo de muerte, sino de lucha, de modo que no hay razón para temerle.
El ginecólogo oncólogo, Iván de Jesús considera que el miedo es la razón principal por la que miles de personas deciden no revisarse. “Es el temor a encontrarse algo que no quieren tener”, dice de Jesús Salgado.
Pero Homero Fuente de la Peña opina que es una falta de cultura de la prevención.
En México, revisarse es accesible para personas que no tienen seguro médico, a través de fundaciones como ProOncavi que ofrecen mastografías sin costo.
En 2016, la asociación realizó 14 mil mamografías en Baja California.
El problema es que de ellas, solo 2 mil 800 mujeres recogieron sus estudios.
“La mayoría de las veces, las personas llegan tarde a tratarse”, dice Fuente de la Peña.
En ProOncavi, recibe solo uno o dos casos en etapa temprana, y el resto en fase intermedia o avanzada.
Sin embargo, los datos del Instituto Municipal del Seguro Social son más esperanzadores.
Este año, el IMSS ha realizado 40 mil 609 mastografías en Baja California, clasificadas como detección oportuna.
En esa misma lucha por ganarle tiempo al cáncer, algunas empresas se han asociado con fundaciones.
Las gasolineras Rendichicas, donde el 90% de sus trabajadores son mujeres, previene el cáncer de mama entre sus empleadas.
El año pasado repartieron a Tijuana y Mexicali, 10 mil vales para exámenes mamarios a sus trabajadoras y clientas que desearan una revisión gratuita, según Patricia Saharagui, gerente de Relaciones Públicas y Marketing de Rendichicas.
Además organizan carreras a beneficio de fundaciones para la lucha contra el cáncer de mama.
Aunque la empresa les da Seguro Social a sus empleadas, también brinda capacitaciones para sensibilizarlas y motivarlas a que se revisen, porque es preferible prevenir que atender, según Saharagui.
Y esto es algo que también promueven entre sus clientas.
Según la última Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social en México (2013), 12 millones 668 mil 298 mujeres carecen de seguridad social, para tratarse.
No es para tomarse a la ligera.
Aunque existen asociaciones que brindan apoyo, ninguna fundación en el país tiene la capacidad de solventar los gastos que implican padecer cáncer, de acuerdo a Lourdes López Moctezuma, otra sobreviviente del cáncer de mama, quien tiene 56 años de edad, y dirige la fundación Turbantes Oncológicos AC.
“¿Sabes en cuánto sale cada quimioterapia?”, se pregunta Lourdes. “70 mil pesos, cada 21 días y el doctor te puede decir que ocupas 20”.
Fundó Turbantes Oncológicos a partir de su propia experiencia de lucha contra el cáncer.
Dice que el dinero nunca es suficiente cuando llega el cáncer, pero a través de su fundación ha podido alegrar la vida de otras mujeres que como ella, perderían el cabello a raíz de las quimioterapias.
“Hay dos momentos que son muy difíciles cuando tienes cáncer: uno es el día en que te lo dicen y otro el día en que se te cae el cabello”, dice Lourdes.
Aunque dejó de recibir quimioterapias en 2015, conserva el cabello corto porque aún no le crece como quiere.
A la semana su fundación produce unos 100 turbantes para mujeres de todas las edades y estima que ha colocado alrededor de 3 mil.
Por cada turbante que alguien le compra, ella dona otro, aunque también ha sucedido que dona más de los que vende.
Ha encontrado que el impacto de estas prendas, es tal que si las pacientes estaban cohibidas o tristes, empiezan a platicar más con otras personas.
“Tú les ves la carita y es otra. Se sienten más seguras” dice Lourdes, quien sonríe mucho, y cuenta que disfruta de cuidar su imagen para así proyectar una actitud positiva.

“Todo puede ser doloroso, todo puede ser oscuro, pero también lo puedes ver del otro lado”, dice Lourdes.
De una historia similar nació Cancer You Can’t Sit With Us (Cáncer no puedes sentarte con nosotros), un proyecto creado en 2014 por Marlon Vázquez para recaudar fondos a favor de fundaciones de lucha contra esta enfermedad.
Ese año, en octubre, el mes de la sensibilización contra el cáncer de mama, la cuñada de Marlon fue diagnosticada con cáncer mamario.
Marlon pensó en las personas que no contaban con los recursos para tratarse y decidió canalizar esa empatía en una marca que pudiera contribuir a la causa.
Cancer You Can’t Sit With Us retoma su nombre de la película “Chicas Pesadas”, protagonizada por Lindsay Lohan, donde un grupo de estudiantes populares acostumbra un código de vestimenta según el día de la semana. Los miércoles, por ejemplo, visten de rosa.
En la comedia romántica, a menos que vistas bajo sus reglas, no puedes sentarte con ellas.
El rosa es también el color conmemorativo a la lucha contra el cáncer de seno.
“Todo embonaba”, dice Marlon al recordar cómo escogió el nombre.
La fundación tiene presencia en 10 tiendas en Tijuana y también hace envíos por correo de sus playeras a la República Mexicana. Lo recaudado se dona a beneficio de fundaciones como FUCAM, Casa de la Amistad y Castro Limón.
Pese al esfuerzo de asociaciones civiles que buscan las vías para brindar su apoyo a pacientes con cáncer, no hay mejor ayuda que informarse y prevenir.
“Primero informate. Segundo, haz el hábito de la autoexploración cada mes y tercero, si tienes dudas sobre tu tejido mamario, háblalo con alguien capacitado”, recomienda Fuente de la Peña.
En caso de un diagnóstico positivo, IMSS, al igual que el Seguro Popular, son opciones a bajo costo cuando no se dispone de un seguro privado.
Aunque lo ideal, dice, no es llegar con un cáncer sino prevenirlo y esto no cuesta nada.