El presidente venezolano Nicolás Maduro colocó la mira en el gobierno de México y criticó la postura de la administración de Enrique Peña Nieto frente al muro que pretende construir el presidente estadounidense Donald Trump.
“Si fuera presidente de México, le pusiera coto y paro a ese muro. Si fuera presidente de México, me fuera con una mandarria [un martillo] y no permitiría la construcción de ese muro”, declaró Maduro en la sede del Poder Electoral, donde obtuvo la copia de los resultados de las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente.
El mandatario venezolano dijo que se le sanciona por no obedecer las órdenes de gobiernos extranjeros. “No muevo la colita y no soy un ‘perro echado’. Soy capaz de decir las verdades de la persecución a pueblos de México y de Latinoamérica por parte de Donald Trump, y la deportación, expulsión y abusos de torturas de miles de latinoamericanos, se me sanciona porque denuncio el muro infernal”, dijo Maduro.
México es uno de los países latinoamericanos que ha reprobado la instauración de la Asamblea Constituyente que entrará en operaciones el próximo miércoles para redactar una nueva Constitución, con la cual, asegura la oposición venezolana, Maduro buscará aferrarse al poder.
Junto a Estados Unidos, que ha impuesto sanciones a funcionarios venezolanos de primer nivel incluido al propio Maduro, México también ha anunciado represalias similares.
La diplomacia mexicana lamentó que el gobierno venezolano haya decidido llevar a cabo unos comicios “contrarios a los principios democráticos reconocidos universalmente, que no se apegan a la Constitución de la República y que profundizan la crisis en que se encuentra el país”.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, pidió una “acción urgente” del gobierno venezolano para detener la división del país, que cree que está “al borde del desastre”. Y la Unión Europea expresó “preocupación” por la democracia en Venezuela” y “serias dudas” de que el bloque reconozca la Constituyente.