Varios científicos han descubierto misteriosas señales provenientes de una estrella a 11 años luz de la Tierra. Los “muy peculiares” pulsos parecen ser característicos de esa estrella enana roja, afirman los científicos, y señalan que las observaciones de estrellas similares cercanas no muestran una conducta similar.
Los investigadores del Observatorio Arecibo, localizado en Puerto Rico, observaban un grupo de estrellas enanas rojas con el objetivo de identificar planetas y otros objetos en su órbita. En abril y mayo pasados, el equipo registró información proveniente de las estrellas Gliese 436, Ross 128, Wolf 359, HD 95735, BD +202465, V* RY Sex y K2-18.
Tras analizar los datos, observaron algo raro: Ross 128 había estado emitiendo extrañas señales de radio. En una publicación realizada en un blog, Abel Méndez, director del Laboratorio de Habitabilidad Planetaria de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo, dijo que el origen de las señales de radio se desconoce.
“Nos dimos cuenta de que había algunas señales muy peculiares en el espectro dinámico de 10 minutos que obtuvimos de Ross 128”, escribió. “Las señales se componían de pulsos de banda ancha cuasi periódicos y no polarizados con muy fuertes características semejantes a la dispersión. Pensamos que esas señales no son interferencias de radiofrecuencia local, ya que son características de Ross 128, y las observaciones de otras estrellas inmediatamente antes y después no mostraron nada similar”.
:Entonces, ¿qué podrían ser? Hasta el momento, los científicos tienen tres posibles explicaciones: pueden ser emisiones similares a una erupción solar Tipo II, emisiones de otro objeto en el campo de visión de la estrella, o provenir de un satélite de órbita alta.
“Cada una de estas posibles explicaciones tiene sus propios problemas”, escribió Méndez. “Por ejemplo, las erupciones solares Tipo II ocurren en frecuencias mucho más bajas y la dispersión indica que provienen de una fuente mucho más lejana o que presentan un campo de electrones denso (¿por ejemplo, la atmósfera estelar?). Asimismo, no hay muchos objetos cercanos en el campo de visión de Ross 128 y nunca hemos visto satélites que emitan explosiones como esas, las cuales fueron comunes en nuestras observaciones de otras estrellas.
“En caso de que se lo pregunten, la hipótesis recurrente de los extraterrestres se encuentra en último lugar, por debajo de muchas otras explicaciones mejores”.
Para poner a prueba las señales, los científicos llevaron a cabo más observaciones el domingo pasado. Al día siguiente, Méndez confirmó que la observación había sido un éxito. Los resultados serán presentados a finales de esta semana.
En declaraciones hechas aNewsweek, Méndez dijo que espera tener una respuesta definitiva sobre lo que provoca las señales para finales de esta semana, o principios de la siguiente: “Queremos anunciarlo lo más pronto posible”.
El astrobiólogo señala que los datos obtenidos deberán decirles si la fuente es astronómica o algún tipo de interferencia local. “Ese es precisamente el misterio”, dice. “Lo que suele suceder es que podemos reconocer fácilmente lo que es astronómico y lo que es una interferencia local. A eso se debe que, generalmente, nunca haya un misterio. La mayor parte del tiempo se trata solo de interferencia local. Sin embargo, lo que ocurrió aquí es que la señal pudo ser interpretada fácilmente como algo astronómico o como interferencia. No pudimos distinguirlo como perteneciente a una u otra clase.
“Cuando reconocemos lo anterior, es decir, cuál es cuál, entonces tenemos un segundo misterio. ¿Cuál es la fuente que emite algo como eso? Si tratamos de utilizar explicaciones astronómicas, ello es difícil porque no hemos visto esto antes.
“Si se trata de una fuente local, necesitamos averiguar qué tipo de fuente local puede estar provocando esto, ya que nunca antes hemos visto algo semejante. De cualquier manera, tenemos un misterio… Tenemos que reconocer cualquier nuevo [fenómeno] para aprender de él de manera que podamos reconocerlo en el futuro. Debemos saber”.
Existe la posibilidad de que su equipo deba realizar más observaciones para identificar la fuente, aunque Méndez espera que no sea así: “Sólo quiero resolver esto y seguir adelante”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek