Aric Harding caminaba a través de calles inundadas la tarde del miércoles, dirigiéndose a su casa para recuperar los animales de peluche y los juegos favoritos de sus hijos, que habían quedado atrás después de que el huracán Harvey arrasó varias partes de Texas. Prácticamente todo lo que quedaba en la propiedad, una de las ocho casas que fueron devastadas en su manzana, había sido destruido.
El agua en la sala de la casa de Harding llegaba justo por debajo de la superficie del banco del piano del pastor, lo que le permitió sentarse y tocar unas cuantas notas confusas antes de subir a Instagram un video de la experiencia. Aunque en momentos sonaba desafinada debido a la fuerza de la naturaleza, la melodía que tocó se convirtió de inmediato en una sensación de Internet.
“Creo que finalmente las aguas están bajando un poco”, escribió junto con el video. “Lo que solíamos considerar aquí como una ciudad se ha ido. Realmente creo que Dios va a hacer algo completamente nuevo aquí. Me emociona ver la nueva belleza en el sufrimiento”.
Ese momento de respiro de Harding en medio del desastre ambiental que rodeaba a su comunidad es una parte natural de la experiencia humana, declararon a Newsweek distintos expertos en musicoterapia.
“La musicoterapia se ha utilizado en todo el mundo en situaciones como esta”, afirma Alan Turry, director administrativo del Centro Knordoff-Robbins de Musicoterapia. “Después del 9/11, los musicoterapeutas trabajaron junto con los socorristas para proporcionar ayuda a quienes perdieron a algún ser querido. Tras el huracán Katrina, hubo muchos musicoterapeutas que viajaron a los sitios donde su presencia era más necesaria”.
El poder de la música en el proceso de sanación posterior a las catástrofes naturales y otras experiencias traumáticas puede verse en varios otros videos virales subidos a la Internet después del paso del huracán Harvey. Es posible ver a residentes que se alojan en albergues comunitarios cantando a coro canciones “gospel”, mientras que en otro vídeo, varios hombres que manejan camiones a través de Texas se ponen a bailar en la orilla de la calle.
Turry, cuyo centro analiza formas de proporcionar musicoterapia a las víctimas del huracán Harvey, señala que tanto las personas que saben cantar como aquellas que no saben nada de música tienen mayores probabilidades de bajar la guardia y participar en bailes y canciones colectivas después de una tragedia.
“No se trata de ser un buen músico, sino de acceder a las propias fortalezas y a la creatividad personal para centrarse en cómo salir adelante”, afirma Turry. “La música no es una evasión de la realidad, sino una forma de ponerse en contacto con uno mismo en las peores circunstancias”.
Los musicoterapeutas han estudiado las formas en que la música y el baile pueden ayudar en el proceso de duelo y recuperación en situaciones traumáticas como los desastres a escala nacional. En un libro de consulta sobre el tema, escrito después del 9/11 y tituladoCaring for the Caregiver: The Use of Music and Music Therapy in Grief and Trauma(Cuidando al cuidador: El uso de la música y de la musicoterapia en el duelo y el trauma), se analizan los muchos beneficios de la música como alternativa a la terapia típica para las personas que han experimentado un trauma grave.
“Es posible que el trauma y el duelo no estén categorizados o divididos en etapas”, se señala en el libro. “El trabajo de duelo, provocado por un trauma u otra causa, requiere una visión holística del mundo. No hay un punto inicial ni un punto final”.
Para aquellos residentes de Texas que ahora viven sus días en estadios, iglesias y auditorios de todo el Estado, el hecho de reunirse para cantar y bailar puede ser una forma de reconstruir sus poblados y ciudades a las que alguna vez consideraron su hogar.
“Yo diría que la musicoterapia ha sido un elemento de ayuda para reunificar a las comunidades”, dice Turry. “La creatividad ciertamente se deriva del dolor, no solo para cada persona individual, sino para quienes buscan una sensación de comunidad”.
When I tell y’all I love Houston and it’s people, I fucking mean it. pic.twitter.com/88AaaFZvPY
— Mandy🍒 (@CherriesPoppis) 30 de agosto de 2017
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek